Cineterapia oncológica: Las Invasiones Bárbaras. “Les Invasions Barbares”Canadá. Denys Arcand. 2003 5/5 (2)

Las Invasiones Bárbaras (“Les Invasions Barbares”, en francés) es una película franco-canadiense de 2003 dirigida por Denys Arcand.
La película tiene como protagonista a un profesor de Universidad llamado Rémy que interpreta Rémy Girard y que padece un hepatocarcinoma en fase terminal. Se encuentra ingresado en un atestado hospital de Montreal, donde llama la atención las habitaciones compartidas con 3 ó 4 pacientes y camillas en los pasillos que hacen que resulte cuanto menos chocante en un país del primer mundo como es Canadá. Rémy está divorciado, pero mantiene una relación cordial con su ex-mujer Louise (Dorotheé Berryman) quien decide llamar a su hijo Sébastien (Stephane Rousseau) que trabaja como alto ejecutivo en Londres para una importante petrolera noruega y tiene una acomodada posición económica. La relación padre e hijo nunca fue muy buena, pero su madre logra convencerle para que venga a verle, ya que su hermana se encuentra de expedición en aguas australianas. Una vez en Montreal, Sébastien pide una segunda opinión a un amigo médico americano que le recomienda hacerse una PET en EEUU. A la vista de esa prueba su amigo opina que las cosas están muy feas y que ha de procurar darle a su padre todo tipo de comodidades para que lo que le quede de vida sea lo más agradable posible. Dado que su padre no quiere irse a los EEUU Sébastien se las ingenia, no sin ciertos sobornos al sistema de salud de Québec, como a los sindicatos, para que su padre esté en una acomodada y gran habitación individual. Consigue asimismo reunir a las personas que fueron significativas en la vida de su padre: sus mejores amigos, sus ex-amantes y familiares para que vayan a verle. Incluso paga a antiguos alumnos. 
Una de las escenas más inverosímiles es la del tratamiento del dolor con heroína que le propone desde la distancia su amigo médico. Ello le conduce por un sórdido y oscuro camino hasta Nathalie (Marie-Josée Croze) hija de una de las amantes de Rémy que es drogadicta. Ella le proporcionará las dosis necesarias para que Rémy no tenga dolor durante su enfermedad. Hay incluso una escena en la que Rémy padece un síndrome de abstinencia que creo podrían haberse ahorrado simplemente administrando morfina. Esta medicación es de uso común y tremendamente eficaz para el dolor oncológico. Pero el cine es el cine y como siempre busca complicados recovecos que nada tienen que ver con la realidad cotidiana y pueden confundir al espectador. 
Finalmente Sébastien decide llevarse a su padre con todos sus amigos a una casita de uno de ellos junto a un lago donde estará sus últimos días filosofando, hablando de las diferentes corrientes políticas pasadas, su pasado sexual, la explotación intelectual e incluso de su escondida espiritualidad con búsqueda de trascendencia y sentido de vida incluidos. Aquí se da el momento más álgido y bonito de este relato cinematográfico con la reconciliación necesaria y emotiva del padre con su hijo. También hay un emotivo video grabado por su hija en el barco donde lleva su aventura marítima que le envía a su padre vía satélite gracias a las nuevas tecnologías, diciéndole que el primer hombre más importante en la vida de una mujer es siempre su padre. 
Se trata en conclusión de un drama humano con tintes cómicos en la que el título sugiere poco la trama argumental real de la película, aunque haya algún pequeño guiño o trasfondo político en él. Sin duda la parte final es la mejor pues la experiencia vital del tránsito de la vida a la muerte se lleva de una forma desdramatizadora y paradójicamente positiva, con la medida justa de jocosidad y emotividad.

