Me inicio con “El Doctor” de Randa Haines (EEUU). Corría el año 1991. Ese mismo año empecé mi residencia de Oncología Radioterápica y recuerdo que entonces fui a verla. La recuerdo muy bien. William Hurt encarna de forma magistral a un excelente cirujano torácico, el Dr Jack MacKee, que vive en un pedestal frío, déspota y distante a los pacientes. Un buen día esta ÉL se convierte en paciente. Le diagnostican un cáncer de laringe que es inicialmente tratado con Radioterapia. Le toca entonces beber de su propia medicina: esperas, trámites burocráticos, sensación de vulnerabilidad, falta de intimidad, pruebas equivocadas, etc. y se produce el MILAGRO: cambia, se humaniza, se reencuentra y comprende de verdad de cuál debe ser su papel como médico. Un verdadero RENACIMIENTO.
Hoy la he vuelto a ver y reconozco que me ha emocionado, igual que hace 20 años. La tecnología ha cambiado, pero los dilemas éticos no y el encuentro con el verdadero sentido de la vida tampoco. Son valores universales que permanecen hoy día. Es una excelente autocrítica.
Os la prescribo encarecidamente a todos. Espero que la disfrutéis.