Bienvenid@ a "Un Rayo de Esperanza". Soy Virginia Ruiz, una radiooncóloga que se define como médico en el sentido amplio de la palabra, con un interés especial por todo lo que rodea al enfermo oncológico. Creo firmemente en la Medicina Basada en la Evidencia, pero también en la Medicina Basada en la Diferencia y en la Experiencia. Estoy en la senda hacia una Medicina Humanista, porque si lo pensamos bien no existen enfermedades, sino enfermos…
Hace unos días saltaba la noticia publicada en el British Medical Journal de que el ejercicio físico tiene una eficacia terapéutica potencialmente tan eficaz como los medicamentos en la prevención y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.
Se observa cada vez más un paralelismo entre los factores de riesgo cardiovascular y el riesgo de padecer cáncer, por lo que posiblemente al modificar en sentido positivo nuestro estilo de vida podemos intervenir en una mejora en ambos grupos de enfermedades.
Son muchos los estudios que están confirmando los beneficios del ejercicio físico en el cáncer, arrojando interesantes conclusiones. El ejercicio es una de las medidas más significativas que se pueden tomar para protegerse de muchos tipos de cáncer. Hasta una tercera parte de las muertes vinculadas al cáncer en dos de los tipos de cáncer más comunes, el cáncer de mama y de colon, están relacionadas con la obesidad y con un estilo de vida sedentario.
El ejercicio también puede jugar un papel muy importante en la prevención del cáncer. La mayoría de los cánceres son producto de factores relacionados con el estilo de vida, y no tanto con la genética. Reducir el perímetro abdominal se relaciona con un menor riesgo de padecer cáncer de mama. Más de 24 estudios han demostrado que el riesgo de cáncer de mama de las mujeres que hacen ejercicio es de 30% a 40% menor que el de las mujeres con un estilo de vida sedentario. Los estrógenos (hormonas femeninas) juegan un papel muy importante. Las mujeres con altos niveles de estrógenos en la sangre tienen un riesgo mayor de cáncer de mama. Como con el ejercicio se disminuyen esos niveles en sangre, consecuentemente se produce una disminuición en el riesgo. El ejercicio también reduce la insulina en sangre, factor conocido que también contribuye al desarrollo del cáncer.
Incluso las mujeres post-menopáusicas tienen que preocuparse por el estrógeno porque sus células grasas producen dicha hormona. Las mujeres que hacen ejercicio de forma regular tienen menos grasa y, por lo tanto, producen menos estrógeno. Cada año se descubren más de 20.000 casos nuevos de cáncer de mama en España. La prevención del cáncer mediante el ejercicio es una de las mejores maneras de tomar el control de su salud. De todo lo anteriormente expuesto nace “Women in Motion”, un proyecto de investigación pionero en Europa, realizado por el INEF de la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con la Asociación de Cáncer de Mama de Madrid (ASCAMA). Este programa tiene como objetivo estudiar la influencia del ejercicio aeróbico moderado en la calidad de vida de las mujeres con Cáncer de Mama.
El ejercicio juega un papel muy significativo en la prevención del cáncer de colon y recto. Es alentador saber que más de 36 estudios demuestran que las personas que se ejercitan reducen su riesgo de cáncer de colon en un 20% o más, en comparación con aquellas que son sedentarias. Los beneficios del ejercicio pueden notarse tanto en hombres como en mujeres, aunque el efecto es más significativo en los hombres.
Se cree que los cambios en los ácidos digestivos y otras sustancias que se producen con el ejercicio ofrecen un tipo de protección contra el cáncer de colon. La reducción de la grasa corporal, la insulina y otros factores de desarrollo del cáncer también podrían contribuir a la reducción del riesgo de cáncer de colon en quienes hacen ejercicio. Los estudios recientes revelan cómo la actividad física disminuye el riesgo de cáncer, desde la reducción de la inflamación crónica hasta la mejora en la reparación del ADN.
Pero ¿cuánto ejercicio es necesario realizar? Una buena meta de ejercicio es 30 minutos al día, casi todos los días de la semana. Para obtener más beneficios aún, es bueno el ejercicio moderado durante una hora al día. Las actividades de intensidad moderada, como caminar a paso vivo, podría ser suficiente.
¡Es mucho más fácil de lo que cree! Media hora de actividad física diaria, como caminar, nadar lentamente o hacer recorridos lentos en bicicleta puede ser un buen comienzo. Esta lista muestra más maneras de ser más activo:
Use las escaleras en lugar del ascensor.
Camine o monte en bicicleta para llegar a su destino. Dé una pequeña caminata después de comer.
Haga ejercicio a la hora del almuerzo con sus amistades o amigos.
Salga a bailar. Además de hacer ejercicio es una buena actividad lúdica y se divierte.
Use un podómetro todos los días y observe el aumento en los pasos que da. Póngase un objetivo diario de pasos a alcanzar.
Apúntese a un gimnasio o centro deportivo.
En lugar de enviarles correos electrónicos a sus compañeros de trabajo, camine para visitarlos.
Monte en una bicicleta estática o haga ejercicios abdominales, suba y baje las piernas o haga sentadillas mientras mira televisión.
Aparque lejos de la oficina, tienda o biblioteca y regálese una buena caminata.
Cuando haga mal tiempo como para estar al aire libre, camine con un amigo en un centro comercial.
No haga el mismo tipo de ejercicio todo el tiempo porque terminará por aburrirse o considerarlo como una tarea más.
Muchas veces las personas consideran el ejercicio estrictamente como una alternativa para perder peso o verse mejor. Estos incentivos podrían ser efectivos, pero con el ejercicio se trata realmente de tomar las riendas de su salud evitar enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
Pero el ejercicio no sólo sirve para prevenir, también sirve para todos los pacientes oncológicos en curso de tratamiento activo (si su estado no está demasiado deteriorado, claro está). Numerosos estudios han sugerido que el ejercicio, desde intensidades suaves a moderadas, tiene muchos beneficios para personas con cáncer. Algunos de estos beneficios incluyen: incrementos en la función cardiovascular, pulmonar y muscular (a raíz de un incremento en el consumo de oxigeno), volumen de eyección cardiaca, volumen minuto cardiaco, vascularización muscular, circulación linfática, ritmo metabólico, tono muscular, fuerza, coordinación y balance. Durante el tratamiento contra el cáncer, la quimioterapia, la radioterapia o la cirugía puede causar efectos duraderos muy positivos a varios tejidos biológicos. Pongámonos pues todos las pilas, prescribamos ejercicio y busquemos cualquier motivación para movernos de la silla.
Les dejo con dos videos motivadores y francamente originales sobre el ejercicio que circulan por la red. Aunque están realizados por conocidas marcas comerciales no recibo patrocinio por ninguna de ellas. Simplemente las pongo como una forma divertida de motivarse a hacer ejercicio. Les aseguro que le provocarán la sonrisa.