Lactancia y cáncer de mama

Muchas veces nos olvidamos que los seres humanos somos mamíferos y como tales estamos perfectamente diseñados para alimentar a nuestras crías con leche materna durante los primeros meses (o incluso años) de su vida. Esto ha sido así durante miles de años en la existencia de la Humanidad. En el siglo XX y XXI esta tendencia natural heredada ha ido decreciendo, desgraciadamente, de forma paulatina. Esta situación, al igual que viene sucediendo con otros cambios sustanciales de nuestro estilo de vida, como por ejemplo ocurre con la obesidad o el sedentarismo, son ahora factores que demuestran su relación con el incremento de la incidencia de cáncer de mama.

Son ya bien conocidas las bondades que tanto para el bebé como para la madre tiene el hecho de amamantar por lo que su práctica sigue siendo muy recomendable, no sólo desde un punto vista clínico, sino también desde un punto de vista humano. Pero al margen de estas consideraciones, este “post” quiere hacer hincapié en un aspecto que, aunque ha sido ampliamente estudiado y científicamente probado, no se le ha conferido la importancia que tiene: el efecto protector de la lactancia materna frente al cáncer de mama.

En palabras del conocido Pediatra Dr Carlos González, por cada 12 meses más de duración media de la lactancia materna, se podrían evitar, en los países desarrollados, 50.000 casos de cáncer de mama al año, un 11% del total, según los resultados de 47 estudios realizados en 30 países por el Grupo de Colaboración sobre Factores Hormonales en el Cáncer de Mama.

La lactancia es una “prevención primaria” de miles de mujeres que se evitarían así la biopsia, los efectos secundarios de los diferentes tratamientos oncológicos, los riesgos de una intervención y jamás tendrían un cáncer de mama. De momento parece ser una buena estrategia, junto a una dieta saludable y el ejercicio físico, todos ellos conocidos y aplicables para la prevención del cáncer de mama (tener muchos hijos también ayudaría, o adelantar la edad media de gestación pero hay que reconocer que esto ya no es tan fácil de aplicar).

Sólo por eso, por prevenir el cáncer de mama, deberían adoptarse políticas de protección a las madres lactantes, impulsar los hospitales amigos de los niños, formar a los profesionales, alargar el permiso de maternidad, etc. Pero es que además la lactancia materna previene el cáncer de ovario, la osteoporosis y la anemia en la madre. Y todo esto es apenas nada comparado con los efectos sobre la salud del bebé. 

Si ahondamos en las razones científicas, parece que tanto el embarazo como la lactancia tienen un efecto positivo en la diferenciación del epitelio mamario y en la reducción de los niveles relativos de estrógenos, cuyos efectos se han relacionado ampliamente con el cáncer de mama.

Diversos estudios muestran una correlación significativa entre el tiempo de lactancia y la edad del diagnóstico del cáncer de mama, especialmente en pacientes con antecedentes familiares y personales de cáncer, pudiéndose observar una reducción de la incidencia en un 50%. Esto es especialmente importante en pacientes portadoras del gen BRCA1 (No se ha demostrado para el BRCA2).

En una interesante revisión bibliográfica se ha observado que la leche materna posee un complejo de alfa-lactoalbúmina con ácido oleico (llamado HAMLET, bonito nombre ¿verdad?) que induce la apoptosis o muerte celular programada de las células tumorales. Traducido significa que este componente de la leche materna produce una segura y efectiva protección frente al desarrollo de tumores de mama.

Creo que hay en la literatura científica suficientes argumentos para considerar a la lactancia materna como un regalo que nos ofrece nuestra naturaleza humana. Ese “oro blanco” es una alternativa económica, sostenible, respetuosa y altamente gratificante para cualquier mujer que ha pasado por la experiencia de la maternidad. Siempre que oigo al Dr Carlos González en su apoyo a la lactancia pienso en lo mucho que ha ayudado a las mujeres a disfrutar de ella y hacer salvables las múltiples dificultades que la mujer moderna encuentra a su paso. Aprovecho desde aquí mi agradecimiento a su contribución y apuesta por el sentido común.

