La radioterapia en el Cáncer de Cabeza y Cuello 4.73/5 (15)

El cáncer de cabeza y cuello es un grupo heterogéneo de tumores que afecta a la región anatómica de la cabeza y el cuello. Son tumores diversos tanto en su origen como en su comportamiento, pero también poseen algunos de ellos rasgos y tratamientos comunes. Por ello los he agrupado en este apartado para simplificar su comprensión de cara al papel que juega la radioterapia en estos casos. Se identifican así como tumores de cabeza y cuello, los siguientes tumores: Continuar leyendo “La radioterapia en el Cáncer de Cabeza y Cuello 4.73/5 (15)

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Cineterapia oncológica: La suerte de Emma, Alemania, Sven Taddicken.2006.

“La suerte de Emma” es una película alemana dirigida por Sven Taddicken. Narra los últimos días de Max (Jürgen Vogel), un mediocre empleado de un concesionario de coches que recibe de pronto la noticia de que padece cáncer terminal de páncreas. Ante esta situación límite, Max lo resuelve robándole dinero a su jefe y se proponiéndose a pasar los últimos días de vida en algún paraíso mexicano. Sin embargo, en un momento de desesperación decide elegir morir en un accidente de tráfico. No muere. El azar le conduce a una granja de cerdos regentada por Emma (Jördis Triebel), una muchacha arisca, solitaria y agobiada por las deudas. Emma mata a los cerdos a su manera, abrazándolos con ternura hasta que se desangran después de degollarlos. Para Emma, la llegada de Max es una suerte: es el tipo de hombre con el que siempre ha soñado y encima trae dinero. Max acaba seducido por la forma de ser de Emma y hasta se olvida de su enfermedad terminal.
La película navega entre lo obvio y lo superficial, con cierto riesgo de no complacer al espectador sin que se note, dada la simpleza de la protagonista. Emma encarna a la arquetípica mujer germana robusta, tosca y de piel clara. Resulta curioso en el filme cómo antes de matar a sus cerdos inicia un ritual de caricias y promesas de paz. Sorprendentemente después de este acto amoroso, degüella y descuartiza con una naturalidad pasmosa al animal.

Entre estas imágenes bucólicas y libres de esta peculiar y solitaria granjera, se entremezclan imágenes de Max que es diagnosticado de su cáncer de páncreas a través de una TAC. El encuentro de Max con su médico resulta un tanto artificioso, frío y melodramático pues le anuncia que padece un cáncer de páncreas avanzado sin el más mínimo sentido humano. Surge en Max una calma contenida, pues tiene que asimilar que su existencia se desmorona. Le recomiendan que siga con sus rutinas para no perder el control. Comenzará a realizar pequeñas transgresiones como invitar a cenar y ser rechazado por la recepcionista del local de compra-venta de coches donde trabaja con su amigo Hans. Toma conciencia de que ante la muerte todo se vuelve con una urgencia inaudita. Le llega de golpe y desea irse a México a pasar sus últimos días al sol. Como no cuenta con el dinero necesario, decide robar los ahorros que guarda con su amigo en el negocio, con tanta mala suerte que es descubierto por el propio Hans. En la huida a bordo de un poderoso Jaguar, Max comprenderá que todo control es inútil y que el destino implica necesariamente la imposibilidad de ir contra él. Con los ojos cerrados, Max suelta el volante y se abandona a 180 km/h. La ingrávida secuencia del accidente en cámara lenta muestra a un Max feliz, dando tumbos dentro de la cabina del automóvil, con astillas de cristal y otros objetos flotando a su alrededor. Ese accidente voluntario será el punto de inflexión de la trama.

