El pasado 7 de marzo recibí un mensaje de una compañera dándome la enhorabuena. En ese momento no entendía muy bien por qué. Hice clic en un enlace adjunto del Diario de Burgos . Sólo veía una foto mía de archivo que rezaba bajo el título “Del HUBU y en la Lista Forbes de los 100 mejores médicos“. Para ser sincera, mi primera reacción fue de sorpresa e incredulidad. No había recibido ninguna notificación por parte de Forbes y la foto publicada era de hacía unos años. Pensé que se podía tratar de un bienintencionado “montaje”.
Sin embargo, a lo largo del día, los mensajes de felicitación seguían llegando por diferentes canales, replanteándome mi percepción inicial. Decidí abrir el enlace de la revista Forbes. Allí estaba mi nombre en la especialidad de Oncología Radioterápica junto al de otros compañeros de profesión a los que admiro como Ignacio Azinovic, Elia del Cerro, Raimon Miralbell y Aurora Rodríguez. En Castilla y León, comunidad autónoma donde resido, compartía galardón con la hematóloga Maria Victoria Mateos, el cardiólogo Jose Alberto San Román y mi querida internista Raquel Blasco. Con sinceridad, me costó creérmelo.
Toda vez tuve conciencia real y fehaciente de que me encontraba en esa prestigiosa lista quise investigar cómo se había producido la elección. Descubrí que la elección se conforma en base a la opinión de diversos periodistas del sector sanitario. Tienen en cuenta la presencia de los médicos en los medios de comunicación, los reconocimientos que han recibido, la ocupación de puestos de relevancia así como las aportaciones que han realizado en el ámbito de la asistencia, la investigación y la docencia.
Entiendo que mi inclusión en este reconocimiento se debe, en gran medida, a mi labor divulgadora a través de este blog desde 2012, así como mi presencia en redes sociales o en diversos foros o medios de comunicación. Creo que además ha influido mi compromiso por una necesaria humanización de la asistencia sanitaria.
Tras estos últimos años que. reconozco han sido tremendamente difíciles para mi, este premio no podía llegar en un mejor momento, convirtiéndose en un verdadero acicate para volver a escribir con ganas, divulgar y hacer florecer lo mejor de mi trabajo y mi persona. Desde esta pequeña atalaya quiero dar las gracias por tanto y confío en seguir estando a la altura de lo que los pacientes oncológicos necesitan.
¡GRACIAS!