Oigámoslo en este video sobre el tema que nos ocupa:

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Contigo, una app muy rosa.

Otra iniciativa más que ha nacido fruto de la gran aceptación de las aplicaciones para dispositivos móviles es “Contigo”. Se presenta bajo el título: No estás sola, nosotras estamos ‘Contigo’. Las 16 protagonistas de esta app multimedia, gratuita e interactiva, han padecido un cáncer de mama y, ahora, intentan ayudar a otras mujeres que acaban de ser diagnosticadas o se encuentran en la mitad del camino.

Vídeos con testimonios personales, infografías interactivas y un veraz contenido médico. Todo ello, avalado y dirigido por la oncóloga Laura G. Estévez, coordinadora de la Unidad de Mama del Centro Integral Oncológico Clara Campal (HM HOSPITALES).

El contenido aparece organizado en 11 secciones o capítulos temáticos: los primeros días, el cáncer, los tratamientos (se incluye la cirugía, la radioterapia, la hormonoterapia), el primer día de la quimioterapia, los efectos secundarios, la dieta, la sexualidad, las emociones, el deporte, la reconstrucción mamaria y el final del tratamiento.

Se puede acceder a ‘Contigo’ de dos maneras distintas, dos experiencias complementarias. Con la tableta en horizontal, visionando vídeo tras vídeo; y en vertical, donde además del contenido audiovisual se accede a los textos, infografías e incluso recetas y fichas de ejercicio.

Tampoco falta una última sección dedicada a las preguntas más frecuentes que suelen realizar las pacientes y sus familiares.

Con todo ello, los creadores de ‘Contigo’ pretenden apoyar a las enfermas de cáncer de mama y convertirse en una herramienta esencial con la que llenar los vacíos y aclarar las dudas que se presentan en el camino hacia la curación.

Una nueva forma sencilla, gratuita y de rabiosa actualidad para divulgar testimonios y conocimiento.

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Estas son mis cicatrices: El proyecto SCAR

El proyecto SCAR:  El cáncer de mama no es una cinta de color rosa
Probablemente muchos de ustedes conozcan el Proyecto “SCAR” (Cicatriz) a través de los medios de comunicación, pues estas fotografías fueron difundidas en varios de ellos. David Jay empezó a retratar a chicas con cáncer de mama. La primera fue su amiga Paulina y posteriormente otras muchas mujeres han seguido su estela. Bajo mi punto de vista y en un mundo en el que se tiene un culto al cuerpo perfecto inusitado, una iniciativa así es cuanto menos valiente y sin un ápice de morbosidad. Jay demuestra con estos retratos todo el explendor de la auténtica belleza y del coraje de estas perfectas mujeres “imperfectas”. Ellas vieron, de un modo u otro, por culpa del cáncer de mama, una mutilación al símbolo de la femeneidad que son considerados sus pechos. Considero a esta colección fotográfica como una verdadera obra de arte. Hay tanta sensibilidad que puedes llegar a olvidarte de esa cicatriz y contemplas admirada unos matices verdaderamente increíbles.

He aquí algunos de los comentarios expresados sobre este proyecto: 
(Traducido de la web del proyecto SCAR)


“Un mundo visual pocos han visto en la gracia, coraje, el dolor y la feminidad todos los caminos transversales para exponer un lado profundamente conmovedora de la humanidad.”-LIFE

“El proyecto SCAR es todavía sorprendentemente hermosa serie de fotos increíblemente crudo, que muestra un lado de cáncer de mama que no estamos acostumbrados a ver: la realidad.”-Forbes

“Un increíblemente conmovedor y provocador trabajo”
 -Psychology Today

“A través de sus fotografías, David Jay muestra (por fin) la verdadera realidad del cáncer.”-Le Mensaje France

¿Cuál es la misión de este proyecto?
 El proyecto SCAR es una serie de retratos a gran escala de jóvenes supervivientes de cáncer de mama tomadas por el fotógrafo de moda David Jay. En primer lugar es una campaña de sensibilización. El proyecto SCAR prima la cara del cáncer de mama de aparición temprana mientras paga tributo a la valentía y al espíritu de tantas jóvenes valientes.