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Un banco de pelucas, una idea y un encuentro interdisciplinar

Ayer tuve la gran suerte de participar en una jornada o mesa redonda en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro sobre Cáncer de Mama y Calidad de Vida. Hasta aquí el título puede sonar más o menos normal en un foro sanitario, pero la audiencia a la que iba dirigida era diferente: alumnos y profesores del Centro Integral de Formación Profesional “Río Ebro” que básicamente se forman en peluquería y estética. También entre la audiencia había algún sanitario y por supuesto pacientes.
La idea de hacer esta jornada sobrevino a raíz de la puesta en marcha en el Hospital Comarcal Santiago Apóstol de Miranda de Ebro de una iniciativa que pretendía dar un apoyo en la mejora de la calidad de vida de algunos enfermos oncológicos. Gracias al impulso de un grupo de médicos y enfermeras de Cirugía General y Oncología Médica y en colaboración con el servicio de Atención al Paciente y el área de Peluquería del Centro Integrado de Formación Profesional Río Ebro, el complejo hospitalario tuvo a bien crear el llamado “banco de pelucas”.

Es un servicio que ya funciona en otros centros sanitarios del país y que pone a disposición de los pacientes enfermos de cáncer de varias pelucas para que las puedan utilizar si es su deseo y así hacer frente a la pérdida del cabello. La generosidad de mucha gente lo ha hecho posible y ha cristalizado en Miranda de Ebro.
 
La idea nace del hecho de que las pelucas son elementos relativamente costosos (oscila entre 200 y 1000 €) y por ello se invita a las personas que han utilizado una peluca y ya no la necesitan la cedan a este servicio. De esta manera el hospital pone a disposición de los pacientes las pelucas donadas a este particular banco fabricado por los ciudadanos, de forma totalmente gratuita y altruista, haciendo de intermediario entre la persona que la ha cedido y la interesada en utilizarla. Además las pelucas son revisadas y preparadas convenientemente por parte de los alumnos y profesores del CIFP Río Ebro, que tiene formación en Peluquería. Es un tema serio e importante para los pacientes, porque afecta a su imagen corporal y a cómo ellos se autoperciben. Esta iniciativa facilita que los pacientes puedan paliar su alopecia.

Así comenzó una colaboración generosa en el Hospital Santiago Apóstol entre médicos, enfermeras, pacientes y profesorado del centro integral de formación profesional Río Ebro que dió lugar a la idea de realizar una jornada que nos reuniera a todos los profesionales que nos dedicamos a la atención oncológica: oncólogos médicos, cirujanos, oncólogos radioterapeutas, peluqueros, esteticistas y psicólogos para contar cómo afectan cada uno de los efectos secundarios de nuestros respectivos tratamientos y dar una visión integral e interdisciplinar.

Reconozco haber aprendido mucho de los profesionales no sanitarios, pues muchos de nosotros desconocemos en cierta medida todo el trasfondo que hay detrás de la oncoestética. Salir del hospital y en mi caso del “búnker” es un soplo de aire fresco. Supone hacer partícipe de los conocimientos a nuestro alcance a los pacientes, empoderándoles. Hace que se sientan como el protagonista merecido y verdadero en torno al cual todos los actores implicados aportamos nuestro grano de arena para que su dura situación llegue a buen puerto. 

Gracias por tener el privilegio de participar con vosotros. 


Les dejo con el enlace de mi presentación en formato Prezi

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Camino a la Esperanza: Proyecto Tutú


El “Proyecto Tutú” es una original y magnífica iniciativa para contar la historia de cómo Bob y Linda Carey han optado por tratar el cáncer de mama a través de la inspiración, el coraje y el amor.

“Las cosas se ponen muy bien cuando la gente empieza a compartir” reza el lema de esta plataforma. El objetivo se centra en compartir momentos especiales, que son posibles gracias a las innovadoras tecnologías de telecomunicación. Compartir nunca ha sido más relevante para las personas que en la actualidad. Y se está volviendo más y más importante aún. Estamos haciendo del hecho de compartir momentos especiales en el foco de nuestra comunicación para subrayar la importancia de las tecnologías de la información y la comunicación de hoy en día. La vida se escribe en un sinnúmero de historias reales y en movimiento. Estamos recogiendo algunas de ellas para el futuro y darles una plataforma de comunicación”

La misión del proyecto Tutú es ​​apoyar los esfuerzos para las mujeres con cáncer de mama. Se esfuerza por llevar la risa y la comprensión de una comunidad que ha sufrido demasiado

El cáncer es una cosa que nadie se atreve a reírse. Sin embargo, con todas las dificultades que rodean la enfermedad, la risa puede ser la mejor medicina. El mayor ejemplo de este enfoque es el “Proyecto Tutú”, que trata de una diversión y de un esfuerzo sencillamente entrañable de un hombre que quería hacerle las cosas más fáciles y más divertidas para su esposa después de que ella fuera diagnosticada de un cáncer de mama.

