En una ocasión escuché: ¿Para qué hay que humanizar la sanidad? ¿Acaso en los hospitales el personal que trabaja no es humano? Además, según las últimas encuestas realizadas en nuestro hospital el porcentaje de satisfacción del usuario es del 80 %. ¿No os suena además muy mal la utilización de la palabra “humanización”? Sólo puedo decir que me quedé perpleja y me di cuenta que hay personas, que aún trabajando en un hospital, viven alejadas de una realidad palpable de despersonalización y deshumanización creciente en muchos de nuestros centros sanitarios. No reconocer que este problema existe es ya de por sí un grave problema.
Según la Real Academia de la Lengua, Humanizar significa : “Hacer humano, familiar y afable a alguien o a algo”. Humanizar la sanidad no es un ataque de buenismo, un postureo casual, un marketing consciente o incluso una moda pasajera. No, no lo es. En tal caso si así fuera deberíamos hablar de “humonizar” o de vender humo. Puede darse el caso de disfrazar de humanización cosas que no lo son con el objetivo de ponerse una etiqueta que viste y que parece que actualmente goza de una cierta buena prensa. No hay que quedarse con una cuestión puramente filosófica, es urgente pasar a la acción en nuestro día a día.
La Humanización Sanitaria no es un concepto nuevo. De hecho en 1984 el Ministerio de Sanidad y Consumo ya publicó un Plan de Humanización de la Asistencia Hospitalaria. Representó un paso importante para proclamar una “Carta de Derechos y Deberes de los pacientes”, reconociendo la vulnerabilidad de la persona enferma y la necesidad de tratarla con la dignidad, la celeridad, la responsabilidad y el respeto que merece. Todo un esbozo que sirvió para contar con la opinión del paciente, gestionar listas de espera, introducir maestros en las salas de hospitalización de Pediatría, favorecer el contacto madre e hijo tras el parto, crear bibliotecas para pacientes o menús a la carta.
Volviendo a la pregunta inicial ¿Cabe humanizar lo humano? ¿No es cierto que no hay nada más humano que la asistencia por parte de un ser humano que aporta todo su conocimiento científico, técnico y humanidad a otro ser humano que está enfermo? ¿Hay algo más humano que esa poderosa relación de ayuda? Cierto es que todos llevamos incorporadas de serie las herramientas humanas necesarias; pero distintos factores han hecho que las dejemos en un segundo plano y la competencia técnica se coloque muy por encima de la competencia humana.
No es raro que los pacientes se sientan en el sistema sanitario como un número de cartilla, de habitación o como un nombre con su patología encerrado en el cuerpo de una persona. Los médicos en la consulta se pasan más tiempo mirando la historia clínica del ordenador que a los ojos del paciente. Se consume mucho tiempo con tediosas tareas burocráticas o trabajando contrarreloj por la presión asistencial con la debida prisa sin pausa. Salas de espera abarrotadas, faltas de coordinación, listas de espera interminables, actitudes paternalistas, exceso de protocolización, ambientes de trabajo con demasiada luz artificial, que invitan poco a la comodidad o a la ergonomía, falta de empatía con los pacientes o los compañeros, la práctica de una medicina defensiva ante situaciones límite, hostilidades varias, desgaste profesional y falta de motivación son algunos ejemplos que convierten a los hospitales y centros de salud en espacios poco amigables para los que allí lo habitan.
Somos conscientes de que a pesar de lo comentado, hemos alcanzado grandes resultados y nos felicitamos de que hayamos conseguido prorrogar la vida de muchos pacientes. Los avances médicos y los tecnológicos deberían estar al servicio de las personas y no al revés como en ocasiones sentimos. Sin embargo, una mayor complejidad técnica debe ir acompañada de una mayor responsabilidad y compromiso moral humano. A nadie se le escapa en esta era de la Tecnología de la Información y la Comunicación y la Inteligencia Artificial el compromiso ético y humano se torna fundamental.
La Humanización sanitaria es una necesidad palpable para las personas, sean éstas pacientes, familiares o profesionales sanitarios. Hay que trabajar rigor y constancia para hacerlo realidad. Como dice el Dr Gabriel Heras: “Es fundamental desarrollar la Tecnología Punta Humana que todos llevamos dentro, y formar a los profesionales en aquellas habilidades no técnicas que complementan nuestra excelencia científica y que son necesarias en el día a día: escucha activa, compasión, acompañamiento, presencia y empatía”.
Hay quien habla de rehumanizar, porque humanos ya somos. Se trata de recuperar nuestra esencia humana y repensar en por qué nos hicimos profesionales sanitarios, de volver a nuestra vocación más profunda porque algún día, sin darnos cuenta, ésta se dejó de lado. Hasta el mismísimo Ortega y Gasset decía sobre esta cuestión:
“Mientras el tigre no puede dejar de ser tigre, no puede destigrarse, el hombre vive en riesgo permanente de deshumanizarse”.
Para seguir trabajando, investigando y fomentando esta idea nació la #benditalocura de Humanizar los Cuidados Intensivos o Proyecto HUCI, del que le han salido nuevos “hermanos” como el proyecto de Humanización de Urgencias y Emergencias HURGE o el de Humanización de la Gestión Sanitaria HUGES. Entendiendo desde hace tiempo esa necesidad en el campo de la Oncología hemos creado también un Proyecto de Humanización de la OncoHematología y la Radioterapia HONCOR.
HONCOR es un proyecto que nace con el objetivo de dar respuesta a todas aquellas necesidades humanas que tanto pacientes como cuidadores y profesionales tenemos. Desde el rigor, investigando y buscando todas aquellas herramientas o iniciativas que puedan hacerlo posible. Hacer de la calidad humana un valor fundamental de excelencia en el trato con el paciente. De la teoría a la práctica. Os invito a conocerlo.
Enfoquemos la mirada en la persona, aceptando sus valores, sus creencias y en el cómo quiere ser tratada. Encendamos nuestro espíritu de ayuda y de servicio, habilitando la esperanza, escuchando atentamente el relato del que nos cuenta su historia, interiorizando y procesando el mensaje directo y el sutil, pensando que la Medicina es todo un arte en el que hemos de dar cabida también a los sentimientos dentro de su complejo tejido científico.
Les dejo con este video sobre “Campanas por la Salud”, una forma de humanizar, cambiar la percepción y felicitar a aquellos pacientes que han finalizado su tratamiento oncológico que habitualmente supone un largo camino.
Estupendo tema lo he conversado con mis alumnos estudiantes de Licenciatura en Radiología, de alli han surgido posibles tesis de grado ya que los jóvenes se encuentran realmente motivados, agradezco mucho si tuviese material para ampliar en clases, me la haga llegar al correo. Muchas gracias
Estimada Neida: Le recomiendo visite nuestra página http://www.proyectohoncor.com. Saludos.