Durante el tratamiento con radiaciones, pueden surgir efectos secundarios o toxicidad radioinducida. Para minimizarlo ya hemos comentado que los avances técnicos que disponemos hasta ahora, intentan depositar una dosis óptima al tumor, intentando que los tejidos sanos circundantes reciban la menor radiación posible. Eso ha contribuido en que los tratamientos sean cada vez más tolerables y permitan al paciente llevar una vida prácticamente normal. Ahora bien, como toda intervención o prescripción médica, la radioterapia no está exenta de efectos no deseados. Es por ello que de forma semanal, el radioncólogo realiza un control médico a los pacientes que están sometidos a radioterapia. En esta consulta el médico le preguntará por aquellos síntomas que se pueden esperar en función de la región anatómica que estamos irradiando. Pueden haber síntomas intercurrentes que no estén relacionados de forma directa y ser consecuencia de otros tratamientos médicos, o enfermedades asociadas. En esta consulta, si fuera necesario, se le realizará una exploración física, centrándonos sobretodo en la piel y las mucosas de la región irradiada. Puede también realizarse un control de peso, para evaluar si precisa de algún suplemento nutricional o consejos dietéticos, para que ese peso sea lo más adecuado posible. En función de la toxicidad evaluada por su médico decidirá si puede o no proseguir con el tratamiento y le prescribirá aquel tratamiento de soporte necesario para hacerlo lo más llevadero posible.
Es importante destacar que NUNCA hay dos pacientes iguales, aunque tengan el mismo tumor, la misma edad y coincidan en el número de sesiones de radioterapia. Ello se debe a que cada paciente tiene una radiosensibilidad biológica diferente, de la misma forma que cada paciente tiene una tolerancia diferente a la quimioterapia o a cualquier medicamento que esté tomando. La toxicidad aguda puede aparecer en cualquier momento del tratamiento, siendo lo más habitual hacia la tercera semana en los tratamientos estándar. Una vez finalizado el tratamiento si ha habido toxicidad, ésta suele aminorarse hasta desaparecer en 15 días o 3 semanas post-tratamiento.
Por lo tanto, es importante en estas consultas semanales que el paciente explique sus síntomas, lleve consigo apuntada toda la medicación que esté tomando, facilite con ropa cómoda la exploración por parte del médico y pregunte todas las dudas acerca del tratamiento que se le prescriba si fuera necesario.