En contra de la voluntad del padre de Oliver (interpretado magistralmente por el gran Ray Milland), ambos deciden casarse. Lo hacen con una ceremonia sencilla, preparada por ellos mismos y de carácter civil, algo que choca en un principio al padre de Jenny que es un ferviente católico. Sin el respaldo financiero de la familia de Oliver, la pareja se enfrenta a serios problemas económicos y se van a vivir a la planta alta de una casa en la calle Oxford del vecindario de Cambridge, muy cerca de la Facultad de Derecho. Con el apoyo de Jenny que trabaja como maestra en una escuela privada, Oliver logra cursar la carrera de Derecho y la concluye obteniendo el tercer lugar de su clase, lo que a su vez le permite obtener una posición en un renombrado despacho de abogados de Nueva York.
Al contar con un ingreso y una posición estable, Jenny y Oliver, ambos con 24 años, deciden tener descendencia. Al no lograrlo, consultan a un especialista, quien después de practicarle varias pruebas a Jenny le informa a que su esposa está gravemente enferma y desahuciada. Aunque nunca se revela explícitamente la enfermedad que padecía, está bastante claro de que se trataba de una leucemia aguda. Se nombra varias veces que los análisis de sangre no están bien y que tiene que ser vista por un hematólogo.
Desde su cama de hospital, Jenny hace los preparativos para su funeral con su padre Phil (interpretado por John Marley), iniciando la construcción de su propio duelo y de sus últimas voluntades. Después llama a Oliver. En las escenas finales Jenny nota que está perdiendo facultades mentales, que le cuesta recordar los nombres de los músicos que ella conocía tan bien. El cerebro es uno de los llamados “santuarios” de la leucemia. En este trance Jenny le dice a Oliver que no se culpe de nada. Es consciente de que él se siente en deuda con ella por todo lo que le ha tocado renunciar para apoyarle a él durante su carrera, y no quiere irse de este mundo sin liberarle de esa pesada carga. Finalmente Jenny le pide que la abrace fuerte e intensamente antes de morir, escena ésta tremendamente emotiva.
La novela tiene un doble significado del amor, ya que también trata acerca de la relación entre Oliver y su padre. Cuando el señor Barret se da cuenta de que Jenniffer está enferma y que su hijo le pidió ayuda económica para ella, viaja de inmediato a Nueva York, pero cuando llega ella ya ha muerto. En la puerta del hospital, el señor Barret le pide perdón a su hijo, y éste le responde con una frase que Jenniffer le había dicho a Oliver tras una importante discusión y que encierra una gran verdad: “Amar significa no tener que decir nunca lo siento”.