El cáncer colorrectal es una enfermedad de gran magnitud ocupando el ranking número uno, con una frecuencia de 32000 nuevos casos en nuestro país cada año. Las tasas de incidencia se han incrementado de forma significativa en la última década, de tal manera que representa la segunda causa de incidencia y mortalidad por cáncer, tanto en hombres como en mujeres en la mayoría de los países desarrollados, y el primer lugar si consideramos conjuntamente ambos sexos.
Son factores de riesgo las dietas ricas en grasas animales, el consumo de alcohol y tabaco, la obesidad, la diabetes mellitus tipo 2, los adenomas colónicos, los antecedentes familiares de esta neoplasia (cáncer colorrectal no asociado a poliposis y la poliposis adenomatosa familiar), y la enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn).
La ausencia de síntomas suele ser la norma y cuando aparecen lo hacen en forma de un cambio en el ritmo deposicional (diarrea o estreñimiento), aparición de sangre con las heces (rectorragia), dolor abdominal o, de modo menos frecuente, síndrome constitucional con astenia (cansancio), anorexia (falta de apetito) y pérdida de peso sin focalización digestiva o en último término dolor abdominal cólico como consecuencia de una obstrucción intestinal o una perforación .
La clave para la disminución de la mortalidad por este cáncer se encuentra en el diagnóstico y el tratamiento temprano de la enfermedad. Las distintas sociedades científicas aceptan como técnica de cribado la prueba de sangre oculta en heces (SOH) en la población asintomática mayor de 50 años (a partir de esa edad aumenta la frecuencia). Para saber más sobre la recogida de muestras haga clic aquí.
En una prueba muy sencilla y cómoda detectaremos si las deposiciones contienen pequeñas cantidades de sangre que no se ven a simple vista. El resultado se comunicará antes de un mes. En caso de salir esta prueba negativa es poco probable que tenga un cáncer de colon. Sin embargo, si tiene molestias debe consultar a su médico. Pasados dos años puede volver a repetirse la prueba. Si el test sale positivo lo más probable es que tenga una lesión benigna (como los pólipos), y sólo en pocos casos la sangre se explica por la presencia de un cáncer. Ante este resultado, se ofrece al paciente una colonoscopia, que es una exploración del interior del intestino que se recomienda hacer con sedación y que tiene un relativo riesgo bajo de complicaciones. Si finalmente la colonoscopia resulta normal le informarán que hasta pasados 10 años desde la fecha de invitación no tendrá que volver a hacerse otra.
La colonoscopia es el método más sensible y específico para la detección de pólipos y de cáncer colorrectal. Es la prueba de elección para la posterior evaluación de los pacientes cuya prueba de sangre oculta en heces ha sido positiva. El desarrollo de nuevos equipos de endoscopia de alta resolución y de amplificación y con la aplicación de técnicas de tinción, posibilita la detección de lesiones diminutas y de pólipos superficiales.
Existe evidencia de que el cribado del cáncer colorrectal en población de riesgo medio (individuos de edad ≥ 50 años sin otros factores de riesgo), con esta prueba de sangre oculta en heces bianuall, sigmoidoscopia cada 5 años o colonoscopia cada 10 años, disminuye la incidencia y la mortalidad por este tipo de cáncer.
Resulta fundamental identificar y hacer un cribado en la población de riesgo elevado (individuos con poliposis adenomatosa familiar, cáncer colorrectal hereditario no asociado a poliposis, cáncer colorrectal familiar, antecedentes personales de adenomas colónicos, enfermedad de Lynch y la enfermedad inflamatoria intestinal).
En España, la mayoría de los planes de salud de las comunidades autónomas establecen como objetivo el cribado del cáncer colorrectal y hacen referencia a la necesidad de realizar estudios piloto que evalúen la viabilidad de la puesta en marcha de programas de cobertura poblacional. Sin embargo, el cribado para el cáncer de colon en España está en una situación de absoluta inequidad, (como ocurre con otras presataciones sanitarias) puesto que la cobertura del programa difiere según las Comunidades Autónomas. Hay Comunidades Autónomas con una cobertura del 100% y otras que no tienen apenas cobertura o carecen de programa de cribado.
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El cribado del cáncer tiene beneficios conocidos aunque siempre resulta un tema de debate, como ocurre con la mamografía en el cáncer de mama o la determinación de PSA (siglas en inglés de Antígeno Prostático Específico) en cáncer de próstata, pues siempre existen riesgos inherentes a la exposición de pruebas a la población general sana de sobrediagnóstico y sobretratamiento. Hemos de ser conscientes de que en la realización de cualquier tipo de cribado es recomendable informar al paciente que participa en estas campañas de esta posibilidad. Una buena información nos concede siempre la posibilidad de mejorar en la toma de decisiones.