Cineterapia Oncológica: La vuelta a la tortilla. (España. Paco León. 2013)

El conocido actor y director Paco León ha realizado el cortometraje solidario titulado “La Vuelta a la Tortilla”. Este corto se crea a favor de la lucha contra el cáncer y se enmarca en la iniciativa #MotivosParaCelebrar cuyos beneficios serán destinados a la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) que lo revertirá en la creación de la II Beca de investigación SEOM-Buckler 0,0.

Este cortometraje fue presentado el pasado mes de Noviembre en La Casa Encendida de Madrid. Se trata de una historia de amor enmarcada dentro de la vida de una mujer joven que pasa por el trance de un cáncer de mama. En él se observa primero la incredulidad de la protagonista, sus miedos, el querer centrarse sólo en el cáncer y no sentirse preparada para afrontar una situación semejante. Su amiga le ayuda a verlo como una oportunidad, le hace ver que puede ser feliz con cáncer y que no se tiene por qué renunciar al amor si llega en ese justo momento.

Es una historia como verán muy bonita, tierna, llena de ilusiones, de esperanza y con final feliz. Nos deja entrever que el amor existe incluso en situaciones difíciles. Muestra de una forma muy simple cómo deben afrontarse esos miedos que pueden perseguirnos como fantasmas imaginarios que en realidad no existen. Gana finalmente el arrojo. Ella se atreve a explicarle a él la situación por la que está pasando sin esconder nada, de una forma fluida y natural. Él aunque por un momento se queda perplejo, lo acepta y a pesar de todo desea estar con ella. ¿No es genial?

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Relato de Navidad: La presencia de su ausencia. 5/5 (1)

Era Nochebuena y se reunía toda la familia como cada año alrededor de la mesa. En la cocina se palpaba el ajetreo. María se afanaba para que todo estuviera en el punto exacto como siempre había hecho su madre. Este año su madre no estaba y un cáncer tenía la culpa desde hacía nueve meses. Era la primera Navidad sin ese “alma mater”. María había decidido coger el relevo. En cierto modo era su forma de recordarla, de emularle y recoger su legado en forma de recetas de cocina sabiamente susurradas. Ahora esas recetas cobraban sentido y encontraban ese lugar remoto en su vívida memoria. 
Se respiraba un sentimiento agridulce. Por un lado añoraba profundamente su presencia, su olor, su voz, su risa. Esa sensación le entristecía y le empujaba a llorar por dentro. Pero por otro lado y de forma casi mágica la figura de su madre vivía fuertemente en su mente, como si no se hubiera muerto. Esa fuerza de la memoria le ayudó para que la cena fuera un éxito. Entendió que a su madre le haría feliz y se sentiría orgullosa de ella. Desde dónde estuviera. Ese sentimiento le llenaba de una cierta alegría y le hacía sonreír. 
Los niños correteaban por la casa y jugaban ajenos a aquellos sentimientos encontrados de la noche. Los demás charlaban de temas intrascendentes o miraban distraídamente el televisor, esperando el pistoletazo de salida para sentarse en la mesa y celebrar la Nochebuena. 
Había buena materia prima en forma de entrantes: buen jamón, queso curado, gambas y variados canapés. María tras dejarlo todo en orden, acabó de arreglarse y tras un largo suspiro ejerció de digna anfitriona. Nadie osó a sentarse en la silla del alma ausente. María optó por hacerlo con decisión, con orgullo, honrando su memoria. Los demás comensales se sintieron aliviados. La velada a partir de ahí continuó. 
Primer plato. Segundo plato. Postres. Café. Turrones y polvorones. Faltaba cantar villancicos. El alma ausente los cantaba muy bien y alegraba a todos la cena con pandereta incluída. En el ambiente se cocía una conspiración silenciosa. No se hablaba de ella para mitigar el dolor de los que sabían que ya no volvería.

Otra vez María. Rompió el hielo. Con la copa de cava en la mano propuso un brindis por su madre: “Brindemos por mamá. Por esa mujer gigante que luchó lo indecible por vernos crecer. Por su bondad, por su dulzura y por su generosidad. Porque sé que le gustaría vernos así: felices, recordándola. Quiero que se sienta orgullosa de nosotros. Gracias mamá por todo lo que nos has dado”.