Está especialmente dedicado a las más de 10.000 mujeres menores de 40 años que se diagnosticarán este año solamente. El proyecto SCAR es un ejercicio de conciencia, de esperanza, de reflexión y de curación. La misión es triple: aumentar la conciencia pública del cáncer de mama en fases tempranas, recaudar fondos para los programas de investigación del cáncer de mama y ayudar a las supervivientes jóvenes a que vean sus cicatrices, rostros, figuras y experiencias a través de una lente nueva, honesta y finalmente empoderada.

El cáncer de mama es la principal causa de muerte por cáncer en mujeres jóvenes de 15 a 40 años. Las participantes en el proyecto SCAR van desde los 18 a los 35 años, y representan a este grupo a menudo pasado por alto de las mujeres jóvenes con cáncer de mama. Ellas viajan a través de América  y el mundo para ser fotografiadas para el Proyecto SCAR. Hay casi 100 hasta el momento. La más joven tenía 18 años.

Aunque Jay comenzó a disparar fotografías para el proyecto SCAR sobretodo como una campaña de sensibilización, no estaba preparado para algo mucho más inmediato y hermoso: 
“Para estas mujeres jóvenes, que tengan su retrato parece representar su victoria personal sobre esta enfermedad terrible. Les ayuda a recuperar su feminidad, su sexualidad, su identidad y su poder después de haber sido despojadas de una parte tan importante para ellas. A través de estas imágenes sencillas, parecen tener una aceptación de lo que les ha sucedido y la fuerza suficiente para seguir adelante con orgullo “.
 Libro

El Proyecto SCAR:  El cáncer de mama no es una cinta rosada.(Volumen I)Tapa dura. 126 páginas con 50 retratos de jóvenes supervivientes de cáncer de mama, así como un esbozo autobiográfico de cada mujer, describiendo su experiencia con el cáncer de mama. El proyecto SCAR es una exposición de retratos a gran escala de jóvenes supervivientes de cáncer de mama tomadas por el fotógrafo de moda David Jay.

Comentarios sobre el libro:

Wall Street Journal: “Paseando a lo largo de una calle de Nueva York, un cartel me agarró por el cuello. Una mujer joven con una cicatriz de una mastectomía y embarazada”  El cáncer de mama no es una cinta rosada “, dijo Y, por supuesto, tenía razón “.

Psychology Today: “Un trabajo muy sugerente en movimiento y en pensamiento.”

British Medical Journal: “Se me antojaba … una exposición fotográfica, el proyecto SCAR:. Sobrevivir al cáncer, la Realidad Absoluta. Ellos me la dieron y te la darán a ti también.”.

AOL: “Potentes imágenes de los jóvenes supervivientes.”

Le Mensaje France: “A través de sus fotografías, David Jay muestra (por fin) la verdadera realidad del cáncer.”


Documental

“Baring It All”, (Descubriéndolo todo) recibió el premio Emmy documental por el proyecto SCAR, y se estrenó el 9 de julio de 2011 en The Style Network. Este documental desgarrador pero inspirador pone un rostro humano a la heroicidad de las supervivientes al cáncer de mama entre los 20 y 30 años. De ello se desprende que el fotógrafo de moda de Nueva York, David Jay y cuatro mujeres valientes, todas en diferentes etapas de la lucha de la enfermedad, se convierten en protaonistas de su serie fotográfica innovadora: el proyecto SCAR. Al fotografiar a cada mujer en diversos estados de su tratamiento y recuperación, los retratos de desnudos, que exponen más que sus cicatrices y la calvicie, son hermosos, desafiantes y poderosas.