Este hombre valiente se enfundó sin complejos un tutú rosa. Era todo lo que necesitaba cuando las cosas se estaban poniendo feas. Esto es lo que el fotógrafo Bob Carey decidió hacer cuando se enteró del diagnóstico de su esposa Linda. Se puso el accesorio rosado del ballet y tomó fotos de sí mismo en varios lugares del mundo diferentes e inesperadas. Todo esto sólo para hacer reír a su mujer.

En realidad, las imágenes son maravillosas e inspiran inmediatamente la alegría, la risa y el brillo no sólo para la mujer que ama sino también para muchas otras mujeres y para sus seres queridos en la comunidad de pacientes de cáncer de mama. No es de extrañar que las fotografías fueran como pan recién salido del horno y la gente comenzó a difundir las imágenes divertidas por todos los sitios.

Esperemos que este gran esfuerzo se convertirá en un proyecto más amplio para alegrar la vida de aún más personas que sufren de este invitado no deseado. “Cuanto más me reía, mejor me sentía” dice Linda.

Les invito a conocer esta iniciativa en http://www.thetutuproject.com/ . Les dejo con el video (en inglés, pero las imágenes hablan por si solas) sobre esta curiosa, bonita y tierna historia.


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La radioterapia en el cáncer gástrico 5/5 (1)

El cáncer gástrico representa aproximadamente un 10% de los tumores que se diagnostican al año, siendo más frecuente en países asiáticos que en los países occidentales. Según la localización dentro del propio estómago puede dar lugar o no a síntomas, habitualmente de carácter inespecífico y digestivo: dolor, náuseas, vómitos, pérdida de peso, plenitud, cambios en el ritmo de las deposiciones, etc o derivados del tumor: anemia, dificultad para tragar, deposiciones melénicas (negruzcas). El tratamiento de elección es el quirúrgico, siendo la quimioterapia y la radioterapia tratamientos adyuvantes, es decir, que complementan a la cirugía si existen factores de riesgo. Si el tumor es inoperable o es de gran tamaño puede plantearse una quimioterapia neoadyuvante previa a la cirugía para disminuir el tamaño del tumor y hacerlo operable. La radioterapia también puede utilizarse posteriormente en estos casos. Sólo en los raros casos de linfomas gástricos, no hay que operar y el tratamiento de elección sería la quimioterapia acompañado de una radioterapia posterior. Voy a explicar paso a paso cómo se realiza el proceso del tratamiento con radioterapia en los pacientes con cáncer gástrico.

 La primera visita:

En esta visita el oncólogo radioterápico valorará en primer lugar la indicación (o la necesidad) del tratamiento en función de una serie de factores de riesgo. Tendrá en cuenta la edad del paciente, la extensión de la enfermedad, sus enfermedades previas, su estado general, su estado nutricional (muy importante, ya que estos pacientes suelen perder mucho peso tanto en el proceso diagnóstico como en el terapéutico) e incluso su situación personal. Si tras esta valoración inicial se le considera apto para someterse a un tratamiento con radioterapia, su médico hará la prescripción de dosis correspondiente y se le emplazará al siguiente paso: la simulación.

La Simulación:

Constituye el primer proceso previo al tratamiento con radiaciones propiamente dicho. En la primera visita se le darán unas instrucciones para ir convenientemente preparado en caso de que se le vaya a administrar un contraste vía oral. La simulación consiste en hacer una TAC-simulación en las mismas condiciones de posición anatómica en la que vaya a ser tratado. La máquina difiere levemente de una TAC de radiología en que la mesa es plana, suele estar indexada (tiene marcadas unas coordenadas) y que el arco es de diámetro algo más ancho. Sobre la mesa se colocarán unos sistemas de inmovilización con los brazos levantados y se ajustarán a su anatomía. Se le colocará sobre la mesa con dichos sistemas y se procederá colocarle de forma alineada y lo más estable posible. Por fuera, la TAC dispone de unos láseres externos que se utilizan para marcar unas coordenadas sobre la piel que una vez finalizada la exploración le pintarán sobre ella o tatuarán en forma de pequeños puntos casi imperceptibles. Este procedimiento puede durar de 20 a 30 minutos, debe permanecer lo más quieto y relajado posible, respirando de forma pausada para que luego pueda reproducirse el tratamiento. Recomendamos que lleve ropa cómoda y fácil de quitar. Una vez finalizada la exploración, las imágenes realizadas se enviarán a planificación.

