Música y Medicina casan bien, más de lo que pudiera parecer a simple vista. El lenguaje musical debiera entenderse como una herramienta que cataliza y transforma nuestras emociones pudiendo incluso transformar los fríos ambientes hospitalarios en lugares acogedores, amigables y que invitan a sentirse más relajados.
Recuerdo, cuando estuve como “medical observer” en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, que todos los viernes a mediodía se representaba un concierto musical de unos 30 minutos. Dichos conciertos eran organizados por asociaciones de pacientes con cáncer y se encontraba abierto al personal del centro y a los pacientes o familiares. Eran conciertos sorprendentes, pequeños, curiosos e intimistas como por ejemplo, la representación de dos hermanos que tocaban piezas al piano a cuatro manos o un grupo musical de voces femeninas que cantaba canciones en sefardí. Diferentes representaciones que no sólo eran agradable a los oídos, sino también a todos los sentidos. Tras esa pausa musical, volver al quehacer del hospital se tornaba mucho más llevadero.
He encontrado distintas iniciativas y ejemplos del maridaje de Música y Medicina. Un ejemplo de ello es Claudius Conrad, un profesor asistente de Oncología Quirúrgica que explica a su audiencia que en la Edad Media, las recetas populares implicaban combinaciones musicales específicas. Se creía como ejemplo que alternar tocar la flauta y el arpa aliviaban la gota. Pero, a pesar de la conexión de larga data entre la música y la medicina, sólo hay un pequeño cuerpo de investigación científica que trata de cómo la música afecta al cuerpo.
Este tema ha sido de particular interés para Conrad, un cirujano con amplia experiencia en laparoscopia, doctor en Biología con células madre y en Filosofía Musical. La música siempre ha sido importante para Conrad, que llegó a Texas desde Alemania para estudiar piano con una beca musical. Cuenta que un mentor le aconsejó buscar otros intereses en paralelo con ser pianista y él estaba interesado en seguir estudiando Medicina.
Durante la residencia de Cirugía en Alemania, Conrad completó sus estudios con una beca en la Unidad de Cuidados Intensivos, donde descubrió que podía combinar estas dos pasiones. Realizó un estudio sobre pacientes de la UCI como parte de su tesis doctoral y descubrió una nueva vía de estrés y la obtención de relajación a través la música. Fue capaz de demostrar que los pacientes de la UCI podrían ahorrarse medicación sedativa al escuchar música clásica.
Conrad se convirtió más tarde en el director del programa de Música y Medicina en el Massachusetts General Hospital de Harvard Medical School en Boston. Conrad estudió asimismo el estrés auditivo y su equipo analizó cuatro grupos de cirujanos para medir la precisión quirúrgica y su velocidad mientras operaban en una cirugía simulada. A un grupo se le permitió el silencio, a otro le puso a realizar sencillos problemas de matemáticas, a otro grupo le puso a escuchar a Mozart y a un grupo final le puso a escuchar dos tipos de música al mismo tiempo: la música folclórica alemana en un oído y heavy metal en el otro. Encontraron que para algunos, el rendimiento fue muy afectado por el estrés auditivo y que al escuchar a Mozart mejoró la recuperación quirúrgica.
Más recientemente, ha estudiado el impacto de la música en los miembros de la familia de los pacientes, especialmente en ambientes de alto estrés como en una sala de Urgencias. Encontró una correlación entre el nivel de educación, el género y el grado de relajación de la música. Actualmente, está estudiando lo que la música nos puede enseñar sobre la dinámica de equipo en el ambiente de trabajo de alta tensión como lo es una sala quirúrgica. La música tiene la capacidad de iniciar la comunicación entre los médicos, enfermeras, etc. Conduce conversaciones y ayuda a encontrar un terreno común e incluso puede sincronizar los movimientos de las personas. Conrad dice que la cirugía es una actividad de equipo, por lo que encontrar un hilo conductor entre las diversas personas en un equipo quirúrgico es vital para un rendimiento óptimo y los mejores resultados posibles del paciente.
La gente piensa que tocar el piano y la cirugía laparoscópica son cosas que simplemente haces con las manos, pero ambos se refieren a traducciones mentales: el cerebro finalmente traduce una imagen bidimensional, las notas musicales o el video del paciente, en un movimiento tridimensional. Conrad se basa en su formación como pianista de conciertos para aplicarlo a una sala de operaciones y dice que hay muchas similitudes entre los dos ambientes. Para poder estar relajado y receptivo a la retroalimentación que te da un tejido o un instrumento, se debe confiar en el entrenamiento.
