Nos encontramos ante un verano que ya agoniza y ya estamos pensando en el nuevo curso. La sensación es similar a la del año nuevo que comienza. En Septiembre también hacemos buenos propósitos: ir al gimnasio, hacer algo de dieta para bajar quilos, apuntarse a una academia para perfeccionar inglés, etc. Por mi parte, y como cada año, me enfrento a la ardua tarea de forrar libros, ordenarlos, ponerles el nombre, revisar la ropa del año anterior para ver qué aprovecho y qué desecho y pensar en las actividades extraescolares. También en esta época emergen cursos y congresos. Es una época frenética de formación. Los días ya se acortan, el rocío inunda las mañanas y empiezo a notar ese característico olor a otoño en el ambiente. Vuelvo de vacaciones con fuerzas renovadas y ganas de rellenar muchos folios en blanco. No sólo los de mi blog que estoy escribiendo ahora, sino también los que escribiré en el relato de mi propia vida.
Seguiré estando ahí intentando que los pacientes sean tratados como merecen, que no me abrume el exceso de trabajo, la burocracia o la cantidad ingente de sinsentidos que se abren a mi paso y en el de mis compañeros. En algún momento seré humana y me sentiré cansada, con ganas de que el día acabe y de tomar algo de aire. Los días, los meses y los años me pasan cada vez más deprisa. Siento la necesidad de frenarlos un poco, saborearlos, hacerlos un poco míos. A veces tengo la sensación de que el tiempo pasa por encima mío y no yo por encima del tiempo. Éste parece azotarme y no me deja ir a una marcha menor. Trato de no agobiarme por ello, a pesar de todo.
Tareas pendientes y nuevos propósitos. Septiembre.
Video de Glen Keane: The Duet.