Junto con la exploración de las vidas de estas mujeres jóvenes y su nueva realidad “Baring It All”, muestra que el cáncer ha tenido un impacto sobre ellas y sus seres queridos y las respuestas de lo que los lleva a ser fotografiados en su momento más vulnerable. Después de haber pasado por tanto dolor y angustia, ¿por qué están ahora revelándose al mundo de una manera tan sincera, cruda? Como espectadores descubrirán las respuestas a estas preguntas son tan únicas y valientes como las mujeres de las fotografías.

David Jay ha estado fotografiando la moda y la belleza profesional desde hace más de 15 años. Sus imágenes han aparecido en multitud de revistas internacionales y campañas publicitarias. Como tantos otros personalmente afectados por la enfermedad, Jay se inspiró para actuar cuando una querida amiga fue diagnosticada con cáncer de mama a la edad de 32. Al igual que las propias protagonistas, los retratos de Jay son atrevidos y desafían las ideas tradicionales que se tienen sobre la enfermedad y captura la belleza natural, la fuerza y ​​el carácter de tantas mujeres jóvenes extraordinarias. Cada imagen representa una singular visión, despojada del viaje que cambia la vida que une a todos.
 El trabajo de la manera de David Jay se puede ver en www.davidjayphotography.com
Les dejo con el video que resume su colección de fotografías para que las admiren:


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Hormonoterapia en el cáncer de mama 5/5 (5)

La mayoría de las mujeres que son diagnosticadas de cáncer de mama se les prescribe hormonoterapia habitualmente al finalizar otros tratamientos previos como la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia. La hormonoterapia en el cáncer de mama se utiliza como tratamiento en tumores con receptores de hormonas positivos que representan cerca de un 80% de los tumores mamarios (los llamados fenotipos luminales) actuando de dos formas:

  • Reduciendo la concentración de estrógenos circulantes
  • Bloqueando la acción de los estrógenos en las células del cáncer de mama

La mayoría de los estrógenos presentes en la mujer procede de los ovarios. Los estrógenos favorecen potencialmente la formación de neoplasias de mama que tengan sus receptores de hormonas positivos. Por ello se considera que la hormonoterapia reduce el riesgo de recurrencia del cáncer de mama en aquellas pacientes operadas y que sus receptores de hormonas son positivos en estadios precoces. También está indicada para disminuir el crecimiento de un cáncer de mama avanzado o en las pacientes con cáncer de mama metastásico (fundamentalmente metástasis óseas) y que tengan también sus receptores hormonales positivos.

La hormonoterapia NO es eficaz contra el cáncer de mama con receptores de estrógeno negativos.

Existen varios tipos de medicamentos de hormonoterapia, entre los que se incluyen:

  • Los inhibidores de la aromatasa que son:
    • Anastrozol
    • Exemestano
    • Letrozol
  • Los moduladores selectivos de los receptores de estrógeno:
    • Tamoxifeno (es el más conocido)
    • Raloxifeno
    • Toremifeno
  • Los antagonistas del receptor de estrógeno:
    • Fulvestrant

La hormonoterapia se puede utilizar en mujeres premenopáusicas y postmenopáusicas y en hombres con cáncer de mama. Además de la administración de hormonoterapia en las mujeres premenopáusicas diagnosticadas con cáncer de mama con receptores de hormonas positivos se puede considerar la supresión de la función ovárica con medicación, habitualmente con análogos de la LHRH, ya que los ovarios representan la principal fuente de estrógenos antes de la menopausia.

La elección de un fármaco u otro de hormonoterapia más adecuado en cada caso dependerá de:

  • El estado menopáusico de la mujer
  • El estadio del cáncer de mama
  • Los antecedentes de trombosis o enfermedad cardiovascular grave
  • La densidad ósea
  • Los antecedentes de patología reumática
  • El riesgo personal de padecer cáncer de ovario y/o de endometrio.

