Nacemos, crecemos, vivimos y morimos. Es el ciclo de la vida. Siempre ha sido así, aunque vivamos ahora como si fuéramos inmortales. Encararnos a la muerte especialmente en nuestra cultura occidental nos cuesta, nos duele, nos da miedo, nos parece escabroso o simplemente la escondemos debajo de la mesa. Hablar con naturalidad de la muerte se ha convertido en un ejercicio complicado y casi conspiratorio. De esa realidad y necesidad de hablar de la muerte, nace Death Cafe.
Death Cafe es un grupo organizado de discusión sobre la muerte sin un guión cerrado, ni perseguir ningún objetivo concreto. El último propósito es fomentar la conciencia social acerca de la muerte desde los más variopintos y diversos puntos de vista, para valorar precisamente más la vida y romper con los tabúes que rodean hoy día en torno a la muerte.
Hagamos historia. Este modelo llamado Death Cafe fue desarrollado en 2011 por su fundador Jon Underwood y Sue Barsky Reid, basándose en las ideas de Bernard Crettaz, un sociólogo suizo director de la Sociedad de estudios tanatológicos de la Suiza Romance y que en 1989 constituyó los Cafe Mortel. El primer Death Cafe se inició en Septiembre de 2011 al este de Londres. A partir del éxito de esa iniciativa se configuro una “franquicia social” del Death Cafe en el Reino Unido, EEUU y posteriormente se globalizó gracias a la presencia de las redes sociales.
Los Death Cafe deben cumplir como base de las siguientes premisas:
- No son eventos con ánimo de lucro
- Deben estar ubicados en un espacio accesible y lo que allí se comente debe ser respetuoso y confidencial
- No hay que llegar a ninguna conclusión, producto o acción concreta
- Alrededor del café pueden tomarse refrescos, pasteles, pastas o bizcochos
- No son un grupo de ayuda al duelo
El primer Death Cafe de España tuvo lugar en Diciembre de 2016 en Vitoria, gracias a la iniciativa Vivir con voz propia . Posteriormente los integrantes del Proyecto HUCI contactaron con ellos y organizaron el primer Death Cafe masivo el 23-3-17.
El pasado 27-7-17 el fundador del Death Cafe Jon Underwood falleció a los 44 años de forma repentina a consecuencia de una hemorragia cerebral debida a una leucemia aguda no diagnosticada previamente. Trabajó intensamente varios proyectos alrededor de la muerte además de los Death Cafe. Como homenaje a su figura, los integrantes del Proyecto HUCI decidieron hacer un llamamiento masivo en toda España y Latinoamérica para organizar un Death Cafe masivo. Un bonito homenaje al que decidimos unirnos también en Burgos junto a mis compañeras Mª José Pereda que preside el Comité de Bioética de mi hospital y Almudena Calleja que nos ayudó a diseñar el cartel. Finalmente se adherieron 23 ciudades de forma sincrónica el 13-12-17.
Era la primera vez que organizábamos este evento y no sabíamos a ciencia cierta si iba o no a despertar interés en la ciudadanía, así que buscamos un local céntrico donde hacerlo posible y dimos difusión a través de redes sociales. La acogida de las personas que asistieron y su participación superó nuestras expectativas, despertando un interés inusitado. Tras las presentaciones y exposición de las razones que nos movieron a promover este evento, empezamos con las interesantes y enriquecedoras intervenciones de los asistentes, dando lugar a una tertulia llena de buenas y agradables reflexiones, hermosos testimonios emotivos y llenos de vida e incluso dando cabida a algunas reivindicaciones.
Muchos de los asistentes eran profesionales sanitarios, cosa que sorprendía a los que no lo eran pues entienden que estamos acostumbrados a convivir con la muerte. Sin embargo, se dejó constancia de que los sanitarios no estamos educados ni formados para afrontar el reto de ofrecer una muerte con la dignidad suficiente que muchos pacientes y sus familias demandan. Casi nadie nace ya en un hospital y casi nadie muere ya fuera de él. La atención humana y digna al final de la vida en un hospital debería ser una prioridad en todos sus ámbitos. Morir es un proceso muy íntimo y que precisa que las familias o amigos estén cerca, en un ambiente acogedor y sin extraños que molesten. Sabemos que eso no ocurre por desgracia en muchas ocasiones, produciendo una situación de muerte en soledad y una sensación de desamparo.
Nos preparamos para todos los grandes acontecimientos de nuestra vida: la llegada de un bebé, bautizos, comuniones, bodas, graduaciones, fiestas, jubilaciones, etc. Sin embargo no nos preparamos para el viaje más importante e inexorable de nuestras vidas: la muerte.
El Dalai Lama hace esta reflexión profunda e interesante acerca de lo que ocurre sobre el tema de la muerte en Occidente:
“Lo que más me sorprende del hombre occidental es que pierde su salud para ganar dinero, después pierde el dinero para recuperar la salud y por pensar ansiosamente en el futuro no disfruta el presente ni el futuro. Viven como si no tuviesen que morir nunca y mueren como si nunca hubieran vivido“
Me quedo con esta reflexión: valoremos el momento presente como lo que es, un auténtico “presente” o regalo. La muerte nos pone en su lugar el verdadero valor de la vida.
impecable!!
Muchas gracias Edita. Feliz año!!