Un minuto para meditar

El pasado jueves 11 de Abril tuve la oportunidad en el Hospital Universitario de Burgos, de ver y escuchar a través de una conferencia magistral  y un taller posterior, a Javier Barbero, un psicólogo clínico de la Unidad de Oncohematología del Hospital de la Paz de Madrid para hablarnos de Bioética y Espiritualidad en la relación médica.

En ese escenario se hablaron de muchas cosas que dan para escribir más de una entrada en el blog y que trataré de reflejar más adelante con profundidad. Aunque parezca un tema alejado de nuestra mente médica cartesiana y racional, me parece sumamente importante en una profesión como la nuestra el cuidado de esa parte espiritual que todos tenemos independientemente de nuestras creencias y convicciones personales.

Al final de varias horas de escuchar y hablar sobre el tema, Javier Barbero nos regaló un video sobre la meditación. Precisamente hoy leía en su blog a Dolors Reig hablar sobre los múltiples beneficios de la meditación aumentando el número de conexiones neuronales, mejorando la creatividad y la empatía. Hace incluso unos días leí un “tweet” dirigiéndome a un artículo médico que hablaba de los cambios de expresión en el genoma en estados superiores de conciencia, es decir que la meditación continuada puede llegar a producir cambios en la expresión genómica, algo que me parece tremendamente sorprendente.

Así que esto de meditar en profundidad, viviendo con intensidad el momento presente, parece que trae grandes beneficios a todos y potencia el autocuidado de nuestra mente y espíritu. Así que ¿por qué no empezamos con un minuto? Yo os invito: ¡Ommmmm!

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Cineterapia oncológica: El Fin es mi Principio (Alemania, Jo Baier 2010)

Cuando en marzo de 2004, Tiziano Terzani, debido a un cáncer terminal, ve acercarse el final de su vida, decide reunirse con su hijo Folco para mantener con él unas valiosas conversaciones sobre la vida que ha llevado.
Aceptando su destino con la serenidad propia del que ha frecuentado las filosofías orientales durante gran parte de su vida, Terzani rememora los hechos que han marcado su existencia y la de los suyos.
Nacido en el seno de una humilde familia florentina en los albores de la Segunda Guerra Mundial, Tiziano Terzani quiere transmitir a su hijo su insaciable curiosidad por el mundo y sus habitantes
Desafiando el destino que le reservaba su origen social, decidió ser periodista y recorrer incansablemente nuestro planeta. Frente a su mirada comprometida desfilaron la mayoría de los hechos determinantes del convulso siglo XX: la guerra fría, la China maoísta, el apartheid surafricano o la guerra de Vietnam son sólo algunos de los acontecimientos que marcaron la trayectoria de este hombre extraordinario.
La película basada en el libro con el mismo título y dirigida de una manera bastante fiel al guión de Folco Terzani por el alemán Jo Baier. Está enmarcada en la bella Toscana italiana con un tempo pausado, una fotografía y una música muy cuidadas que nos ambienta de una forma muy bien llevada hacia los últimos días de Tiziano Terzani encarnado espléndidamente por Bruno Ganz. Este hombre decide explicar a su hijo Folco (interpretado por Elio Germano) en forma de conversaciones grabadas, los pasajes más importantes de su biografía para que posteriormente lo plasme en forma de libro. La película no sólo nos habla de la vida de este hombre, nos habla del sentido de la vida, del amor, del vivir y del morir. Pone sobre la mesa de forma exquisita la necesidad de espiritualidad y de trascendencia que posee el ser humano. 
Me quedo con una frase de Tiziano describiendo así, tras reconocer que ha cumplido su ciclo vital y que no tiene la sensación de haberse perdido nada, cómo él ve con una tremenda curiosidad el momento de la muerte: “Lo que me aguarda quizá sea el acontecimiento más insólito y más interesante que me haya pasado jamás. Por eso la muerte es lo único nuevo que me queda por descubrir”. Así esta película nos lleva a una visión bella, sublime y muy profunda sobre lo que es el morir: un nuevo principio. Esta concepción diferente y ciertamente muy positiva sobre la muerte me parece lo mejor de la película. Una forma de llevar el duelo muy recomendable. Espero que os guste.