Los inhibidores de la aromatasa 

  • Su función es detener la producción de estrógeno en mujeres postmenopáusicas.
  • Actúan bloqueando la enzima aromatasa, que convierte el andrógeno en pequeñas concentraciones de estrógeno en el cuerpo. Esto significa que hay menor cantidad de estrógeno disponible para estimular la multiplicación de las células de cáncer de mama de receptores de hormonas positivos.

Beneficios de los inhibidores de la aromatasa

  • Los inhibidor de la aromatasa son la mejor hormonoterapia para comenzar en pacientes post-menopáusicas. En el tratamiento del cáncer de mama de estadio temprano con receptores de hormonas positivos, los inhibidores de la aromatasa brindan más beneficios y menor cantidad de efectos secundarios graves en comparación con la administración de tamoxifeno.
  • El cambio a un inhibidor de la aromatasa después de recibir tamoxifeno durante 2 a 3 años (para un total de 5 años de hormonoterapia) ofrece más beneficios que la administración de tamoxifeno durante 5 años.
  • La administración de un inhibidor de la aromatasa durante 5 años, después de haber tomado tamoxifeno durante 5 años, reduce aún más el riesgo de recurrencia del cáncer en comparación con la interrupción del tratamiento después de haber recibido tamoxifeno.

Efectos secundarios de los inhibidores de la aromatasa

  • Los inhibidores de la aromatasa tienden a causar menos efectos secundarios graves que el tamoxifeno, como trombosis, accidentes cardiovasculares y cáncer de endometrio.
  • Sin embargo, los inhibidores de la aromatasa pueden causar más afecciones cardíacas, más pérdida de tejido óseo (osteoporosis) y más fracturas de huesos que el tamoxifeno, al menos durante los primeros años del tratamiento. Así resulta recomendable que le consultes al médico si deberías realizarte una densitometría ósea a fin de determinar si necesitarías un medicamento para fortalecer los huesos mientras recibes el inhibidor de la aromatasa.
  • Los efectos secundarios más comunes de los inhibidores de la aromatasa son las artralgias y éstas pueden llegar a ser invalidantes en algunos casos. Parece, según un estudio británico de 2008 que las mujeres con dolor articular secundario a hormonoterapia tenían menos riesgo de recurrencia del cáncer de mama

Los moduladores selectivos de los receptores de estrógeno,

  • Actúan bloqueando los efectos del estrógeno en el tejido mamario. Funcionan uniéndose a los receptores de estrógeno en las células de la mama, no habiendo espacio suficiente para que el estrógeno se acople a la célula. Si el estrógeno no está unido a la célula de la mama, la célula no recibe las señales del estrógeno que le indica que debe crecer y multiplicarse.
  • Las células de otros tejidos del cuerpo, como los huesos y el útero, también tienen receptores de estrógeno. Sin embargo, cada receptor de estrógeno tiene una estructura ligeramente distinta, según el tipo de célula en que se encuentra. Por lo tanto, los receptores de estrógeno de las células de la mama es diferente de los receptores de estrógeno de las células de los huesos, y estos dos receptores de estrógeno son diferentes de los receptores de estrógeno del útero.
  • Como su nombre lo indica son “selectivos” y bloquean la acción del estrógeno en las células de la mama, puediendo activar la acción del estrógeno en otras células, como las células de los huesos, del hígado y del útero.
  • Los moduladores selectivos de los estrógenos pueden utilizarse para tratar a mujeres sobretodo premenopáusicas, pero también puede utilizarse en post-menopáusicas.

Beneficios de los moduladores selectivos de los receptores de estrógenos:

  • El tamoxifeno es el que se utiliza con más frecuencia.
  • En el caso de las mujeres premenopáusicas diagnosticadas con cáncer de mama de receptores de hormonas positivos, el  tamoxifeno es el tratamiento estándar.
  • Pueden aumentar la densidad ósea, lo que reduce el riesgo de osteoporosis.

