“Antonio Vega. Tu voz entre otras mil” es una película-documental dirigida por la periodista Paloma Concejero y que fue estrenada en Mayo de 2014. En ella se recogen retazos inéditos de la vida del genio, poeta, cantante y compositor que forma ya parte de la historia de la mejor música pop española contemporánea. El escritor Bosco Ussía, autor de la biografía de Antonio Vega en su libro “Mis cuatro estaciones” tuvo el privilegio de recoger durante cuatro años a través de una grabadora, partes inéditas de la biografía de Antonio Vega contadas en primera persona y en las que habla de su existencia, de su personalidad y de sus creaciones. Gran parte de esas grabaciones forman parte del hilo conductor de la película.
Antonio Vega Tallés fue el tercer hijo de seis hermanos. Su padre era un afamado médico traumatólogo y su madre una mujer de armas tomar, fuerte y decidida. Sobre sus primeros años de vida Antonio escribe:
“Yo nací un 16 de diciembre, el de 1957 en particular, con mucha prisa pues solo había transcurrido siete meses y medio de embarazo. Dos hermanos esperaban por mi en los sabores del uso de la razón y tres hermanas por llegar completarían la saga de los Vega. Una educación afortunada, sobre la base de la humildad y la entrega, me protegió a lo largo de 20 años, en que el servicio militar cerraría primero y abriría después las etapas de mi vida.Mi inclinación por la música y los instrumentos se puso de manifiesto muy joven, a los 10 años, cuando asistía en calidad de “oyente” a las clases de guitarra que tomaban Ricardo y Carlos. Con los ojos clavados en las manos y los trastes, procuraba retener sonidos y sus correspondientes posiciones en el mástil, luego cuando todo terminaba me acercaba a la guitarra casi tan grande como yo y acariciando tembloroso sus cuerdas, pensaba en que algún día yo la pondría sobre mis muslos y mis manos la harían soñar”
A lo largo del documental salpicado de imágenes de su niñez en superocho, de grabaciones de su voz con Bosco Ussía y de los testimonios de amigos y familiares, descubrimos a un joven de altas capacidades intelectuales, amante de las ciencias y de las letras. Un hombre polifacético. Le apasionaba la Física, en especial la astronomía, una disciplina que conocía muy bien. También era amante de la naturaleza y fue un alpinista nato, no sólo de montañas, sino de todo lo que se le pusiera por delante. Componía música con su guitarra y escribía luego sus letras. Escribía compulsivamente, tomaba notas por doquier, dando rienda suelta a sus sensaciones allí donde le pillara e incluso escribía cuentos o relatos. Cursó la carrera de arquitectura, luego la de sociología y llegó a ingresar en una escuela de pilotos En 1978 tras finalizar el servicio militar en Valencia donde incluso recibió una medalla, Antonio inició su verdadera vocación artística. Compuso en esa época la emblemática “Chica de ayer”. Fundó el grupo Nacha Pop con Carlos Brooking y su primo Nacho García Vega (que había formado parte de la banda Uhu-Helicopter). Un año después se les unió Antonio “Ñete” Martín-Caruana, y actuaron ya como teloneros de grupos como Siouxsie & The Banshees y Ramones.
Nacha Pop formó parte de la entonces conocida como Movida Madrileña y vivieron su expansión entre 1980 y 1988, año en que Antonio anunció su retirada y disolución del grupo. En el plano personal contrajo entretanto matrimonio con Teresa. Comenzó luego su carrera en solitario expresando así su singularidad. En 1991 compuso su álbum “No me iré mañana”. Tras el éxito obtenido publicó en 1992 “El sitio de mi recreo”, una recopilación de una docena de canciones, algunas de ellas de Nacha Pop. En 1993 los grupos y cantantes más populares del momento le rindieron tributo a su genialidad a través del álbum “Ese chico triste y solitario”. Al año siguiente salió a la luz un soberbio trabajo íntimo, diferente y de gran elegancia musical titulado “Océano de sol”.
En 1995 grabó un tema de Serrat “Romance de Curro el Palmo”, que se incluyó en “Serrat… eres único!”, un disco de homenaje al cantautor catalán. También colaboró en la grabación del nuevo disco de los Carmona, y acompañó a Ketama en el álbum De akí a Ketama en el tema “Se dejaba llevar”. En 1998 editó “Anatomía de una ola”, álbum que sería presentado en directo en el Palacio de Congresos de Madrid y que había grabado en Mallorca con Joan Bibiloni. Al año siguiente, mientras preparaba nuevos temas para su siguiente trabajo, colaboró en la grabación de “A tu lado” (álbum de homenaje a Enrique Urquijo, que había fallecido en 1999) al que aportó el tema “Agárrate a mí, María”.
En el año 2000 grabó su siguiente disco. Arropado por un excelente elenco de músicos, las sesiones de grabación del artista se prolongaron hasta 2001 y dieron lugar a nueve excelentes canciones reunidas en un disco de larga duración titulado “De un lugar perdido”. Temas como el del título del álbum, “Estaciones” o “Seda y hierro” mostraron a un Antonio Vega más maduro y en uno de sus mejores momentos. En 2004 publicó “Escapadas”, un recopilatorio que incluía duetos con otros artistas, nuevas versiones de sus temas realizadas por él mismo y dos canciones inéditas. Un año después presentaría un nuevo álbum de muy distinta temática: “Tres mil noches con Marga”. Se trata de un disco en memoria de su desaparecida compañera sentimental y musa, Marga del Río.
En 2007 aceptó participar en una nostálgica reaparición de Nacha Pop, junto a Nacho Vega y siguió trabajando en colaboraciones y conciertos. En 2009 se estrenó en Bilbao su última canción “Antes de haber nacido”. Antonio Vega falleció prematuramente a los 51 años un 12 de mayo de 2009 a causa de un cáncer de pulmón.
El filme estuvo sin embargo rodeado por la polémica, pues quizá la directora pecó de navegar en exceso por el lado oscuro del artista, que aunque nunca negó su existencia, quizá acaba desdibujando una figura que por otro lado fue única e irrepetible. La familia expone su testimonio desde el cariño, la buena fe y la generosidad. Merecían que Antonio Vega fuera recordado como lo que fue, un artista tocado por el duende y con un talento acérrimo, que acariciaba como nadie a las palabras poniéndoles armonía musical que hacía delirar a su público dejándole las puertas abiertas para que cada uno las interpretase a su manera, sin imponer nada. Un hombre que conoció la gloria y mordió a su vez el polvo. Estaba dotado de una sensibilidad característica que lo hacía muy especial. Introvertido, tímido, ensimismado. Según sus propias palabras decía que “la poca intimidad que se me va en las canciones es la que yo necesito perder. A veces, tengo sobrecarga de intimidad y utilizo la música para descargarla. El hecho de contar parte de tu vida en tus canciones es un poco como una terapia psiquiátrica”. Antonio Vega tuvo siete vidas como los gatos. Siempre salió adelante a pesar de todo. La última vida se la llevó en un suspiro un cáncer de pulmón. Al ver la película me alegré de saber que recibió mucho cariño de los suyos y estuvo en todo momento bien acompañado en sus últimos días. La saga de los Vega estuvieron a la altura en este final.
Personalmente, después de ver la película, me quedo con las palabras de Carlos, su hermano: “Me gusta recordar simplemente a Antonio rasgando su guitarra y cantando”. Este mundo era demasiado pequeño para Antonio y tuvo que volar hacia ese firmamento que tanto amaba para dejarnos aquí en el planeta Tierra su imponente legado.