Jarabe de Palo contra el cáncer

Estimado Pau:
No he podido reprimir las ganas de escribirte tras ver tu emotivo video. En él nos cuentas con valentía, honestidad, sentido del humor, optimismo y sin tapujos tu experiencia tras un “dolor de barriga” en el que escondía a un “mal bicho”: un cáncer de colon

Se me hacía raro verte en un hospital con ese camisón sin glamour, a medio peinar, con tu barba crecida y aguantando un palo de suero en lugar de una guitarra o un micrófono. Las luces eran otras y el escenario también. La naturalidad te ha acompañado en tu discurso y has mostrado tu ejemplo al mundo con un sano objetivo: ayudar a los que pasan por una situación similar.

Tendemos a pensar que el cáncer le pasa a otros y en demasiadas ocasiones le obsequiamos con una etiqueta culpatoria a su origen, como si el que lo portara hubiera elegido tener un cáncer adrede. Inconscientemente no nos creemos que esto puede pasarle a cualquiera. Pero sí, puede pasarle a cualquiera, incluso al mismísimo Pau Donés

Como bien dices, más vale prevenir que curar y ahora entiendes que esa frase cobra todo el sentido. La prevención es importante, pero también conviene estar atentos a los cambios de nuestro organismo, escuchar a nuestro cuerpo. Él nos avisa y cuando lo hace, debemos consultar qué pasa.

Me tranquiliza saber que estás bien Pau y que mis compañeros de la Vall d’Hebrón te han tratado bien. Has encarado la situación con optimismo, de cara y has explicado tu retirada por un tiempo de los escenarios y de tu prometedora gira por las Américas. Ahora las prioridades son otras y tus fans lo sabrán comprender.

Tus canciones me han acompañado en muchas ocasiones y para mi “La flaca” y “Depende” forman ya, por ejemplo, parte de mi biografía musical. Ahora que te han quitado “el bicho” cuídate mucho, descansa y mímate todo lo que puedas. Sé que vas a seguir dando mucha guerra por los escenarios y el año que viene volveremos a verte encima de ellos porque le habrás dado un buen “Jarabe de Palo” a tu cáncer.

Gracias por tu mensaje. Con él estás ayudando a muchos de mis pacientes a normalizar su situación y eso es importante.

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La radioterapia en el cáncer gástrico 5/5 (1)

El cáncer gástrico representa aproximadamente un 10% de los tumores que se diagnostican al año, siendo más frecuente en países asiáticos que en los países occidentales. Según la localización dentro del propio estómago puede dar lugar o no a síntomas, habitualmente de carácter inespecífico y digestivo: dolor, náuseas, vómitos, pérdida de peso, plenitud, cambios en el ritmo de las deposiciones, etc o derivados del tumor: anemia, dificultad para tragar, deposiciones melénicas (negruzcas). El tratamiento de elección es el quirúrgico, siendo la quimioterapia y la radioterapia tratamientos adyuvantes, es decir, que complementan a la cirugía si existen factores de riesgo. Si el tumor es inoperable o es de gran tamaño puede plantearse una quimioterapia neoadyuvante previa a la cirugía para disminuir el tamaño del tumor y hacerlo operable. La radioterapia también puede utilizarse posteriormente en estos casos. Sólo en los raros casos de linfomas gástricos, no hay que operar y el tratamiento de elección sería la quimioterapia acompañado de una radioterapia posterior. Voy a explicar paso a paso cómo se realiza el proceso del tratamiento con radioterapia en los pacientes con cáncer gástrico.

 La primera visita:

En esta visita el oncólogo radioterápico valorará en primer lugar la indicación (o la necesidad) del tratamiento en función de una serie de factores de riesgo. Tendrá en cuenta la edad del paciente, la extensión de la enfermedad, sus enfermedades previas, su estado general, su estado nutricional (muy importante, ya que estos pacientes suelen perder mucho peso tanto en el proceso diagnóstico como en el terapéutico) e incluso su situación personal. Si tras esta valoración inicial se le considera apto para someterse a un tratamiento con radioterapia, su médico hará la prescripción de dosis correspondiente y se le emplazará al siguiente paso: la simulación.

