Alopecia

La alopecia o caída del cabello es uno de los signos externos que más preocupan a los enfermos de cáncer. Quizá porque en nuestra iconografía mental ese es el atributo que se le asigna a la enfermedad. No todos los enfermos de cáncer sufren alopecia, ni todas las alopecias son sinónimo de cáncer, pues existen otras causas no oncológicas que pueden conducir a ella. La ausencia total de cabello en la cabeza supone, en consecuencia, un estigma social que recuerda a los pacientes oncológicos de forma contundente que padecen un cáncer y que están en tratamiento. El pelo de la cabeza nos protege del frío, pero también es nuestra seña de identidad por su color, grosor, forma, textura, etc y su ausencia nos produce una ostensible sensación de desnudez.
Los pacientes oncológicos en su mayoría son conscientes de que es un efecto secundario menor y la mayoría aceptan con estoicidad su llegada. Pañuelos, pelucas, sombreros son soluciones transitorias para salir con dignidad del trance y algunos de ellos se atreven incluso a lucir su calva sin demasiados problemas (habitualmente varones). Pero los tratamientos oncológicos suelen ser prolongados y aunque sea un efecto secundario transitorio, en la gran mayoría de casos produce malestar, rechazo, afectando a la autoestima y a la imagen corporal.
La alopecia suele afectar a todo el cuerpo incluida cabeza, rostro, brazos, piernas, axilas y área púbica. La alopecia puede ser completa, gradual o por partes. En algunos casos, el cabello se afina, puede hacerse más opaco o resecarse. Por lo general la caída del cabello se relaciona con el tratamiento oncológico, principalmente la quimioterapia. La mayoría de las veces el cabello vuelve a crecer una vez finalizado el mismo. 
La quimioterapia es la responsable máxima de la caída del cabello ya que afecta a todas las células que se encuentran en crecimiento. La radioterapia sólo puede producir alopecia en el lugar donde focaliza la radiación. No todas las quimioterapias producen caída del cabello. Los medicamentos citostáticos que con mayor probabilidad pueden producir alopecia son: Carboplatino, Cisplatino, Ciclofosfamida,  Adriamicina, Gemcitabina, Taxanos, Vincristina y Vinorelbina. Es importante consultar con el oncólogo la posibilidad de caída del cabello. La mayoría de las veces el cabello comienza a caerse entre 7-10 días después de haber iniciado la quimioterapia. Posteriormente, la caída del cabello tiende a aumentar entre uno y dos meses desde el inicio de tratamiento. La caída del cabello varía de una persona otra incluso con los mismos fármacos. La cantidad de cabello que se cae depende del tipo de fármaco y la dosis. También depende si el fármaco se toma de forma oral o endovenosa. El cabello comienza crecer nuevamente entre uno y tres meses después de finalizar la quimioterapia. Entre los seis y doce meses el pelo crece habitualmente por completo. Cuando el cabello vuelve a crecer la textura del pelo puede ser diferente a la original. Es posible que el cabello crezca más más fino o más grueso e incluso que varíe su color. 
La radioterapia sólo afecta el cabello donde se efectúa la radiación. Por ejemplo, si se recibe radioterapia en la pelvis, se caerá el vello del área púbica. La caída del cabello depende de la dosis y del método o forma en que se administre la radioterapia. El cabello tiende a crecer de nuevo en el área donde se recibió radioterapia varios meses después. Sin embargo puede ser más fino o tener una textura diferente. Si se administra en dosis altas es posible que el cabello no vuelva crecer. 
Las terapias dirigidas no causan caída completa del cabello. Sin embargo algunas de estas terapias pueden cambiar la textura y la hidratación del pelo. Por ejemplo: Cetuximab, Erlotinib, Panitumumab, Sorafenib o Vemurafenib. Asimismo, la terapia hormonal puede producir cambios en el cabello en un número reducido de pacientes.
