Anthony Hopkins, sin ninguna duda, nos deleita con una clase magistral de interpretación sobre el dolor y el sufrimiento que queda grabada en la retina del espectador hasta mucho después de acabada la película. Hay altas dosis de emotividad, pero no deja regusto amargo, sino que nos regala ante todo el ejemplo de un gran ser humano y escritor. No dejen de verla.
Cineterapia oncológica: Tierras de penumbra.(Shadowlands) Reino Unido. Richard Attenborough. 1993
“Tierras de penumbra” es un largometraje británico dirigido por Richard Attenborough en 1993, de corte muy elegante y cuidado que le valió dos Premios BAFTA y dos nominaciones a los Oscar, así como otros importantes galardones y nominaciones. Ambientada en los años 50, narra parte de la biografía real de C.S. Lewis, encarnado en el actor Anthony Hopkins, profesor de literatura en Oxford y un reputado escritor (conocido en España especialmente por ser el autor de la que luego trascendería en formato de película, Crónicas de Narnia). Él es un hombre soltero que vive con su hermano de forma casi monacal, totalmente desconectado de la realidad, encerrado en el mundo de la enseñanza y de los libros. Un día irrumpe en su vida una espontánea Joy Gresham encarnada por Debra Winger, una poetisa estadounidense divorciada y gran admiradora suya, que está de viaje por Inglaterra con su hijo Douglas y que desea fervientemente conocerlo en persona.
C.S. Lewis coge un tren tardío. Tras un tiempo de relación epistolar y con la vuelta de Joy a Londres contrae un matrimonio de conveniencia para que pueda ella obtener la nacionalidad británica. Se entabla una curiosa relación platónica por el contraste entre la personalidad de ambos. Ella es diagnosticada de un cáncer óseo que hace temer por su vida de forma inminente. Nace entonces una conmovedora de amor con mayúsculas que el propio autor en su día describió en su libro “Una pena en observación“. C.S. Lewis decide entonces casarse en una ceremonia religiosa prácticamente “in articulo mortis“. Sin embargo, Joy mejora de forma inesperada gracias a la aplicación de un tratamiento con radioterapia, con curiosas imágenes sobre la especialidad naciente en aquel entonces y les concede un tiempo de felicidad que aprovechan en forma de un viaje a Irlanda.
“El dolor de hoy es parte de la felicidad de ayer” C.S.Lewis