Conrad incluso usa ejercicios que aprendió como pianista para asesorar a sus compañeros. Les pide a sus compañeros que se cepillen los dientes con cada mano o cambien su reloj de la mano izquierda a la derecha para construir un control muscular y un movimiento independiente, ya que esto es particularmente importante en la cirugía mínimamente invasiva. Espera dirigir más investigaciones basadas en la música en el MD Anderson Cancer Center y explorar el impacto de la música a nivel celular. Conrad también está involucrado en la investigación para mejorar las intervenciones mínimamente invasivas de hígado y páncreas.
A este médico le gusta especialmente este tipo de investigación porque está muy centrada en el paciente. La cirugía mínimamente invasiva tiene el objetivo de crear menos trauma, obtener tiempos de recuperación más rápidos y mejores resultados, al igual que ocurre con la incorporación de la música a la medicina. Es una perspectiva positiva. Más allá de su investigación, Conrad anima a todos a escuchar más música, independientemente del tipo que sea. Reconoce que trabaja en un ambiente de alto estrés y juega como cirujano un papel importante en la vida de otras personas en momentos difíciles, ofreciendo complejos tratamientos quirúrgicos. La música puede restaurar nuestra energía y ayudar a mantener una perspectiva positiva de la vida.
Otra curiosa iniciativa del Memorial Sloan Kettering Cancer Center es la de “Musics on call” (músicos de guardia). que lleva la música directamente a la cabecera del paciente. En los 15 años desde que, estos músicos acuden a tocar al centro médico el grupo se han convertido en un componente esencial. También ha crecido, con sus voluntarios para la realización de más de 400.000 visitas en los hospitales de todo el país.
Karen Popkin, directora del programa cree que la iniciativa da la oportunidad de expresar las emociones y obtener una catarsis, una sonrisa o toda la gama de emociones. Es muy importante para las personas que están hospitalizados tener un ambiente humanizado, y cree que las artes pueden ayudar a hacerlo.
Ya en nuestro país contamos con otra interesante iniciativa que aúna las dos disciplinas, “Música en vena”, una asociación sin ánimo de lucro dedicada a la mejora de las estancias hospitalarias de pacientes, familiares y personal sanitario a través de la música en directo. Realiza su trabajo desde hace 4 años en 14 hospitales de la Comunidad de Madrid a través de un convenio suscrito con el Servicio Madrileño de Salud.
Su vocación es la de contribuir a mejorar la sociedad a través de la música: impulsar la función de la música como herramienta de acción social, crear nuevas audiencias, nuevos espacios y generar oportunidades de actividad y futuro empleo para músicos. En los primeros tres años de trabajo, Música en vena ha realizado más de 300 conciertos, trabajando con 800 músicos y beneficiando a más de 10.000 personas.
Las principales áreas de trabajo son :
- Sanitaria: música a demanda, micro-espectáculos en planta, conciertos en hospital de día y conciertos de gran formato en los auditorios de los hospitales.
- Investigación: medición del impacto positivo de la música en el ámbito hospitalario y su repercusión en la salud de los pacientes.
- Divulgación musical: diseño y producción de comisariados musicales a medida.
Music 4 CancerTribute es un festival musical solidario que trata de fusionar la música con el homenaje a personas destacadas por su lucha contra el cáncer: investigadores, pacientes, profesionales sanitarios, etc. El objetivo de este festival es la recaudación de fondos para desarrollar una herramienta de salud digital que ayude a personas en tratamiento de cáncer que les ayudará durante sus tratamientos de quimioterapia cuando estén en su casa. La aplicación proporcionará a estas personas una serie de herramientas que les ayuden a reducir sus niveles de ansiedad y mejorar su calidad de vida. Esta aplicación forma parte del programa Xemio y será gratuita para los pacientes. Su desarrollo se ha iniciado con los tratamientos para el cáncer de mama. Este programa solidario es iniciativa de la ingeniera en telecomunicaciones y especialista en comunicación audiovisual, la Dra. Imma Grau, que impulsó la fundación y la creación de Xemio a raíz de su experiencia vital como paciente de cáncer.
Por último “A Kiss for all the World” es otro movimiento musical que quiere compartir el mensaje de la Novena Sinfonía de Beethoven con los más desfavorecidos del planeta: hombres, mujeres y niños que nunca han tenido acceso a la belleza y al contenido espiritual profundo de la gran música. Declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco, la obra de Beethoven invita a que todos los seres humanos nos unamos en un abrazo que llegue hasta el último confín de la tierra. Una orquesta sinfónica y un coro formados por músicos de distintas nacionalidades, bajo la dirección de Íñigo Pirfano, se encargarán de interpretarla desinteresadamente ante colectivos vulnerables de todo el mundo, entre ellos los hospitales.
Les dejo con el video del concierto que tuvo lugar en el Hospital 12 de Octubre de Madrid y que fue realmente emocionante. La Música y la Medicina tienen mucho que contar.