Efectos secundarios de los moduladores selectivos de los receptores de estrógenos:

  • Los moduladores selectivos de los receptores de estrógeno pueden causar efectos secundarios que en ocasiones pueden ser graves como las trombosis, los accidentes vasculares y el cáncer de endometrio.
  • Si una paciente está en tratamiento con Tamoxifeno debe consultar ante cualquiera de estos síntomas:
    • Una hemorragia o flujo vaginal anormal
    • Dolor pélvico
    • Varices importantes, inflamación o sensibilidad en las piernas
    • Dolor en el pecho
    • Disnea o sensación de ahogo
    • Debilidad, hormigueo o adormecimiento del rostro, los brazos o las piernas
    • Pérdida de visión repentina
    • Mareos y dolor de cabeza intenso y repentino

Estos son los efectos secundarios más comunes:

  • Fatiga
  • Sofocos
  • Sudoración nocturna
  • Flujo vaginal
  • Cambios en el estado de ánimo

Un estudio británico de 2008 antes mencionado sugiere que las mujeres que experimentaron sofocos y sudoración nocturna cuando se sometieron a hormonoterapia tenían menos probabilidades de presentar recurrencia del cáncer de mama.

Los antagonistas del receptor de estrógeno

  • El nombre químico de este medicamento se llama Fulvestrant.
  • Actúa bloqueando los efectos del estrógeno en el tejido mamario.
  • Funcionan de una forma similar a los moduladores selectivos de los receptores de estrógeno como el tamoxifeno.
  • Los antagonistas de los receptores de estrógeno se unen a los receptores del estrógeno en las células mamarias. Si se une al receptor de estrógeno, no hay espacio suficiente para que el estrógeno se acople a la célula. Si el estrógeno no está unido a la célula de la mama, la célula no recibe las señales del estrógeno que le indican que debe crecer y multiplicarse
  • Reducen la cantidad de receptores de estrógeno.
  • Cambian la forma de los receptores de estrógeno en las células mamarias de modo que no puedan desempeñarse como deben hacerlo.

La Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) recomienda hormonoterapia en función del estadio del cáncer y del estado menopáusico.

  • Cáncer de mama en estadio temprano y postmenopausia: Se recomienda que las mujeres postmenopáusicas diagnosticadas con cáncer de mama con receptores de hormonas positivos en estadio temprano sean tratadas con un inhibidor de la aromatasa como el primer medicamento de hormonoterapia. En el caso de una mujer que tomó tamoxifeno durante 2 a 3 años, se recomienda que cambie a un inhibidor de la aromatasa. Los inhibidores de la aromatasa a veces se utilizan pasados los 5 años de consumo de tamoxifeno para reducir aún más el riesgo de recurrencia del cáncer de mama.
  • Cáncer de mama en estadio temprano y premenopausia: Se recomienda que las mujeres premenopáusicas diagnosticadas con cáncer de mama con receptores de hormonas positivos en estadio temprano reciban tratamiento con tamoxifeno.
  • Cáncer de mama en estadio avanzado: Se recomienda que las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama de receptores con hormonas positivos en estadio avanzado (metastásico) reciban tratamiento con un inhibidor de la aromatasa si previamente habían seguido de 2 a 5 años de tamoxifeno, o cuando si el tumor no responde a tamoxifeno. Recientemente se ha modificado la posología de fulvestrant observando doblando la dosis previa, una mayor tasa de respuestas en primera o segunda línea de tratamiento.

¿Cuánto tiempo debe mantenerse la hormonoterapia?

El plazo durante el cual debes recibir la hormonoterapia depende de si se toma antes o después de la cirugía, del estadio del cáncer y de los efectos secundarios que se puedan experimentar.