La Planificación:

Este es un proceso personalizado de diseño de su tratamiento. Aquí el radioncólogo procederá a contornear en un planificador (ordenador específico para diseñar los haces de tratamiento y hacer los pertinentes cálculos de dosis de radiación) tanto los llamados órganos críticos (órganos sanos que nos interesa reciban no más de una determinada dosis para no dañarlos: médula espinal, pulmón sano, hígado, riñones, intestino delgado, etc) como los tejidos u órganos diana de cada caso (donde si nos interesa que se reciba una dosis tumoricida según cada caso: remanente gástrico o lecho tumoral y los ganglios situados en la vecindad del estómago). A partir de aquí los encargados de hacer la mejor planificación posible serán los técnicos dosimetristas y los radiofísicos. Ellos deberán velar por que nuestra prescripción de dosis se ajuste de la mejor manera posible. Luego el radioncólogo debe supervisar junto con el radiofísico de que todo esté en orden y dará su visto bueno, o no, al tratamiento. Una vez acordado el plan, se validará y ya estará listo para comenzar el tratamiento.

 El Tratamiento:

El primer día de tratamiento será un poco más largo que el resto de sesiones, pues estará presente el médico para ratificar que lo planificado se ajusta a la realidad. Se realizarán pruebas de imagen para verificarlo. Si hay alguna pequeña variación se ajustará ese día y se irá comprobando su estabilidad a lo largo de todo el tratamiento. Es también importante para facilitar el trabajo a todos que venga con ropa cómoda y fácil de quitar y esté en la mesa de tratamiento quieto, relajado y respirando con suavidad al igual que en la simulación. Notará como los técnicos de radioterapia le movilizan y hacen pequeños desplazamientos con la mesa. Ayudados por láseres y por los puntos de tatuaje conseguirán reproducir la postura es la que se encontraba cuando le simularon. Es importante que el paciente se deje hacer y no se mueva, pues así facilita el trabajo a los técnicos y encontrarán en menos tiempo la postura adecuada. Si todo lo verificado está bien seguirá con sus sesiones programadas y prosequirá su tratamiento normalmente.

  Visitas durante el tratamiento:

Durante el tratamiento su radioncólogo le visitará semanalmente para ver su tolerancia. En esta visita deberá indicar cuanquier síntoma especialmente si está relacionado con su función digestiva: tolerancia de los alimentos, plenitud, náuseas, diarreas y estado nutricional. Si aparece algún problema de toxicidad derivada de la radioterapia, el médico valorará si es necesario o no recibir algún consejo o tratamiento médico. Es importante controlar el peso, pues si la pérdida se acerca al 10% del índice la masa corporal habrá que tomar medidas nutricionales suplementarias. La piel debe mantenerse limpia e hidratada, pero no debe aplicarse ninguna crema antes de las dos horas previas a la radioterapia. 

Fin de tratamiento:

 Su médico valorará su tolerancia al tratamiento y le dirá la conducta a seguir en relación a consejos médicos y prescripciones médicas. Le proporcionará un informe con todos los datos del tratamiento aplicado y le emplazará a un seguimiento médico con los análisis o pruebas complementarias que considere oportunas.

Seguimiento:

 Durante las visitas sucesivas su radioncólogo valorará tanto el estado de la enfermedad como la toxicidad a medio y largo plazo de la radioterapia. Las complicaciones aunque son infrecuentes pueden surgir. Las más importantes son la enteritis, la hepatitis por radiación que puede dar lugar aumento de las transaminasas y otras pruebas hepáticas sin provocar habitalmente clínica, así como una alteración de la función renal. Si surge alguna de estas complicaciones tardías buscará un tratamiento adecuado. Si surgiera una recaída de su enfermedad, el radioncólogo es posible que le haga un seguimiento más estrecho y le indique la conducta a seguir.