La Simulación:

Constituye el primer proceso previo al tratamiento con radiaciones propiamente dicho. En la primera visita se le darán unas instrucciones para ir convenientemente preparado en caso de que se le vaya a administrar un contraste vía oral. La simulación consiste en hacer una TAC-simulación en las mismas condiciones de posición anatómica en la que vaya a ser tratado. La máquina difiere levemente de una TAC de radiología en que la mesa es plana, suele estar indexada (tiene marcadas unas coordenadas) y que el arco es de diámetro algo más ancho. Sobre la mesa se colocarán unos sistemas de inmovilización con los brazos levantados y se ajustarán a su anatomía. Se le colocará sobre la mesa con dichos sistemas y se procederá colocarle de forma alineada y lo más estable posible. Por fuera, la TAC dispone de unos láseres externos que se utilizan para marcar unas coordenadas sobre la piel que una vez finalizada la exploración le pintarán sobre ella o tatuarán en forma de pequeños puntos casi imperceptibles. Este procedimiento puede durar de 20 a 30 minutos, debe permanecer lo más quieto y relajado posible, respirando de forma pausada para que luego pueda reproducirse el tratamiento. Recomendamos que lleve ropa cómoda y fácil de quitar. Una vez finalizada la exploración, las imágenes realizadas se enviarán a planificación.

La Planificación:

Este es un proceso personalizado de diseño de su tratamiento. Aquí el radioncólogo procederá a contornear en un planificador (ordenador específico para diseñar los haces de tratamiento y hacer los pertinentes cálculos de dosis de radiación) tanto los llamados órganos críticos (órganos sanos que nos interesa reciban no más de una determinada dosis para no dañarlos: médula espinal, pulmón sano, hígado, riñones, intestino delgado, etc) como los tejidos u órganos diana de cada caso (donde si nos interesa que se reciba una dosis tumoricida según cada caso: remanente gástrico o lecho tumoral y los ganglios situados en la vecindad del estómago). A partir de aquí los encargados de hacer la mejor planificación posible serán los técnicos dosimetristas y los radiofísicos. Ellos deberán velar por que nuestra prescripción de dosis se ajuste de la mejor manera posible. Luego el radioncólogo debe supervisar junto con el radiofísico de que todo esté en orden y dará su visto bueno, o no, al tratamiento. Una vez acordado el plan, se validará y ya estará listo para comenzar el tratamiento.

 El Tratamiento:

El primer día de tratamiento será un poco más largo que el resto de sesiones, pues estará presente el médico para ratificar que lo planificado se ajusta a la realidad. Se realizarán pruebas de imagen para verificarlo. Si hay alguna pequeña variación se ajustará ese día y se irá comprobando su estabilidad a lo largo de todo el tratamiento. Es también importante para facilitar el trabajo a todos que venga con ropa cómoda y fácil de quitar y esté en la mesa de tratamiento quieto, relajado y respirando con suavidad al igual que en la simulación. Notará como los técnicos de radioterapia le movilizan y hacen pequeños desplazamientos con la mesa. Ayudados por láseres y por los puntos de tatuaje conseguirán reproducir la postura es la que se encontraba cuando le simularon. Es importante que el paciente se deje hacer y no se mueva, pues así facilita el trabajo a los técnicos y encontrarán en menos tiempo la postura adecuada. Si todo lo verificado está bien seguirá con sus sesiones programadas y prosequirá su tratamiento normalmente.

  Visitas durante el tratamiento:

Durante el tratamiento su radioncólogo le visitará semanalmente para ver su tolerancia. En esta visita deberá indicar cuanquier síntoma especialmente si está relacionado con su función digestiva: tolerancia de los alimentos, plenitud, náuseas, diarreas y estado nutricional. Si aparece algún problema de toxicidad derivada de la radioterapia, el médico valorará si es necesario o no recibir algún consejo o tratamiento médico. Es importante controlar el peso, pues si la pérdida se acerca al 10% del índice la masa corporal habrá que tomar medidas nutricionales suplementarias. La piel debe mantenerse limpia e hidratada, pero no debe aplicarse ninguna crema antes de las dos horas previas a la radioterapia. 

Fin de tratamiento:

 Su médico valorará su tolerancia al tratamiento y le dirá la conducta a seguir en relación a consejos médicos y prescripciones médicas. Le proporcionará un informe con todos los datos del tratamiento aplicado y le emplazará a un seguimiento médico con los análisis o pruebas complementarias que considere oportunas.

Seguimiento:

 Durante las visitas sucesivas su radioncólogo valorará tanto el estado de la enfermedad como la toxicidad a medio y largo plazo de la radioterapia. Las complicaciones aunque son infrecuentes pueden surgir. Las más importantes son la enteritis, la hepatitis por radiación que puede dar lugar aumento de las transaminasas y otras pruebas hepáticas sin provocar habitalmente clínica, así como una alteración de la función renal. Si surge alguna de estas complicaciones tardías buscará un tratamiento adecuado. Si surgiera una recaída de su enfermedad, el radioncólogo es posible que le haga un seguimiento más estrecho y le indique la conducta a seguir.

Les dejo con un video que explica qué es la planificación en radioterapia.

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