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¿Cómo es Prezi y qué me aporta?

Prezi es una plataforma on line para hacer tus presentaciones más dinámicas, intuitivas, atractivas y muy creativas. Su formato es ciertamente muy novedoso, al menos para mi. Reconozco mi debilidad por las nuevas tecnologías y nuevas maneras de presentar en contrapunto al archiconocido y utilizado PowerPoint.

Hoy me he estrenado con un Prezi. Me ha tocado dar una charla sobre cáncer de pulmón y su tratamiento centrado especialmente en la radioterapia, a técnicos de radioterapia, enfermeras, auxiliares y médicos. He pretendido hacer una presentación que pudiera unir a todos estos sanitarios y por tanto tenía que ser didáctica, esquemática, sencilla y sobretodo fácil de entender, pues a veces los médicos utilizamos un sinfin de tecnicismos y jerga particular que hace que la comunicación sea difícil.  Creo (al menos esa ha sido mi intención) que el objetivo se ha cumplido y el auditorio ha salido satisfecho.

He decidido ponerlo aquí a modo de ejemplo y también para que mis “alumnos” tengan acceso a él. Y también, por qué no,  compartirlo con mis lectores.

¡FELIZ FIN DE SEMANA!

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Mi Blogosfera sanitaria particular

En la blogosfera sanitaria hay autores que merecen ser leídos (y releídos), bien por su frescura, por su creatividad, por su forma de ver la Medicina del siglo XXI, por su capacidad de autocrítica o bien por su crítica constructiva. Leerles me produce un regusto placentero, llenan mi cabeza de ideas sorprendentes y me permiten descubrir qué es la escritura creativa. Conjugan la cognición con la emoción y cuando eso ocurre, las ideas se fijan casi sin querer. Consigo desaprender y volver a aprender.

Hay autores a los que voy a mencionar que encontrarán en “mi lista de blogs”. La mayoría no son de mi especialidad, pero reconozco en ellos una especial sintonía de la que disfruto uniéndome y compartiéndola.

El blog del doctor Salvador Casado es uno de ellos. Es un excelente referente para los que nos iniciamos en la redacción de un blog. Tiene la enorme capacidad de sorprendernos a diario con alguna entrada que invita a la reflexión del actual paradigma sanitario. Se mueve como pez en el agua con las nuevas tecnologías y se aprovecha de ellas para reveindicar la esencia de la Medicina “de cabecera” como se le llamaba antaño y que hoy se le conoce como Medicina de Familia o Atención Primaria. Coincido con él en la necesidad de “desmedicalizar” muchas cosas, en la prevención cuaternaria, en la bioética y en la necesidad de impregnarnos de un mayor humanismo en nuestra práctica diaria.

“Dermatología y más cosas” de la Dra. Mª José Alonso es otro blog de la que me siento fan incondicional. Habla por supuesto de su especialidad y de cómo ella se desenvuelve con el paciente. Escribe y describe su cotidianidad de una forma muy bella, sutil, cercana, “tocándote” por dentro. Logra en muchas ocasiones alegrarme el día e incluso hace que me sienta orgullosa de sentir que haya compañeros así.

En Medicina Basada en Humanismo, José Antonio Trujillo describe a la perfección esa Medicina en la que creo y comparto plenamente. Sus replanteamientos éticos constantes se agradecen en un mundo 2.0, con el paciente siempre en el centro de nuestra atención, a través del cual le acompañamos, le guiamos, le aconsejamos, le consolamos y en algunas ocasiones le sanamos.

En el Diario de una mamá Pediatra de Amalia Arce encuentro puntos de encuentro como madre-médico, pues la maternidad nos confiere un plus añadido en esta profesión. Me gustan sus “posts” tanto los de índole médica como los de opinión. Escribe alto y claro, con determinación y coraje. ¡Me encanta!

