Son aspectos que les preocupan y soy consciente de que no siempre damos lugar a su respuesta. En el momento diagnóstico las pacientes entran en un estado de deslocalización o de incredulidad que las mantiene en un cierto estado de impacto emocional que les impide pensar más allá. Necesitan apoyo psicológico en muchos casos, alguien que les guíe y apoye en las decisiones rápidas que se han de tomar, entender lo que les está pasando y por qué se administran los tratamientos, los casos hereditarios, la nutrición, el ejercicio físico, la fisioterapia, la psicooncología, la oncoestética, la reconstrucción, los aspectos sociales y laborales, romper con el estigma de un cáncer, reforzar la autoestima a través del coaching, la sexualidad, la fertilidad, etc. Necesitan en una palabra: humanidad.
Rose Project trata de dar esa visión integradora de la enfermedad dando de este modo respuestas a muchas de esas necesidades cotidianas, a través de una experiencia diferente y en el marco idílico de un balneario. Elegimos un balneario porque nos parecía un entorno sosegado y tranquilo, alejado del frío hospital o sus consultas. Algo que les ayude a olvidar y les cargue de energía. Ponemos al servicio de las mujeres muchas herramientas útiles, a modo de ingredientes para que ellas construyan al acabar, la receta que más les convenga y se amolde a sus necesidades. Al salir de allí pueden construir una vida más normalizada o incluso extraordinaria si así lo deciden.
Puedo hablar ya de una idea hecha realidad. La primera edición tuvo lugar en el Balneario de Lanjarón con siete mujeres. Los cuidadores también tienen su espacio en Rose Project. Ellas han confiado en el equipo y creo que no les defraudamos. Han sido 4 días intensos, llenos de experiencias positivas para ellas y para nosotros también. Se van con las maletas llenas de recuerdos intensos y bonitos, de esperanza y de ganas de transmitir lo vivido a otras mujeres para ayudarles en ese mismo camino.
Yo he aprendido mucho también de ellas. Espero no dejar de hacerlo nunca. La implicación en este proyecto ha merecido la pena y me siento orgullosa de que haya empezado a caminar. A partir de ahora sólo toca perfilar y mejorar. Gracias a todos los que han creido en esta aventura y se han montado en el barco a navegar por estas mujeres.