A partir de ahí todos hablaron de ella y su ausencia se hizo menos ausencia.
La Navidad no es tiempo de felicidad para todos. Hay personas que sufren mucho en estas fechas y que desean que estos días pasen rápido. Este relato lo dedico a todas aquellas familias que han perdido un ser querido y que esta primera Navidad puede resultarles dura y triste. Deseo sinceramente que encuentren la forma de afrontar ese duelo inevitable.
Video: Rosana-En Navidad

Sin embargo otras familias optan por una estrategia de afrontamiento activa sobre la presencia de la ausencia. La persona fallecida no está, pero sigue presente en el recuerdo de todos. Los familiares han acordado qué hacer con el espacio vacío que hay en la mesa de la celebración de Navidad. Algunas colocan una vela encendida, o una fotografía, como símbolo de reconocimiento y respeto al fallecido. En ocasiones, hay familias que incluyen en el menú el plato preferido del fallecido a modo de homenaje. Hay quien prefiere hacer un brindis por la memoria de quién ya no está. Se trata de pequeños rituales que permiten compartir el dolor y expresar el vínculo afectivo que persiste con la persona que murió.
En este tipo de estrategia afrontamiento activo los familiares se dan permiso para hablar de cómo se sienten ante la ausencia, y entienden que es natural que en determinados momentos alguien necesite llorar o sentirse triste.
Otras familias reorganizan las funciones y los roles de sus miembros, tratando de encontrar una nueva forma de celebrar las navidades que resulte satisfactoria para todos sus miembros: quizás sea un buen momento para “pasar el testigo” generacional en la función de encargarse de la organización de la celebración navideña. Se trata de reinventar una nueva Navidad adaptando los rituales y costumbres navideños a la nueva situación.
No existe una forma mejor ni peor de afrontar las fiestas navideñas cuando se está en duelo. Cada familia debe encontrar una manera de organizarlas que haga sentir bien a todos sus miembros, consiguiendo que éstas no impliquen un dolor añadido al de la pérdida.  Es por ello que invito a todos aquellos que ya habéis vivido unas navidades en duelo a que compartáis en este blog aquellos pequeños rituales o recursos familiares que habéis puesto en marcha y que os han sido útiles. Quizás sean de gran ayuda para aquellas personas que afrontan sus primeras navidades sin los seres queridos que han perdido este año, que también quedan invitadas a compartir sus planes para estas Navidades.
Os deseo una Navidad serena, en compañía de los que compartís el sentimiento de dolor por la pérdida de vuestro ser querido.

– See more at: http://blogs.duelia.org/el-duelo-en-la-familia/2013/12/10/navidad-y-la-presencia-de-la-ausencia/#sthash.p4A5kmuT.dpuf

Sin embargo otras familias optan por una estrategia de afrontamiento activa sobre la presencia de la ausencia. La persona fallecida no está, pero sigue presente en el recuerdo de todos. Los familiares han acordado qué hacer con el espacio vacío que hay en la mesa de la celebración de Navidad. Algunas colocan una vela encendida, o una fotografía, como símbolo de reconocimiento y respeto al fallecido. En ocasiones, hay familias que incluyen en el menú el plato preferido del fallecido a modo de homenaje. Hay quien prefiere hacer un brindis por la memoria de quién ya no está. Se trata de pequeños rituales que permiten compartir el dolor y expresar el vínculo afectivo que persiste con la persona que murió.
En este tipo de estrategia afrontamiento activo los familiares se dan permiso para hablar de cómo se sienten ante la ausencia, y entienden que es natural que en determinados momentos alguien necesite llorar o sentirse triste.
Otras familias reorganizan las funciones y los roles de sus miembros, tratando de encontrar una nueva forma de celebrar las navidades que resulte satisfactoria para todos sus miembros: quizás sea un buen momento para “pasar el testigo” generacional en la función de encargarse de la organización de la celebración navideña. Se trata de reinventar una nueva Navidad adaptando los rituales y costumbres navideños a la nueva situación.
No existe una forma mejor ni peor de afrontar las fiestas navideñas cuando se está en duelo. Cada familia debe encontrar una manera de organizarlas que haga sentir bien a todos sus miembros, consiguiendo que éstas no impliquen un dolor añadido al de la pérdida.  Es por ello que invito a todos aquellos que ya habéis vivido unas navidades en duelo a que compartáis en este blog aquellos pequeños rituales o recursos familiares que habéis puesto en marcha y que os han sido útiles. Quizás sean de gran ayuda para aquellas personas que afrontan sus primeras navidades sin los seres queridos que han perdido este año, que también quedan invitadas a compartir sus planes para estas Navidades.
Os deseo una Navidad serena, en compañía de los que compartís el sentimiento de dolor por la pérdida de vuestro ser querido.