Les dejo con un video que explica qué es la planificación en radioterapia.

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Cineterapia oncológica: La habitación de Marvin. “Marvin’s Room” EEUU, Jerry Zaks,1996

“La habitación de Marvin” (Marvin’s Room, en inglés) cuenta la historia de dos hermanas: La mayor se llama Bessie (interpretado por Diane Keaton) y la menor Lee (Meryl Streep). Bessie se encuentra al cuidado de su padre en Florida, un hombre llamado Marvin (Hume Cronyn) que tuvo un accidente cerebrovascular hace 17 años, está incapacitado y postrado en una cama. Lee, su otra hija le tiene totalmente ignorado, se mudó a Ohio con su esposo hace unos 20 años y nunca más tuvo contacto alguno con su familia. La trama se complica cuando el médico (Robert de Niro) de Bessie le informa que padece una leucemia y necesita un trasplante de médula ósea. Bessie se encuentra en la necesidad de llamar entonces a su hermana en busca de ayuda.

Lee, a su vez, está divorciada y tiene dos hijos. Uno de ellos la mantiene ocupada, su hijo Hank (Leonardo DiCaprio), que está internado en un centro psiquiátrico por un problema de piromanía, llegando a por prender fuego a la propia casa de su madre. Charlie, el hijo menor parece no inmutarse con las excentricidades de su hermano o aparente desinterés de su madre. Un día Lee decide sacar a su hijo Hank del psiquiátrico y se marchan rumbo a la ciudad de su hermana. Hank se muestra incrédulo. “Yo ni siquiera sabía que tenías una hermana,” dice él. “¿Recuerdas cada Navidad, cuando yo decía: Bueno, parece que la tía Bessie no nos envió una tarjeta de nuevo este año?” dice Lee. ¡Oh, sí!”, dice Hank. Así pues, Lee y sus dos hijos van rumbo a Florida a hacerse unas pruebas de histocompatibilidad para ver si pueden ser donantes de médula ósea para su hermana.

En esta situación Lee se da cuenta de que ella tiene que hacerse ahora cargo de la atención de su padre Marvin. En un primer momento inicia una búsqueda de una residencia. Finalmente Bessie y Lee, que habían estado tan distanciadas, se dan cuenta del tiempo perdido y vuelven a llevarse bien. Desafortunadamente, el médico revela que las pruebas de histocompatibilidad son negativas y que no podrán trasplantarte la  médula ósea, por lo que tendrá que seguir con la quimioterapia. A pesar de este contratiempo, Lee y sus hijos deciden quedarse a vivir para siempre con su tía y su abuelo.

El director teatral Jerry Zaks se rodeó en esta película de un espectacular elenco en su debut tras las cámaras. El reparto reunió a un grupo de actores que acumulaban 20 candidaturas a los Óscars y cinco estatuillas, conseguidas por Meryl Streep, Diane Keaton y Robert DeNiro (que interpreta al Dr Wally). El papel de la oveja negra de la familia fue para la camaleónica y genial Meryl Streep, aunque inicialmente se le ofreció el de la hermana buena, finalmente recayó en Keaton (quien optó al Óscar por esta interpretación). Estos personajes forman parte de la obra teatral del dramaturgo Scott MacPherson, que él mismo adaptó para el cine antes de morir de SIDA a los 33 años.

En esta película se reflexiona sobre temas importantes que nos afectan a muchos: el cuidado de un gran dependiente, el papel de su cuidador principal, su desgaste, lo que ocurre cuando el cuidador principal sufre a su vez una enfermedad grave, cómo evolucionan las relaciones familiares, los problemas psiquiátricos de un hijo y lo que supone encontrar a un donante de médula ósea compatible. Una mezcla explosiva que a veces sucede en el mundo real.

En resumen, se trata de un elenco de actores con sublimes interpretaciones que no dejará indiferente a nadie. Y otra vez más la leucemia, actriz protagonista donde las haya, sale a relucir de nuevo. Algún día se llevará el Óscar a la enfermedad más interpretada en el cine.

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