El Jaguar destrozado cae en medio del terreno de la granja que Emma está a punto de perder por las deudas hipotecarias. Ella será quien le rescatará y le curará las heridas a Max. Se encontrará con una gran cantidad de dinero que él llevaba y la tentación se encargará del resto. Emma prenderá fuego al coche y le hará creer a todos que el fuego se inició solo y que nada se salvó. Max decide ocultarse en la granja de Emma y se ven empujados a convivir. En la película se notan los detalles del carácter opuesto de sus personalidades. Emma es vital incluso cuando mata y también es puro deseo primario. Max es un pobre fallido hombre de la ciudad, insatisfecho y moribundo. La naturaleza, sin embargo, comienza a obrar en ellos. Emma en un principio obtendrá más de un beneficio de la relación con Max, pero será este último quien claramente se quede con la mejor parte. El miedo a morir es peor que la muerte misma, le dice ella cuando le muestra cómo sacrifica a sus cerdos entre juegos y sin necesidad de sogas, tironeos ni gruñidos desesperados. La muerte entonces es apenas el punto final. Tal vez así se la pueda aceptar y hasta evaluar oportunamente su conveniencia.

En “La suerte de Emma” hay una historia de amor y un poco de comedia, conduciendo el relato plácidamente a su destino. Si bien puede decirse que el final es fácilmente predecible, no se debe dejar de reconocer que aún así la dura belleza de la película consigue mantener la capacidad de impacto. Aunque la película abuse de algunos recursos visuales, la pareja consigue hacer de Emma y Max dos personajes tremendamente humanos: tan encantadores en sus defectos y virtudes, como familiares en sus miedos y deseos. Es mérito del director Sven Taddiken es que la empatía entre ellos se dé naturalmente. Responsable también del tono equilibrado de la narración, Taddiken logra recorrer con éxito un camino difícil.

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Retrato íntimo tras una pérdida 5/5 (1)

Esta es una conmovedora historia que ha mostrado su lado más hermoso a través de la fotografía. La esposa de Ben Nunery, Ali murió en el año 2011 después de una batalla con una rara forma de cáncer de pulmón. Dos años después, Ben y su hija Olivia decidieron volver a la casa que él, de donde Ali se fue el día antes de su boda. Con todo, las maletas, la casa estaba vacía, al igual que lo fue el día en que se hizo el particular reportaje fotográfico de la boda. Así que Ben convenció a su cuñada, la fotógrafa Melanie Pace, para que hiciera al igual que esas originales instantáneas de la boda, una nueva serie con su hija. 

Melanie escribió acerca del hecho de tomar el nuevo conjunto de fotos de Ben y Olivia en su blog: 

Él me pidió que tomara fotos de él y Olivia en su casa vacía tal como lo hicimos en el día en que se casó con Ali, hace cuatro años y medio. Así es, ha llegado el momento de que Olivia tenga un patio para jugar, una casa más grande donde sus juguetes pueden tener un lugar dedicado a su propia casa y en un buen colegio cerca. El viernes Ben entregó las llaves y se fue de la casa de la que guarda tantos recuerdos inolvidables. El lugar donde se puede, literalmente, sentir la presencia de mi hermana al segundo que entras por la puerta. Heck, se sirvió en la fabricación de ese lugar su hogar y cada centímetro de ella estaba hecho a la perfección ¿A quién estoy engañando?”

Las fotos de boda de Ben Nunery y Ali se tomaron en la casa que iba a ser testigo de su vida juntos. Sin muebles, vacía y llena de luz, como un lienzo en blanco que se llenaría de recuerdos y de color según fueran envejeciendo. Pero no pudo ser así.

Apenas dos años después de haberse casado, Ali fallecía de un cáncer de pulmón en 2011, con 31 años, y dejando atrás no sólo a su marido, sino también a su hija Olivia, de casi un año.

Ahora, padre e hija han decidido dejar aquella casa, según ha contado a la NBC, pero no sin antes rendir el más tierno y triste de los homenajes tanto a los recuerdos que guarda el hogar donde Ben y Ali empezaron su vida juntos como, especialmente, a la memoria de su mujer.

Es así como, en pleno 2013, padre e hija han recreado las imágenes de la boda que tuvo lugar tan sólo cuatro años atrás. Unas fotos que, según reconoció Ben, representan algunos de los mejores recuerdos de su vida. Por eso las ha recreado con la misma fotógrafa, Melanie Tracy Pace, hermana de Ali. Y otra vez en la casa sin muebles, vacía, pero llena de luz.