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En este tipo de estrategia afrontamiento activo los familiares se dan permiso para hablar de cómo se sienten ante la ausencia, y entienden que es natural que en determinados momentos alguien necesite llorar o sentirse triste.
Otras familias reorganizan las funciones y los roles de sus miembros, tratando de encontrar una nueva forma de celebrar las navidades que resulte satisfactoria para todos sus miembros: quizás sea un buen momento para “pasar el testigo” generacional en la función de encargarse de la organización de la celebración navideña. Se trata de reinventar una nueva Navidad adaptando los rituales y costumbres navideños a la nueva situación.
No existe una forma mejor ni peor de afrontar las fiestas navideñas cuando se está en duelo. Cada familia debe encontrar una manera de organizarlas que haga sentir bien a todos sus miembros, consiguiendo que éstas no impliquen un dolor añadido al de la pérdida.  Es por ello que invito a todos aquellos que ya habéis vivido unas navidades en duelo a que compartáis en este blog aquellos pequeños rituales o recursos familiares que habéis puesto en marcha y que os han sido útiles. Quizás sean de gran ayuda para aquellas personas que afrontan sus primeras navidades sin los seres queridos que han perdido este año, que también quedan invitadas a compartir sus planes para estas Navidades.
Os deseo una Navidad serena, en compañía de los que compartís el sentimiento de dolor por la pérdida de vuestro ser querido.

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¿Qué es y para qué sirve una PET-TAC? 4.87/5 (259)

La  PET (de las siglas en inglés de Positron Emission Tomography) o Tomografía por Emisión de Positrones, es una exploración no invasiva de diagnóstico por imagen e investigación “in vivo” que es capaz de medir la actividad metabólica del cuerpo humano y que se realiza en un servicio de Medicina Nuclear. Al igual que el resto de técnicas diagnósticas en Medicina Nuclear, la PET se basa en detectar y analizar la distribución en tres dimensiones que adopta en el interior del cuerpo un radiofármaco de vida media ultracorta administrado a través de una inyección intravenosa. Según qué se desee estudiar, se usan unos u otros radiofármacos.

La imagen se obtiene gracias a que los tomógrafos son capaces de detectar los fotones gamma (radiaciones naturales producidas por el radiotrazador) emitidos por el paciente, es decir, que detectan la distribución anatómica de ese radiotrazador y obtienen una imagen de cuerpo entero. Existen varios radiofármacos emisores de positrones de utilidad médica. El más importante de ellos es el radiotrazador llamado Fluorodesoxiglucosa (18FDG). Gracias a él tendremos la posibilidad de poder identificar, localizar y cuantificar, a través de un indicador conocido como SUV (Standardized Uptake Value) el consumo de glucosa en los diferentes tejidos. La utilización de este radiotrazador 18FDG en los procesos neoplásicos está basado en el hecho de que en el interior de las células tumorales se produce un metabolismo fundamentalmente anaerobio que incrementa la expresión de las moléculas transportadoras de glucosa. La 18FDG sí es captada por las células pero al no poder ser metabolizada, sufre un “atrapamiento metabólico” gracias al cual se obtienen las imágenes con las captaciones de esos tejidos.

Así, la PET nos permite estimar aquellos focos de crecimiento celular anormal en todo el organismo, en un solo estudio de cuerpo entero y por tanto nos permitirá conocer la extensión de la enfermedad. Sirve además para evaluar en estudios de control la respuesta al tratamiento, al comparar el comportamiento del metabolismo en las zonas de interés entre dos estudios.