Aprender a controlar la caída del cabello antes, durante y después del tratamiento puede ayudar a sobrellevar este efecto secundario. Para muchas personas, la caída del pelo por el tratamiento oncológico es más quien cambio de apariencia física. La caída del cabello es un reto emocional que afecta a la imagen corporal y a la calidad de vida. Es conveniente hablar de ello con un familiar o con alguien que haya pasado por una experiencia similar. Puede ser útil hablar de la potencial caída del pelo, en especial en niños y jóvenes antes de que suceda. Para un niño, conocer los cambios de aspecto físico en una persona que ya conocen les ayuda a reducir la ansiedad y el miedo.
Algunas personas recomiendan cortarse el cabello antes de comenzar el tratamiento. El cabello corto brinda la oportunidad de cambiar de apariencia y cantidad de pelo, haciendo que el cambio sea menos chocante. Luego cuando el cabello vuelva crecer toma menos tiempo en llegar a ese estilo de pelo corto. Permitir el cabello crezca con un estilo similar puede ayudar a sobrellevar el tratamiento.
Existen en el mercado gorros refrigerantes que consisten en cubrir el cuero cabelludo con frío antes, durante y después de la quimioterapia, ayudando a impedir la caída del cabello. El frío estrecha los vasos sanguíneos en la piel de la cabeza, lo que significa que llega menos cantidad de fármaco a los folículos pilosos. Consulte a su oncólogo para averiguar si este tipo de gorros pudiera ser útil para evitar la caída del pelo en su caso concreto.
Las recomendaciones para el cuidado del cabello y cuero cabelludo durante los tratamientos son las siguientes: 
  • Usar un champú suave, para bebés por ejemplo.
  • No lavar el cabello todos los días ni frotar enérgicamente.
  • Sé que el cabello con pequeños toques para impedir que se dañe
  • Utilice un peine suave y péinese con delicadeza
  • Proteja el cuero cabelludo del sol cuando está el aire libre con protector solar, sombrero o pañuelo.
  • Cúbrase la cabeza en los meses de invierno para el cuerpo no pierda calor
  • Evite usar secador de pelo con aire muy caliente.
  • Evite realizarse guarecerse el cabello con productos químicos
  • Evite el uso de tintes permanentes o semipermanentes
  • Hable con su equipo de atención médica antes de utilizar cualquier crema, loción para el crecimiento del pelo o tomar vitamina B o biotina.
El Servicio de Dermatología del hospital Ramón y Cajal ha puesto en marcha un estudio sobre alopecia definitiva en pacientes oncológicos. Se trata de un proyecto de investigación destinado a determinar los posibles factores que permitan predecir que pacientes para desarrollar una alopecia definitiva después de haber recibido tratamiento oncológico. Aunque habitualmente la alopecia es un efecto secundario transitorio existen algunos casos en los que se convierten un efecto permanente de forma completa o parcial.
La alopecia definitiva se define como la pérdida de densidad capilar parcial o total que persiste seis meses después de haber finalizado el tratamiento oncológico. La causa de esta alopecia parece ser el daño directo sobre las células madres foliculares. La alopecia, dado que produce un gran impacto en la calidad de vida en los pacientes afectos, hace que éste presente ansiedad ante la posibilidad de perder el pelo. Esta ansiedad conduce a rechazar en algunas ocasiones algunos tratamientos. No existen amplias series publicadas que permitan analizar en detalle el perfil de los pacientes de riesgo para este tipo de alopecia ni de los posibles factores predictivos de la misma. Este estudio se realiza en pacientes que son diagnosticados de una alopecia definitiva. Si padece o conoce a alguien que padece este tipo de alopecia y quiera participar en este estudio no dude en ponerse en contacto con la Dra. Ángela Hermosa a través de su mail ahermosagelbard@gmail.com.

