Lee, a su vez, está divorciada y tiene dos hijos. Uno de ellos la mantiene ocupada, su hijo Hank (Leonardo DiCaprio), que está internado en un centro psiquiátrico por un problema de piromanía, llegando a por prender fuego a la propia casa de su madre. Charlie, el hijo menor parece no inmutarse con las excentricidades de su hermano o aparente desinterés de su madre. Un día Lee decide sacar a su hijo Hank del psiquiátrico y se marchan rumbo a la ciudad de su hermana. Hank se muestra incrédulo. “Yo ni siquiera sabía que tenías una hermana,” dice él. “¿Recuerdas cada Navidad, cuando yo decía: Bueno, parece que la tía Bessie no nos envió una tarjeta de nuevo este año?” dice Lee. ¡Oh, sí!”, dice Hank. Así pues, Lee y sus dos hijos van rumbo a Florida a hacerse unas pruebas de histocompatibilidad para ver si pueden ser donantes de médula ósea para su hermana.
En esta situación Lee se da cuenta de que ella tiene que hacerse ahora cargo de la atención de su padre Marvin. En un primer momento inicia una búsqueda de una residencia. Finalmente Bessie y Lee, que habían estado tan distanciadas, se dan cuenta del tiempo perdido y vuelven a llevarse bien. Desafortunadamente, el médico revela que las pruebas de histocompatibilidad son negativas y que no podrán trasplantarte la médula ósea, por lo que tendrá que seguir con la quimioterapia. A pesar de este contratiempo, Lee y sus hijos deciden quedarse a vivir para siempre con su tía y su abuelo.
El director teatral Jerry Zaks se rodeó en esta película de un espectacular elenco en su debut tras las cámaras. El reparto reunió a un grupo de actores que acumulaban 20 candidaturas a los Óscars y cinco estatuillas, conseguidas por Meryl Streep, Diane Keaton y Robert DeNiro (que interpreta al Dr Wally). El papel de la oveja negra de la familia fue para la camaleónica y genial Meryl Streep, aunque inicialmente se le ofreció el de la hermana buena, finalmente recayó en Keaton (quien optó al Óscar por esta interpretación). Estos personajes forman parte de la obra teatral del dramaturgo Scott MacPherson, que él mismo adaptó para el cine antes de morir de SIDA a los 33 años.
En esta película se reflexiona sobre temas importantes que nos afectan a muchos: el cuidado de un gran dependiente, el papel de su cuidador principal, su desgaste, lo que ocurre cuando el cuidador principal sufre a su vez una enfermedad grave, cómo evolucionan las relaciones familiares, los problemas psiquiátricos de un hijo y lo que supone encontrar a un donante de médula ósea compatible. Una mezcla explosiva que a veces sucede en el mundo real.
En resumen, se trata de un elenco de actores con sublimes interpretaciones que no dejará indiferente a nadie. Y otra vez más la leucemia, actriz protagonista donde las haya, sale a relucir de nuevo. Algún día se llevará el Óscar a la enfermedad más interpretada en el cine.
Me parece increíble la labor que hace la medicina; pero por experiencia propia se que todo lo cambia una buena actitud ante la vida. Y soy fan del cine y trato de encontrar un buen mensaje en ellas. Que me llenen de esperanza. Actualmente tengo un tumor en el cerebro inoperable. No es canceroso. Pero por el área donde se encuentra solo con radiación se podría eliminar. Pero sería más el daño que el beneficio. Bendiciones 🙏
Estimada Gisela: Gracias por tu aporte. Evidentemente es importante tener una actitud positiva para afrontar los contratiempos de la vida. De todos modos, no soy partidaria de ocultar las emociones sean o no positivas. Cada emoción tiene un significado y todas merecen ser igualemente validadas para poder dar una respuesta adecuada al mensaje que cada emoción nos transmite. Un saludo.