Para el paciente la exploración no es molesta ni dolorosa. Se debe consultar en caso de mujeres lactantes o embarazadas. Se debe acudir en ayunas de 4-6 horas, evitando el ejercicio físico en el día previo a la exploración y sin retirar la medicación habitual. La hiperglucemia (exceso de glucosa en sangre) puede imposibilitar la obtención de imágenes adecuadas, obligando a repetir el estudio posteriormente.Tras la inyección del radiofármaco, el paciente permanecerá en una habitación en reposo. La exploración tiene una duración aproximada de 30-45 minutos.

Esta técnica de imagen es una buena arma para la detección precoz de tumores. Además, posibilita que se planifique el tratamiento más adecuado desde el principio, aumentando las posibilidades de éxito. Habitualmente se realiza hoy en día una PET-TAC, es decir que se fusionan las imágenes funcionales del PET con una TAC que se hace al mismo tiempo o se fusionan ambas imágenes.

Esta prueba diagnóstica está indicada en Oncología (no en todos los casos ni en todos los tumores). Sus objetivos fundamentales son:

  • Hacer un diagnóstico inicial
  • Observar la extensión inicial de la enfermedad 
  • Objetivar la respuesta a los tratamientos
  • Afinar más en los campos de tratamiento de radioterapia
  • Detectar sospechas de recaída de enfermedad

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Cineterapia oncológica: Cosas que importan (“One True Thing”. EEUU. Carl Franklin, 1998) 5/5 (1)

Cosas que importan (One True Thing, en inglés) cuenta la vida de Ellen (Renee Zellweger), una joven periodista que trabaja en un importante periódico de Nueva York. A lo largo de la película Ellen  presionada por su padre (William Hurt), tiene que regresar al hogar familiar para ocuparse de su madre (Meryl Streep), gravemente enferma de cáncer, a la que la quedan tan solo unos pocos meses de vida.

Ellen Gulden es una escritora que trabaja bajo una gran dosis de presión para la revista “New York”. Al comenzar la película visita a su familia para dar una fiesta sorpresa de cumpleaños a su padre. Se hace evidente que Ellen admira profundamente a su padre, George (interpretado por el gran William Hurt), un novelista otrora famoso y profesor de Universidad. A su vez ella siente un cierto desprecio por su madre, Kate (interpretado por la camaleónica Meryl Streep), pues no comprende, ni le gusta, ni valora la vida doméstica que vive. Cuando se descubre que su madre padece cáncer, su padre insta a Ellen con una gran dosis de chantaje emocional para que cuide de la casa y de su madre. Ellen está sorprendida por esta petición, ya que él sabe que podría poner en peligro su carrera profesional y su vida personal en Nueva York. Finalmente y a contrapelo Ellen accede a las peticiones de su padre.
 
Ellen ayuda a su madre en las tareas domésticas, mientras su padre va a lo suyo sin ayudar mucho, como desentendiéndose. Ellen comienza a reevaluar sus puntos de vista que hasta ahora tenía sobre sus padres. Se da cuenta de que ella siempre dejó de lado a su  madre y había idealizado a su padre. Empieza a ver a su padre como un ser egoísta centrado en sí mismo, en su carrera y además descubre que desde hace mucho tiempo tiene aventuras amorosas con sus alumnas.
 
Ante este escenario insólito para Ellen, intenta encontrar un lugar para ella en la vida de sus padres, mientras lucha por seguir escribiendo de forma “freelance” y a su vez mantener la relación con su novio en Nueva York. Con el tiempo, Ellen crece más cerca de su madre y aprende más acerca de sus padres y de su matrimonio. Descubre que su madre sabía todo sobre los asuntos de George desde el principio. Ellen también descubre que los días del mujeriego de su padre, se han convertido en noches solitarias para beber en un bar local y así adormecer el dolor de no poder alcanzar de nuevo el éxito sin ser ni siquiera capaz de completar más novelas. George confiesa a Ellen que la razón por la que le gustaba su madre era porque llenaba de luz todo lo que hacía y no podía soportar la idea de que su luz se estuviera escapando. En el lecho de muerte Ellen le dice a su madre que la ama y ​​ella le responde que lo sabía y que siempre lo había sabido.
 