El paralelismo de las fotos de madre e hija me ha parecido magnífico y emotivo. Estoy convencida que a Ali le hubiese encantado verlas desde donde quiera que esté. 

Extraído del artículo de BuzzFeed: “Dos años después de la muerte de su mujer por cáncer, un hombre recrea sus fotos de boda con su hija”.

Les dejo con un video de estas y otras bellas fotografías

http://www.youtube.com/watch?v=fOIHyLAs-wg

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50 sombras de Gy:¿Qué es la esofagitis rádica? 5/5 (4)




La esofagitis rádica se define como un proceso inflamatorio producido sobre el esófago como consecuencia de una exposición a un tratamiento con radiaciones ionizantes. El esófago es un tubo muscular que conecta la garganta con el estómago. Este órgano puede verse incluído en aquellos tratamientos que incluyan el cuello o el tórax, como es el caso del cáncer de cabeza y cuello, el cáncer de pulmón, los linfomas y en la irradiación ganglionar supraclavicular del cáncer de mama.

Formas de presentación:

  • Esofagitis aguda: Puede aparecer a las 2-3 semanas de exposición a la radiación y persistir hasta 2 ó 3 semanas de su finalización. 

  • Esofagitis crónica o estenosis esofágica: Puede aparecer desde los 3 a los 24 meses post-tratamiento dando lugar a una cicatriz que estrecha el conducto esofágico, dificultando así la deglución.

¿Por qué se produce?
Las células de la mucosa interna del esófago tienen una alta velocidad de recambio celular, como ocurre con otras mucosas y la piel, siendo este tipo de células muy vulnerables a la radiación. Como consecuencia del daño celular sobre las células de la capa basal se enlentece esa regeneración, se producen los cambios inflamatorios y la queratinización del epitelio. En las formas crónicas de esofagitis el daño se produce sobre la musculatura lisa del esófago, apareciendo un tejido más duro y menos elástico, fenómeno conocido como fibrosis.

Grados de esofagitis rádica:

  • Grado I: Disfagia (dificultad para tragar) leve u odinofagia (dolor al tragar) leve, que permite tomar una dieta normal o blanda.
  • Grado II: Disfagia u odinofagia moderada que requiere una dieta en puré o líquida y puede requerir analgésicos opiáceos.
  • Grado III: Disfagia u odinofagia severa que puede dificultar por completo la deglución y provocar deshidratación o pérdida importante de peso. Requiere alimentación por sonda y rehidratación endovenosa.
  • Grado IV: Obstrucción completa que impide deglutir la propia saliva con ulceración, perforación esofágica o fístula. 
Factores de riesgo:
  • Volumen y dosis de irradiación: Los radioncólogos tenemos muy en cuenta ambos datos a la hora de planificar la radioterapia. Durante el proceso de planificación se intenta que haya la menor longitud posible de esófago que reciba una dosis crítica de radiación. Utilizamos además fórmulas (NTCP) para predecir la probabilidad de tener esta complicación.
  • Quimioterapia previa o concomitante: La quimioterapia “per se” también puede producir esofagitis. Así en aquellos pacientes que reciban tratamientos combinados a la vez se debe ser aún más cuidadoso y restrictivo con la longitud de esófago irradiado.
  • Fraccionamiento: Los hiperfraccionamientos o los fraccionamientos acelerados son regímenes de tratamiento con radiaciones que producen una mayor intensidad de esta toxicidad radioinducida.
Clínica:
  • Disfagia o dificultad para tragar alimentos o líquidos
  • Odinofagia o dolor al tragar 
  • Pirosis o sensación de quemazón al pasar el alimento
  • Sangrado o hemorragia por boca 
  • Regurgitación de saliva y secreciones por imposibilidad para tragar
  • Deshidratación
  • Pérdida de peso
  • Desnutrición
Tratamiento: 
  • Glutamina: Durante las situaciones hipermetabólicas como la radio o quimioterapia, se produce una severa depleción de glutamina debido a un elevado consumo mediado en parte por el cortisol, pero también por la adrenalina, glucagón y algunas citocinas, que no puede compensarse por una mayor producción, aumentando sus necesidades de forma importante. Es en estas condiciones, puede convertirse en un nutriente esencial y su deficiencia puede comprometer la función inmunitaria, el equilibrio ácido-base y la  integridad celular del enterocito. Por otro lado, unos niveles insuficientes de glutamina influirán también en el daño producido en el tejido sano por la quimio y la radioterapia. Estos dos factores apoyarían el uso terapéutico de la glutamina en la prevención de esta toxicidad debida a la quimio y a la radioterapia. La glutamina debería administrarse durante el tratamiento y hasta 15 días después para reparar el daño y prevenir la esofagitis.
  • Antiinflamatorios no esteroideos: Alivian el dolor en las esofagitis grado I.
  • Sucralfato: Actúa como lubricante, facilitando el paso del bolo alimentício.
  • Anestésicos tópicos: La lidocaína o la mepivacaína pueden utilizarse junto a manzanilla y/o nistatina para aliviar el dolor durante la ingesta.
  • Analgésicos opiáceos: Es útil el fentanilo transdérmico para aliviar el dolor, especialmente en esofagitis grado II y III.
  • Antifúngicos: En muchas ocasiones la esofagitis o la oromucositis va asociada a una sobreinfección por el hongo Cándida Albicans, siendo útil el tratamiento con Nistatina tópica y/o Fluconazol vía oral.
  • Inhibidores de la bomba de protones: El omeprazol y los fármacos similares actúan dismunuyendo el reflujo gastroesofágico que puede emperorar la esofagitis.
  • Medidas de soporte nutricional: En los casos más graves, la ingesta se hace cada vez más dificultosa, dejando el paciente de comer y beber por temor al dolor que le produce. La textura de la comida debe ser homogénea en forma de purés o líquida en forma de suplementos nutricionales (batidos). Si aún así no es posible la ingesta habrá que valorar la introducción de una fina sonda nasogástrica o una PEG (sonda que va directamente al estómago o gastrostomía) para poder nutrir adecuadamente el paciente.
  • Sueroterapia: La hidratación del paciente es otro punto importante ya que los pacientes pueden dejar también de beber el agua que necesitan, debiéndose administrar sueroterapia endovenosa en estos casos.
  • Dilatación esofágica: Se realiza en aquellos casos de esofagitis crónica o estenosis esofágica para aumentar el paso de la luz esofágica. Se realiza con dilatadores que se colocan de forma endoscópica.

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Cineterapia oncológica: Amarga Victoria (“Dark Victory”) EEUU.Edmund Goulding. 1939

“Amarga Victoria” (“Dark Victory”, en inglés) es una hermosa película de 1939 grabada en blanco y negro en la época dorada del cine norteamericano. Su cuidada estética, el glamour en el cuidado y elegante vestuario de la época tanto de actrices como de actores, así como una de las mejores interpretaciones que he visto en el cine de la mano de la gran Bette Davis, la convierten para mi en una joya cinematográfica tristemente desconocida.

La película narra la historia de Judith ìTraherne (Bette Davis) una mujer joven de éxito, deportista, amante de los caballos (aparece como una magnífica y laureada amazona) y rica heredera de Long Island. La protagonista en esta vida idílica, sin grandes preocupaciones y algo frívola, empieza a presentar síntomas que nos hacen presagiar que algo serio le está pasando. Así su síntoma guía es la cefalea intensa o dolor de cabeza que ella nunca había presentado y que atribuye a una simple jaqueca o migraña. Esta cefalea se va intensificando y empieza a tener diplopia (visión doble), dismetría (se ve como la protagonista no atina a la hora de encender con una cerilla un cigarrillo) y otros problemas visuales. Su médico de cabecera ya entrado en años, el Dr Parson se da cuenta de que algo le pasa a Judith tras una caída inexplicable de su caballo “Favorito” por lo que le explica la sintomatología al afamado neurocirujano, el Dr Frederick Steele encarnado en la figura de todo un galán de la época, George Brent. El Dr Parson que como él dice, trajo a Judith al mundo, se muestra preocupado, pues su ojo clínico le advierte que algo grave le pasa. Pero el Dr Steele está sumido en una crisis profesional, pues el ejercicio práctico de la neurocirugía le resultaba descorazonador. Está resuelto en abandonar la profesión médica y consagrarse a la investigación del comportamiento de las células tumorales que le parece mucho más motivador. Pero antes de que el Dr Steele se vaya a Vermont, el Dr Parson le suplica que la vea y establezca un diagnóstico.

