En esta noche de brujas, zombies y calabazas en la que los niños van pidiendo puerta a puerta el consabido “truco o trato”, yo me quedo sin duda con la palabra trato.
Trato de levantarme cada día mejor que ayer pero no peor que mañana.
Trato de que la tecnología no se asocie a medicina inhumana
Trato de dibujar en mi cara, aunque por dentro no tenga motivos, una sonrisa.
Trato de autentificar mi yo cada día y no permitir convertirme en una sumisa.
Trato de no dejar de sentir ternura con la visión de mis niñas dormidas.
Trato de no ser abducida en tiempo y forma por las verdades fingidas
Trato de vestir mi mejor versión, a sabiendas que no todos los días son azules ni grises.
Trato de buscar los dulces y buenos sabores a miel, canela y anises
Trato de vencer a veces la tentación de dejar colgada la bata cuando llega el hastío.
Trato de huir del falso elogio, de la verdad disfrazada y del tóxico gentío.
Trato de ver en cada enfermo un alma que sufre y quiere alivio o consuelo.
Trato de no dejar de pensar que es posible lograr mis sueños y alzar hacia ellos el vuelo
Trato de no sobretratar innecesariamente bajo el principio de “primum non nocere”.
Trato de emular a mis mentores que son ejemplo para mi y algún congénere.
Trato de tratar bien al paciente, de informarle y escucharle incluso en sus silencios elocuentes.
Trato de no poner palos en las ruedas, de dejar fluir y levantar firmes puentes.
Trato de que no me den truco por trato, ni gato por liebre.
Trato de tratar el dolor, la angustia, la pena y a veces también la fiebre.
Trato de hacer del trato afable y sentido una filosofía de vida.
Trato de entender que hay un camino de vuelta y otro de ida.
Trato de que no me truequen el sueño de seguir los pasos del gran Marañón.
Trato con ciencia y con conciencia al enfermo sediento de esta doble condición.
Trato de que no haya trata de tratos hechos con ton y son.
Trato de escribir en prosa sencilla con cierto tiento y tesón
Trato de no tragarme el cuento de la lechera sea quien sea quien me lo leyera
Trato de ser un médico especialista que no se olvida del de cabecera
Trato de tratar de encontrar la palabra que acaricie el corazón y no me subyugue sola ante la razón.
Trato de poner poesía a mi prosa ejerciendo así una callada pasión.
Trato de comprender que la esperanza no es una pose sino una actitud
Trato de ver que la vida es mejor bien vivida y en plenitud
Trato de no dejar que otros canten la letra compuesta por quién se yo
Trato de ver el truco del trato que la vida me dió
Pues sí, ¡hay trato! genial Virginia, como siempre. Un abrazo enorme.
Gracias Mª José!!! Me alegro que te haya gustado este post un tanto filosófico. Un abrazo !!!!
Me encanta tu trato…ahora a intentar ponerlo en práctica !
Al ataque…gracias por ser tan luminosa!
Gracias por tu "trato"!! ;)) Un abrazo Mª Paula!!!