Después de la muerte de Kate, la autopsia revela que Kate en realidad murió de una sobredosis de mórficos, por lo que el abogado de distrito investiga a Ellen acerca de la muerte de su madre. Escenas de esta entrevista se intercalan a lo largo de la película. En la escena final junto a la tumba de Kate, Ellen ha regresado de un nuevo puesto de trabajo se encuentra en Nueva York con el rotativo “The Village Voice”. Ella planta narcisos cuando ve que su padre se acerca, siendo éste su primer encuentro desde el funeral. George le dice a su hija que fue muy valiente para hacer lo que hizo. Sufre un desconcierto hasta que cae en la cuenta de que George piensa que ella había dado a su madre la sobredosis fatal. Ellen responde que ella había pensado que el cómplice era su padre. En ese momento ambos descubren que Kate se suicidó.
 
George habla a Ellen de lo mucho que amaba a su madre, teniendo en cuenta que era su musa , su “One True Thing”. Al terminar la película, Ellen está explicando a su padre cómo plantar los bulbos de narcisos y él está ayudando, presagio al parecer de una reconciliación basada en el mútuo cariño a Kate.

Se trata de un gran melodrama hecha con una interpretación magistral tanto de la protagonista como del resto de actores de reparto. La caracterización y la interpretación de Meryl Streep son verdaderamente sublimes. Las interpretaciones de Reneé Zelleger y William Hurt no se quedan atrás. La película además pone sobre el tapete el sempiterno dilema sobre la muerte digna y el suicidio, dejando la puerta abierta a una profunda reflexión moral. 

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Mujeres, Medicina y Techo de cristal 5/5 (1)

La Medicina es una actividad humana ejercida de forma natural desde tiempos inmemoriales. La mujer en la Historia de la Medicina ha sido intencionadamente borrada e invisibilizada hasta prácticamente bien entrado el siglo XIX, pues hasta entonces, en nuestra cultura occidental, la Medicina académica y oficial estaba sólo hecha por hombres blancos del primer mundo. La actividad médica de la mujer no tenía cabida y si la había se le reservaba a la esfera privada y no se le permitía trascender a la esfera pública.

Sin embargo, podemos decir que la mujer ha ejercido desde la época de las cavernas algún tipo de actividad médica, pues mientras el hombre se encargaba de cazar animales, ella recolectaba plantas, algunas de ellas medicinales y se quedaba al cargo del cuidado de los niños, de otras mujeres, de los enfermos y de los ancianos. Conocían las enfermedades que afectaban a las mujeres, ayudaban a éstas a parir y les acompañaban en la etapa de crianza de su prole. Era entonces una actividad médica completamente “amateur” y basada en la experiencia. Eran además capaces de transmitir su sabiduría de unas mujeres a otras, de madres a hijas, de generación en generación.

Si contemplamos detenidamente la Historia, descubrimos algunos ejemplos de mujeres que ejercían la Medicina en toda regla. Una de ellas es Agnódice, considerada la primera ginecóloga de la Historia que nació en Atenas en el siglo V a.C. Como la Medicina estaba vetada para las mujeres, se cortó el pelo y se disfrazó de hombre para poder ejercer. Sus éxitos profesionales despertaron la envidia de los otros médicos que le acusaron de seducir a sus pacientes y fue llevada ante el juzgado. Fue entonces cuando Agnódice tuvo que revelar su sexo, motivo por el que fue acusada de violar la ley. Las mujeres de algunos de los principales ciudadanos de Atenas a las que había curado, la defendieron y dijeron que si ella moría, ellas también. Consiguieron finalmente que la ley fuese invalidada.

En el siglo XII nos encontramos ante la figura de Hildegarda von Bingen una mujer alemana que vivió recluida en un monasterio y que fue toda una autoridad de la época por sus poderes visionarios, considerados místicos. Dichos poderes le permitieron tener contacto con la élite eclesiástica (papa incluido) y noble de la época. Escribió Physica, un texto sobre las ciencias naturales, describiendo así el mundo natural y mostrando un particular interés en las propiedades curativas de las plantas, los animales y las rocas. Los cinco volúmenes del Causae et Curae son esencialmente un Tratado de Medicina, mezcla de influencias griegas y cristianas. Junto con algunos inverosímiles remedios (tales como sumergir a una perra en agua y usar este agua para humedecer la frente como una cura para la resaca) hay algunos que parecen bastante razonables. Se incluyen consejos rudimentarios sobre cómo mantener los dientes sanos y firmes o cómo enriquecer la dieta de las mujeres que sufrían amenorrea (ausencia de menstruación), algo habitual en la época debido a la desnutrición.