Las mujeres postmenopáusicas que se someten a hormonoterapia DESPUÉS de la cirugía para el cáncer de mama con receptores de hormonas positivos en estadio temprano generalmente toman un medicamento de hormonoterapia durante 5 años. Esto es lo que se denomina hormonoterapia adyuvante. En algunos casos, el médico puede recomendar otro medicamento de hormonoterapia una vez cumplidos los 5 años del primero. Esto es lo que se conoce como hormonoterapia adyuvante prolongada. Los investigadores están analizando durante cuánto tiempo debe administrarse el segundo medicamento de hormonoterapia después de los 5 años del primero.

Las mujeres postmenopáusicas que se someten a hormonoterapia ANTES de la cirugía para el cáncer de mama con receptores de hormonas positivos en estadio temprano pueden tomar un medicamento de hormonoterapia durante 3 a 6 meses antes de la cirugía para reducir el tamaño del cáncer. Esto es hormonoterapia neoadyuvante. El plazo durante el cual se recibe hormonoterapia antes de la cirugía depende de cada situación particular, por lo que el plan de tratamiento puede ser muy distinto de una paciente a otra. Se puede recomendar la hormonoterapia antes de la cirugía si el tumor es grande.

Las mujeres premenopáusicas o postmenopáusicas que se someten a hormonoterapia para el cáncer de mama con receptores de hormonas positivos en estadio avanzado (metastásico) generalmente reciben la hormonoterapia mientras sea respondedora. Si el cáncer ya no responde a un medicamento de hormonoterapia, por lo general, el médico recomendará otro medicamento.

Todos los medicamentos de hormonoterapia EXCEPTO fulvestrant que es intramuscular,  son píldoras que se toman una vez al día. La mayoría de los médicos recomiendan tomar el medicamento de hormonoterapia a la misma hora cada día para que no olvidar la toma. Los medicamentos de hormonoterapia se pueden tomar con o sin alimentos.

Les dejo con un video traducido del inglés sobre cómo actúan todos estos fármacos

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La batalla que no elegimos

Parece que los ángeles me persiguen. Esta vez de la mano de un “ángelo”: Angelo Merendino. LA BATALLA QUE NO ELEGIMOSno es el título de ninguna película. Es el testimonio real de este fotógrafo sobre la lucha de su mujer CON el cáncer de mama en forma de blog: http://mywifesfightwithbreastcancer.com/. El autor describe de una forma extraordinaria, muy visual y en ocasiones desgarradora todo el proceso de la enfermedad de Jenniffer, su mujer. Y lo hace a través de unas bellísimas fotografías en blanco y negro. Y me reafirmo en lo de “bellísimas”. Estamos acostumbrados a ver sólo la belleza en el o la modelo, en la perfección, en el hedonismo. Aquí la belleza se aprecia en el poder del sentimiento que pone el autor en las fotografías y que sin duda transmite. Me ha parecido un ejercicio de valentía, de liberación y de AMOR con mayúsculas. Advierto que hay imágenes duras e incluso muy duras, pero hechas con una sensibilidad exquisita.
Esta es la historia traducida del inglés contada por Angelo:
La primera vez que vi a Jennifer lo sabía. Yo sabía que ella sería la mujer elegida. Yo lo sabía, al igual que cuando mi padre les contó a sus hermanas en el invierno de 1951, después de conocer a mi madre por primera vez, y dijo: la encontré.

Un mes más tarde Jen consiguió un trabajo en Manhattan y dejó atrás Cleveland. Yo iría a la ciudad a ver a mi hermano, pero realmente quería ver a Jen. En cada visita mi corazón gritaba a mi cerebro “¡Díselo!”. Pero no tenía el valor para decirle a Jen que no podía vivir sin ella.
Mi corazón finalmente se impuso y, como un colegial, le dije a Jen “Estoy enamorado de ti.” Para el alivio de los latidos de mi corazón, los hermosos ojos de Jen se iluminaron y dijo: “¡Yo también!”