En Hij@s de Eva y Adán, escribe Rubén García, un joven pediatra comprometido, solidario y activista de las causas sociales. Lo conocí a través de un “post” sobre la leucemia infantil y descubrí la iniciativa de uno entre cienmil que me enganchó. Desde entonces le sigo leyendo y escuchando los interesantes videos que cuelga en su blog. Es todo un fenómeno.

La Dra. Jomeini es en realidad Ana González Duque una anestesista que nos inyecta mucho sentido del humor en este mundo médico, algo que se agradece dados los tiempos que corren. Gracias a su blog ha editado una novela, de la que ya está preparando su segunda parte. Muchos de nosotros podemos vernos reflejados en sus personajes novelescos. ¡Gracias por regalarnos tantas carcajadas!

En ¡Doctor, no como para lo que peso!: la Obesidad a raya es un blog de divulgación médica sobre todo lo que rodea al mundo de la nutrición y la obesidad de la mano de Esteban Jódar a quien tuve la oportunidad de conocer en una charla sobre osteoporosis a la que fue invitado en el Colegio de Médicos de Burgos. Agradezco su estilo y sus referencias clínicas, dándonos un poco de claridad en estos temas.

En Oncología Radioterápica tenemos pocos bloggeros, pero destacaría dos: El primero es  Carpe Diem de Mª Teresa Migueláñez y su última entrada con consejos para los médicos que vayan a elegir plazas MIR y cuenten con nuestra especialidad como posibilidad argumentándolo estupendamente. El segundo y de reciente aparición es El Lanzallamas: Avatares y desvaríos de un radioterapeuta de Ángel Montero Luis. Me gustó especialmente su entrada investigadora sobre la radioterapia en la antigüedad. ¡Magnífico!

Hay por supuesto muchos más blogs ,sanitarios o no, muy interesantes. Estos son una pequeña selección de los que más me gustan. Espero los disfruten.

Les dejo con una canción de Carol King: You’ve Got a Friend (Tienes un amigo) ya que en cierto modo me hace pensar en tod@s est@s colegas, sin pretenderlo se han convertido en amig@s improvisados.

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La batalla que no elegimos

Parece que los ángeles me persiguen. Esta vez de la mano de un “ángelo”: Angelo Merendino. LA BATALLA QUE NO ELEGIMOSno es el título de ninguna película. Es el testimonio real de este fotógrafo sobre la lucha de su mujer CON el cáncer de mama en forma de blog: http://mywifesfightwithbreastcancer.com/. El autor describe de una forma extraordinaria, muy visual y en ocasiones desgarradora todo el proceso de la enfermedad de Jenniffer, su mujer. Y lo hace a través de unas bellísimas fotografías en blanco y negro. Y me reafirmo en lo de “bellísimas”. Estamos acostumbrados a ver sólo la belleza en el o la modelo, en la perfección, en el hedonismo. Aquí la belleza se aprecia en el poder del sentimiento que pone el autor en las fotografías y que sin duda transmite. Me ha parecido un ejercicio de valentía, de liberación y de AMOR con mayúsculas. Advierto que hay imágenes duras e incluso muy duras, pero hechas con una sensibilidad exquisita.
Esta es la historia traducida del inglés contada por Angelo:
La primera vez que vi a Jennifer lo sabía. Yo sabía que ella sería la mujer elegida. Yo lo sabía, al igual que cuando mi padre les contó a sus hermanas en el invierno de 1951, después de conocer a mi madre por primera vez, y dijo: la encontré.

Un mes más tarde Jen consiguió un trabajo en Manhattan y dejó atrás Cleveland. Yo iría a la ciudad a ver a mi hermano, pero realmente quería ver a Jen. En cada visita mi corazón gritaba a mi cerebro “¡Díselo!”. Pero no tenía el valor para decirle a Jen que no podía vivir sin ella.
Mi corazón finalmente se impuso y, como un colegial, le dije a Jen “Estoy enamorado de ti.” Para el alivio de los latidos de mi corazón, los hermosos ojos de Jen se iluminaron y dijo: “¡Yo también!”