Durante los siglos XIV al XVI las mujeres tuvieron un papel de sanadoras que era visto con recelo y consideradas como brujas.  Las brujas-sanadoras usaban analgésicos, calmantes y medicinas digestivas, así como otros preparados para aminorar los dolores de parto. Usaron la belladona para parar las contracciones del útero en caso de posible aborto y algunas fuentes apuntan a una bruja inglesa como descubridora de la digitalina, que se utiliza actualmente para tratar arritmias cardíacas. Estas mujeres sabias con importantes conocimientos anatómicos, también aconsejaban a mujeres sobre métodos anticonceptivos. De hecho, Paracelso, considerado el “padre de la medicina moderna”, afirmó en el siglo XVI que todo lo que sabía lo había aprendido de las brujas. Con la caza de brujas, parte de este conocimiento se perdió.

En España contamos con otro ejemplo,  el de Oliva Sabuco de Nantes Barrera, una española nacida en Alcaraz (Albacete) en pleno siglo XVI e hija de un boticario. En sus escritos entre los que destaca el publicado en 1587 como “Nueva Filosofía de la Naturaleza del Hombre”, habla de conceptos innovadores como son la importancia de la higiene y otras consideraciones que la sitúan en lo que hoy constituye la corriente de la medicina psicosomática. Sus escritos fueron proscritos y quemados por la Inquisición Española, pero algunos ejemplares quedaron para dejarnos perplejos ante lo avanzado de sus conocimientos para aquella época. Descubrimos así a una mujer sorprendentemente humanista.

Con la creación de la Universidad y las facultades de Medicina, la entrada a las mujeres fue vetada. A la mujer se la mantenía como sanadora en el ámbito privado, habitualmente acompañadas y al cuidado de las clases más desfavorecidas. Compartían con naturalidad y generosidad sus conocimientos a otras sanadoras. Mientras, los hombres practicaban la Medicina de una manera pública y notoria, cuidando especialmente de las clases altas. Se les confería un poder visionario y sus conocimientos no solían ser compartidos.

En el siglo XIX y especialmente en el XX, la mujer irrumpe con fuerza debido a los cambios producidos a consecuencia de la feminización de la fuerza de trabajo. A esto ya no son ajenas las facultades de Medicina que viven ya en el siglo XXI una importante entrada de mujeres, capacitadas y altamente cualificadas para ejercer su profesión. Ya nadie se extraña de entrar en una consulta médica y ver a una mujer médico. Su reconocimiento social, por fortuna, ya está normalizado.

Hemos logrado hitos que nuestras antecesoras no podían ni imaginar y en un tiempo relativamente corto. Sin embargo, a pesar de nuestra creciente presencia sufrimos un llamado síndrome de techo de cristal, que algunos se atreven a llamar anorexia de poderLa mujer de hoy que ejerce una actividad profesional como puede ser la Medicina, no concilia, sacrifica. Se plantea un futuro con grandes retos como el reparto de tareas y de poder, el reconocimiento social de la maternidad, así como de su gran y silenciosa implicación en el cuidado de las personas. La carrera profesional femenina sufre constantes entradas y salidas porque quiere estar al lado de los suyos también. La mujer del siglo XXI debe reinventarse, buscar nuevas alternativas, nuevas soluciones, huyendo del modelo patriarcal y sin emular el rol masculino, pues corremos el riesgo de caer en los mismos errores y convertirnos en enemigas de nosotras mismas.

En el mundo 2.0 también existe una buena representación de mujeres médicos que apuestan por la innovación, la comunicación y la creatividad. No pretendo con este artículo hacer alarde de mi condición de género ni entrar en rivalidades absurdas. Sólo quiero poner a mi género en el lugar y con el valor que le corresponde. Ni más, ni menos. Quiero ejercer mi profesión desde una perpectiva de simetría moral con mis compañeros, rompiendo una lanza a favor de nosotras mismas para que ese techo de cristal de una vez por todas se desvanezca.

Video: Ella (Bebe)

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