Diferentes pacientes, hombres y mujeres de edades diversas, se encuentran en una sala de tratamiento de quimioterapia mientras luchan para vencer al cáncer. Pasan horas, días y semanas compartiendo sus experiencias con la enfermedad, sus dudas y sus miedos: ¿Hasta cuándo viviré? ¿Qué es lo qué pasará? Pero también y sobre todo hablando sobre las cosas más cotidianas de su día a día.
Trazos de vida consciente son el hilo conductor del filme. Un padre espera poder ver la tesis de postgrado acabada de su hijo. Kasia padece una enfermedad de Hodgkin y enseña orgullosa la foto de su hijo de 6 meses. Krystztof y su madre bromean sobre el dinero que ahorraran en espuma de afeitar.
Los problemas universales se convierten en únicos y transcendentales cuando hay la posibilidad de que la vida termine antes de lo que esperabas. Y, a la vez, las ilusiones cotidianas, pospuestas para cuando termine el tratamiento, tienen más fuerza que nunca.
Quimio es un documental construido mediante de secuencias en primer plano con el objetivo de mostrar la realidad de una forma muy cercana, hasta intimar con el espectador, a quien se le otorga la confianza y confidencialidad de todo aquello que se dice. La cámara se convierte en testimonio prácticamente invisible de diálogos conmovedores. De vez en cuando, un plano general del exterior a través de la ventana, recuerda que la vida continúa. El único sonido del documental es la voz de los pacientes y de sus acompañantes.
Quimio es un testimonio de cómo viven y sienten los enfermos de cáncer que tienen una única certeza de futuro, la de saber que deben luchar. La misma que tenemos todos, pero con un reto extra: el de vencer una batalla imposible de posponer.