A primera vista podemos creer que al acudir a una primera consulta de Oncología Radioterápica nos vamos a encontrar con una especialidad muy técnica y en consecuencia un tanto fría y muy alejada del paciente. Muchos pacientes creen que ese primer día que acuden a la consulta les vamos a administrar ya el tratamiento. Esto no es así. Administrar radiaciones ionizantes con fines terapéuticos exige de un procedimiento clínico y técnico laborioso. La Oncología Radioterápica es una especialidad eminentemente clínica, con algún aspecto incluso médico-quirúrgico cuando empleamos la braquiterapia, de la que hablaremos en otra ocasión.
Habitualmente, los pacientes vienen dirigidos a nuestra consulta desde otras especialidades médicas, o bien han sido ya comentados en Comités de Tumores, que son reuniones clínicas multidisciplinares donde se debate de forma constructiva el diagnóstico y el tratamiento que cada paciente y su tumor precisan a la vista del estado del arte, la evidencia científica, las guias de práctica clínica o protocolos de actuación y las características intrínsecas de cada paciente.
Una vez hemos recibido la consulta, realizamos una historia clínica completa, una exploración física, valoramos las exploraciones complementarias realizadas hasta ese momento y analizamos, en función de las características individuales de cada paciente, la indicación o la contraindicación del tratamiento con radiaciones.
Si consideramos que existe indicación explicamos paso a paso cómo se realiza el proceso hasta que lleguemos propiamente al tratamiento, explicando así lo que es la simulación, la planificación y la verificación del tratamiento. También explicamos todos aquellos efectos secundarios que pueden presentarse en cada caso, del soporte médico con el que va a contar para contrarrestarlo y el objetivo final del tratamiento. Si es necesario, pedimos alguna exploración complementaria y coordinamos otras estrategias de tratamientos conjuntos como la quimioterapia concomitante o el tratamiento quirúrgico posterior si fuera necesario. Si el paciente lo ha comprendido se le aporta dicha información por escrito y se le da a firmar el correspondiente consentimiento informado.
Es importante que el primer día que un paciente vaya a acudir a una consulta de Oncología Radioterápica venga a ser posible acompañado y con una libreta o una hoja con anotaciones con todas aquellas dudas que tenga acerca de nuestra especialidad. Es completamente normal sentirse nervioso, preocupado y lleno de interrogantes en el momento de acudir a nuestra consulta dado al desconocimiento existente sobre nuestro trabajo. También es frecuente sentirse bloqueado o no ser capaz de procesar toda la información proporcionada. A lo largo de todo el proceso tendremos ocasión de revisar esas lagunas o aclarar dudas.
Una de las misiones de los profesionales es esforzarse en el día a día por hacer más inteligible nuestro lenguaje, que el paciente comprenda por qué le vamos a hacer este tratamiento, cómo se lo vamos a hacer y qué esperamos del mismo. Desearía que todos salieran de esta primera consulta con la mayor parte posible de sus preguntas contestadas y con sus miedos liberados.