Seis meses más tarde, recogí mis pertenencias y viajé a Nueva York con un anillo de compromiso ardiendo en el bolsillo. Esa noche, en nuestro restaurante italiano favorito, me puse de rodillas y le pedí a Jen que se casara conmigo. Menos de un año más tarde nos casamos en Central Park, rodeados de nuestros familiares y amigos.
Más tarde esa misma noche, bailamos nuestro primer baile como marido y mujer, acompañado por mi padre y su acordeón ♫ ♫ “Estoy de humor para el amor …”

Cinco meses más tarde Jen fue diagnosticada de cáncer de mama. Recuerdo el momento exacto … La voz de Jen y la sensación de entumecimiento que me envolvía. Ese sentimiento nunca se ha ido. Nunca voy a olvidar cómo nos miramos a los ojos y nos sostuvimos las manos uno del otro.
“Estamos juntos, vamos a estar bien.”

Con cada desafío nos acercamos más el uno al otro. Las palabras se volvían menos importantes. Una noche Jen tuvo que ingresar en el hospital, el dolor estaba fuera de control.
Ella me agarró del brazo, con los ojos llorosos: “Hay que mirar a los ojos, esa es la única manera con la que puedo aguantar este dolor.” Nos amábamos con cada pedacito de nuestras almas.

Jen me enseñó a amar, a escuchar, a dar y creer en los demás y en mí.
Nunca he sido tan feliz como lo fui durante este tiempo.

A lo largo de nuestra batalla tuvimos la suerte de tener un fuerte grupo de apoyo, pero aún luchábamos por conseguir que la gente entendiera nuestro día a día de la vida y las dificultades a las que nos enfrentábamos.
Jen estaba con un dolor crónico por los efectos secundarios de casi 4 años de tratamiento y medicamentos. A los 39 años Jen comenzó a usar un andador y estaba agotada de estar constantemente al tanto de todos los golpes y moretones. Las estancias hospitalarias de más de 10 días no eran infrecuentes. Las frecuentes visitas al médico me llevó a batallas con las compañías de seguros. El miedo, la ansiedad y las preocupaciones eran constantes. Lamentablemente, la mayoría de la gente no quiere escuchar estas realidades y en cierto punto, creíamos que nuestro grupo de apoyo se desvanecería. Otros supervivientes de cáncer comparten esta pérdida. La gente asume que el tratamiento te hace estar mejor, que las cosas se hacen bien, que la vida vuelve a la “normalidad”. Sin embargo, no existe una normalidad en la tierra del cáncer. Los supervivientes de cáncer tienen que definir un nuevo sentido de la normalidad, con frecuencia diaria. ¿Y cómo pueden los demás llegar a comprender lo que teníamos que vivir todos los días?

Mis fotografías muestran la vida cotidiana. Ellos humanizan el rostro del cáncer, en la cara de mi mujer. Muestran el reto, la dificultad, el miedo, la tristeza y la soledad a la que nos enfrentamos, que Jennifer se enfrenta, mientras luchaba con esta enfermedad. Lo más importante de todo, mostrar nuestro amor.
Estas fotografías no nos definen, sino que somos nosotros.


El cáncer está en las noticias todos los días, y tal vez, a través de estas fotografías, la próxima vez que a un paciente con cáncer se le pregunte cómo lo están llevando él o ella, se le escuche, la respuesta se realice con más conocimiento, más empatía, con comprensión más profunda, más cuidadosa y cariñosa y con una
preocupación sincera.


“Ama a cada bocado de las personas de tu vida.” – Jennifer Merendino

Estas son sus palabras, pero les aseguro que una imagen vale más que mil palabras. Las fotografías de Angelo Merendino a su mujer Jennifer con pleno consentimiento de ella lo demuestran sin lugar a dudas con toda su realidad. Confieso que aún me emociono al verlas, como el presentador del Huffington Post Live de este video.

PD: Os pongo también este video traducido desde un periódico de Costa Rica por si el inglés no os resulta muy comprensible. Está recogido del siguiente enlace:  http://www.crhoy.com/la-lucha-contra-el-cancer-a-traves-de-un-lente-fotografico/ 

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