La joven Judth es acompañada además de por el Dr Parson por su mejor amiga y confidente, Ann (interpretada por Geraldine Fitzgerald). En un principio Judith se resiste a ser examinada porque considera que su sintomatología no es relevante. Aquí el neurocirujano muestra su sagacidad diagnóstica y se da cuenta de una quemadura en la mano de Judith, así como en un ligero estrabismo que junto a la sintomatología que le explica la paciente le resultan lo suficientemente elocuentes como para establecer un diagnóstico de sospecha: un tumor cerebral. Resulta curioso ver la relevancia de una buena historia clínica y una buena exploración física como herramientas básicas diagnósticas, así como el trato cercano y humano que muestra hacia la paciente. Con estos datos y alguna radiografía (recordemos que estamos en 1939) se dispone a operar a la paciente.

A partir de ahí se obtiene un diagnóstico patológico: un glioma. Un nombre genérico para un tumor cerebral, pues probablemente estuvieran hablando de un glioblastoma multiforme; pues los gliomas de bajo grado tienen mucho mejor pronóstico que el de esta paciente. El Dr Steele se muestra dolido por haber acertado en su sospecha y reniega de su posición como médico. Busca incluso la opinión objetiva de otros colegas de prestigio, con el mismo veredicto: pronóstico negativo. Comienza a sentir algo más por esta peculiar y atractiva paciente. Ella se muestra agradecida por sentir que le ha salvado la vida y también siente algo más por el neurocirujano. El Dr Steele habla con su confidente Ann para rogarle que ella no sepa nada de su pronóstico y actúen con la máxima naturalidad, tratando en todo momento de que la vida de Judith sea lo más feliz posible. Una conspiración del silencio que se palpa, levantando sospechas y suspicacias en la protagonista.

A partir de aquí Judith que había mostrado unas ansias de vivir inigualables, bebiéndose literalmente la vida a tragos, entra en diferentes etapas anímicas: negación, rabia, ira, tristeza, desconsuelo y finalmente aceptación. El Dr Steele le pide en matrimonio, e inicialmente ella lo rechaza por pensar que es un acto de piedad. En el desarrollo de la película, ella acaba conociendo el alcance de su enfermedad y comprendiendo que el doctor le ama sinceramente deseando por encima de todo que sea feliz, accediendo finalmente al compromiso. Se traslada entonces de Long Island a Vermont donde el Dr Steele establece un laboratorio de investigación.

Tras un período feliz y con poca sintomatología neurológica, Judith se da cuenta de que va perdiendo facultades visuales. Las investigaciones del Dr Steele van muy avanzadas y los colegas le invitan a explicarlas públicamente. Judith se da cuenta de su final y empuja a su marido a que marche, al igual que a su mejor amiga. El final aunque abierto hace sospechar un triste desenlace.

“Amarga Victoria” es una gran película y tuvo 4 nominaciones a los Premios Óscar. El hecho de coincidir en la época con dos grandes filmes como “Lo que el viento se llevó” y “El Mago de Oz” hicieron que pasara sin pena ni gloria en la historia cinematográfica. También la temática, aunque está exquisitamente cuidada y alejada de cualquier escena morbosa, no era atractiva en aquellos dorados años del cine. Fue esta una de las películas preferidas de la gran Bette Davis. En esta película también aparecen grandes actores como Ronald Reagan, en un modesto papel y el irresistible Humphrey Bogart en un papel al que no nos tiene acostumbrados. Así que con este gran plantel de actores, actrices y mucho “glamour” les invito a verla. 

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