El protagonista de nuestra historia decide escribir un libro; un libro que se convierte en su diario íntimo. Esto supone intentar llegar al corazón y trascender. Aunque el sentimiento en esta película puede pecar de excesivo sentimentalismo, la película se convierte en una nueva reflexión sobre el dolor por la pérdida de un hijo. Pérdida esperada en este caso por una enfermedad en fase terminal, pero siempre una de las más difíciles experiencias a las que nos puede someter la vida. Y aquí sí que la verdad casi siempre supera a la ficción.
Este filme se basa en la novela Ways to live forever, de la joven escritora británica Sally Nichols. Gustavo Ron se quedó impresionado con la historia de un niño con leucemia que narra sus últimos meses en un diario. Y para comprobar la verosimilitud de los hechos narrados, se puso en contacto con ASION (Asociación de padres de niños con cáncer de la Comunidad de Madrid), grupo formado por padres que han pasado la experiencia de tener un hijo con cáncer y que está integrada en la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer (FEPNC). En ASION no solo gustó el libro, sino que animaron al cineasta adaptara la historia a la gran pantalla.
Gustavo Ron convierte al cine español a un cine sin fronteras, pues rodó la película exclusivamente con actores británicos, destacando el personaje de Ben Chaplin como padre. La película se filmó entre su Galicia natal y Gran Bretaña. En definitiva, se trata de una película que es algo más que la arquetípica historia de un niño con cáncer.