Seis meses más tarde, recogí mis pertenencias y viajé a Nueva York con un anillo de compromiso ardiendo en el bolsillo. Esa noche, en nuestro restaurante italiano favorito, me puse de rodillas y le pedí a Jen que se casara conmigo. Menos de un año más tarde nos casamos en Central Park, rodeados de nuestros familiares y amigos.
Más tarde esa misma noche, bailamos nuestro primer baile como marido y mujer, acompañado por mi padre y su acordeón ♫ ♫ “Estoy de humor para el amor …”

Cinco meses más tarde Jen fue diagnosticada de cáncer de mama. Recuerdo el momento exacto … La voz de Jen y la sensación de entumecimiento que me envolvía. Ese sentimiento nunca se ha ido. Nunca voy a olvidar cómo nos miramos a los ojos y nos sostuvimos las manos uno del otro.
“Estamos juntos, vamos a estar bien.”

Con cada desafío nos acercamos más el uno al otro. Las palabras se volvían menos importantes. Una noche Jen tuvo que ingresar en el hospital, el dolor estaba fuera de control.
Ella me agarró del brazo, con los ojos llorosos: “Hay que mirar a los ojos, esa es la única manera con la que puedo aguantar este dolor.” Nos amábamos con cada pedacito de nuestras almas.

Jen me enseñó a amar, a escuchar, a dar y creer en los demás y en mí.
Nunca he sido tan feliz como lo fui durante este tiempo.

A lo largo de nuestra batalla tuvimos la suerte de tener un fuerte grupo de apoyo, pero aún luchábamos por conseguir que la gente entendiera nuestro día a día de la vida y las dificultades a las que nos enfrentábamos.
Jen estaba con un dolor crónico por los efectos secundarios de casi 4 años de tratamiento y medicamentos. A los 39 años Jen comenzó a usar un andador y estaba agotada de estar constantemente al tanto de todos los golpes y moretones. Las estancias hospitalarias de más de 10 días no eran infrecuentes. Las frecuentes visitas al médico me llevó a batallas con las compañías de seguros. El miedo, la ansiedad y las preocupaciones eran constantes. Lamentablemente, la mayoría de la gente no quiere escuchar estas realidades y en cierto punto, creíamos que nuestro grupo de apoyo se desvanecería. Otros supervivientes de cáncer comparten esta pérdida. La gente asume que el tratamiento te hace estar mejor, que las cosas se hacen bien, que la vida vuelve a la “normalidad”. Sin embargo, no existe una normalidad en la tierra del cáncer. Los supervivientes de cáncer tienen que definir un nuevo sentido de la normalidad, con frecuencia diaria. ¿Y cómo pueden los demás llegar a comprender lo que teníamos que vivir todos los días?

Mis fotografías muestran la vida cotidiana. Ellos humanizan el rostro del cáncer, en la cara de mi mujer. Muestran el reto, la dificultad, el miedo, la tristeza y la soledad a la que nos enfrentamos, que Jennifer se enfrenta, mientras luchaba con esta enfermedad. Lo más importante de todo, mostrar nuestro amor.
Estas fotografías no nos definen, sino que somos nosotros.


El cáncer está en las noticias todos los días, y tal vez, a través de estas fotografías, la próxima vez que a un paciente con cáncer se le pregunte cómo lo están llevando él o ella, se le escuche, la respuesta se realice con más conocimiento, más empatía, con comprensión más profunda, más cuidadosa y cariñosa y con una
preocupación sincera.


“Ama a cada bocado de las personas de tu vida.” – Jennifer Merendino

Estas son sus palabras, pero les aseguro que una imagen vale más que mil palabras. Las fotografías de Angelo Merendino a su mujer Jennifer con pleno consentimiento de ella lo demuestran sin lugar a dudas con toda su realidad. Confieso que aún me emociono al verlas, como el presentador del Huffington Post Live de este video.

PD: Os pongo también este video traducido desde un periódico de Costa Rica por si el inglés no os resulta muy comprensible. Está recogido del siguiente enlace:  http://www.crhoy.com/la-lucha-contra-el-cancer-a-traves-de-un-lente-fotografico/ 

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