1. Bienestar psicológico
2. Uso del tiempo
3. Vitalidad de la comunidad
4. Nivel cultural
5. Nivel sanitario
6. Nivel educativo.
7. Diversidad medioambiental.
8. Nivel de vida.
9. Gobierno.
El término fue acuñado por el rey Jigme Singye Wangchuck en 1972 quien dando inicio a su reinado se encontró ante la difícil decisión de elegir el camino por el que quería conducir a su pueblo. Ejemplos más allá de sus fronteras no le faltaban, la mayoría eran modelos que coincidían en un gobierno y grupo de ciudadanos concentrados en alcanzar riqueza económica. El problema radicaba en que estos modelos tenían muchas grietas: por un lado, sólo algunos lograban alcanzar esa riqueza tan ansiada que se acumulaba en pocas manos dejando a otros en la miseria. Por otro lado, ese objetivo único de obtener dinero en base a la explotación de recursos, dejaba el medio ambiente desprotegido y aniquilado. Pensó entonces que su gobierno y sus ciudadanos debían entonces plantearse otros objetivos fuera de los meramente económicos.
La felicidad por supuesto tiene que ver también con términos económicos, pues eso permite al gobierno poner a disposición del pueblo los recursos básicos como son la sanidad y la educación. Cuando el foco incide más en estos nuevos indicadores, los resultados son irremediablemente distintos.
¿Qué hace a los ciudadanos felices? Con esta pregunta traspasa el poder también al pueblo, convirtiendo así a Bután en una monarquía parlamentaria en 2008 y en la democracia más joven del mundo donde la filosofía de desarrollo de la FIB es el orgullo de sus habitantes.
La FIB se fundamenta en los siguientes principios:
– Buena gestión de los asuntos públicos
– Desarrollo económico equilibrado
– Conservación del medio ambiente
– Preservación y fomento de la cultura
Sobre todo, el gran éxito de este modelo de desarrollo en Bután es el estar consiguiendo abrazar la modernidad y la globalización dejando intactos los valores y tradiciones propias. Bután, no sólo obtiene lo mejor del progreso, sino que no permite que este arrastre la esencia de su cultura. De esta forma Bután se ha convertido hoy en un verdadero campo de cultivo fértil para nuevas ideas y nuevas formas de hacer las cosas en el que muchos países tienen puestos hoy sus ojos y sus esperanzas.
Sé que las comparaciones son odiosas, pues se trata de un país muy pequeño y con una filosofía de vida oriental que es muy diferente a la nuestra. Así España ocupa el lugar 23 en los índices de prosperidad (lo que más se puede parecer a la FIB). Como hemos visto la sanidad y la educación juegan un papel destacado. Para que este índice suba es menester cuidar a ambos de manera exquisita. Pero como sugerencia ¿no sería genial que nuestros gobernantes tomaran nota y se pusieran a trabajar en lo que verdaderamente nos preocupa?
Es bueno tener la referencia de esta felicidad colectiva. También es muy importante ser conscientes que a pesar de todo existe una felicidad personal de la que nosotros mismos somos sus dueños. Según Maslow y su famosa pirámide la felicidad ésta tiene sus escalas.
Algo había leído sobre eso no sé dónde, no hace mucho. Pero me encanta el término de FIB. Tu entrada me ha recordado a una entrada reciente en El Caparazón sobre los beneficios de la felicidad en la salud, el beneficio no se produce cuando la felicidad proviene del bienestar hedonista. Ahí te dejo también el enlace, gracias.
http://www.dreig.eu/caparazon/2013/07/31/felicidad-y-salud-participacion/
Muchísimas gracias por tu aportación Aurora. Prometo leerlo. Un abrazo.