Les dejo con este video viral y emotivo sobre la donación de cabello para la realización de pelucas en niños oncológicos. 

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Mensaje de impacto en el metro

Este mensaje de un metro sueco ha dado la vuelta al mundo. A simple vista es un anuncio al aire libre, inteligente, transgresor, utilizando un poco de tecnología vanguardista para trascender los límites de lo imaginable e impactar o concienciar al que lo ve. 
Una marca farmacéutica equipa los anuncios de las plataformas del suburbano de Estocolmo con sensores ultrasónicos que disciernen cuando se acerca uno de sus trenes. El anuncio que van a ver muestra a una modelo de exuberante melena que en el momento de llegar el metro a la estación se le revuelve el cabello y ella lucha por mantenerlo en su lugar. 
El video muestra todo el proceso de instalación de este anuncio interactivo y sorprendente. La compañía farmacéutica promueve una línea de cosmética capilar con el lema: “Haz que tu pelo cobre vida”. Un cartel aparentemente inocuo en un metro de Estocolmo que demuestra la sorpresa de los viajeros, cuando la modelo protagonista del anuncio reacciona a la llegada de los trenes, con su pelo soplando alrededor por el viento generado.
Mientras los pasajeros del andén se quedan absortos con el anuncio, la modelo de pelo rubio que se sienta gratamente sonriendo y ocasionalmente parpadeando a los viajeros reacciona pronto, y se ve como su pelo voluminoso comienza a soplar en toda su cara. Los que están en la estación parecen apreciar esta diversión inesperada como una agradable fantasía fácil de identificar. 
Tras un tiempo de diversión acontece algo inesperado. Aparece otra nueva modelo con similares características a la anterior. De repente, la modelo pierde por completo su cabellera y deja al descubierto su desnuda cabeza. Se trata de Linn, una atractiva joven sueca de 14 años afecta de cáncer. La Fundación Sueca contra el Cáncer Infantil, adaptó y aprovechó la campaña del champú para crear una versión propia y mostrar la realidad a la que se enfrentan todos los días estos niños y jóvenes pacientes. Las imágenes de Linn mirando a través del cartel, sin pelo y parpadeando llaman la atención dejando a los viajeros perplejos como puede verse en el video. “Cada día, un niño es diagnosticado de cáncer en el mundo” reza el cartel. Los pasajeros pasan de la diversión a la conmoción en instantes, quedándose muy pensativos. 
El anuncio responde a la necesidad de recoger fondos para la necesaria investigación del Cáncer Infantil, pues su infrecuencia hace que se encuentre muchas veces huérfana de financiación. 
Muchas personas han preguntado incluso por la música de este anuncio. Está compuesto especialmente para el mismo y es de gran belleza sinfónica. El compositor se llama Bjorn Baummann y este Tema de Linn puede encontrarse en Spotify.  

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Cineterapia oncológica: Pelucas. España. 2014. José Manuel Serrano Cueto.

Pelucas es un cortometraje de ficción sobre el cáncer, con un mensaje positivo, y que tendrá carácter benéfico. Los beneficios que saquemos irán destinados a la Fundación Juegaterapia.
Escrito y dirigido por el escritor y crítico gaditano José Manuel Serrano Cueto (cuyo documental “Contra el tiempo” estuvo nominado al Goya), el corto se encuentra actualmente en período de postproducción.
“Pelucas” surge de la experiencia personal de Montse Gómez y Serrano Cueto. En una entrevista reciente para El Independiente de Cádiz, José Manuel dijo:“Mi mujer es muy valiente, mi heroína. Los dos necesitábamos aportar nuestro granito de arena y es así como lo vamos a hacer, lanzando un mensaje positivo con este corto”. Montse Gómez falleció el 6 de noviembre de 2013.
“Pelucas” será el fruto del apoyo de numerosas personas y entidades, entre ellas las actrices Lola Marceli y Cuca Escribano (protagonistas del corto), la maquilladora Sylvie Imbert (ganadora del Goya por Blancanieves), la figurinista Yvonne Blake (Oscar por Nicolás y Alejandra), el montador Jesús Ramé (montóÉramos pocos, nominado al Oscar), la compositora Dolores Serrano Cueto, la fotofija Vero Pérez, la diseñadora Cristina Cantarero…
La productora de Pelucas es Creta Producciones, de amplia experiencia en el mundo del cortometraje. Nominada al Goya en 2008 por Harraga (Patricia Fernández y Mario de la Torre) y en 2013 por el corto documental Un cineasta en La Codorniz (Javier Rioyo). Entre sus trabajos también se encuentran los cortos Andrés y Javier (Juan Manuel Díaz Lima, 2011), Nueva vida (Joan Planas, 2012), Gitanos del Sacromonte (Eva P. Fernández y Mario de la Torre, 2010),Sunuy Aduna (Yo por ti, tú por otro) (Alfonso Palazón, 2009)
El cortometraje narra la última representación de la actriz María Fornell (interpretado por Lola Marceli) que acaba su última representación de Lisístrata. Encerrada en su camerino, sin desprenderse de su personaje, no quiere ir a recoger un premio que le entregan esa misma noche. En el corto se aprecia la alopecia debida al tratamiento de quimioterapia al que está siendo sometida, no así en su papel, donde la peluca es parte del atrezzo de su interpretación teatral. Su novia y maquilladora, Silvia (interpretado por Cuca Escribano), intenta convencerla poniéndole diversas y divertidas pelucas para que acuda a la gala.

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