Cineterapia oncológica: La Fuente de la Vida (“The Fountain”) EEUU. Darren Aronofsky. 2006 4/5 (1)

La Fuente de la Vida (título original en inglés “The Fountain”) es una película que mezcla ciencia ficción, fantasía y drama, dirigida por Darren Aronofsky, con Hugh Jackman y Rachel Weisz en los papeles principales. La Fuente de la Vida profundiza en temas como el amor, la enfermedad y la muerte mediante un rico lenguaje visual donde abundan las escenas poéticas que se combinan durante todo el filme con una elegante banda sonora compuesta por Clint Mansell.

La película sigue el curso de tres narraciones entrelazadas, que tienen lugar en distintos espacios temporales: el siglo XXI, la era de la conquista española de América y un mundo futurista.

Primera narración en el siglo XXI: El científico

El investigador básico, oncólogo y cirujano experimental Tommy Creo (muy bien interpretado Hugh Jackman) intenta hacer retroceder los tumores cerebrales de un mono a través de los ensayos con animales. Su trabajo está motivado por su esposa enferma de un tumor cerebral llamada Izzi (encarnado en Rachel Weisz). Cuando él y su equipo fracasan con las pruebas en un mono llamado Donovan, Tommy desesperadamente rompe el protocolo médico y prueba usar un compuesto derivado de un extraño árbol de Guatemala. En un primer momento, el fármaco no detiene el crecimiento del tumor, pero sorprendentemente rejuvenece a Donovan, mejora de sus heridas y sus capacidades cognitivas. Posteriormente consigue la curación del mono.

Cuando Tommy regresa a casa, Izzi, su esposa, le señala una nebulosa brillante y la describe como Xibalba, el inframundo maya al cual viajan todas las almas cuando mueren. También le muestra a Tommy un libro que está escribiendo, que se sitúa en la conquista española de América, titulado The Fountain (La Fuente). Cuando Izzi se va a dormir, Tommy lee el libro y se queda dormido. Al despertar, se entera que Izzi ha ido al museo. La encuentra allí, y ella le explica la historia de la creación de los mayas: le cuenta de como el primer creador del mundo se sacrificó a sí mismo para dar vida a todos los seres del mundo. Unos minutos después, ella se derrumba y Tommy le lleva al hospital. Cuando Izzi está en el hospital le dice a su marido que ya no le teme a la muerte. Él no acepta esto y regresa a su laboratorio a seguir trabajando desesperadamente para encontrar una cura para el tumor cerebral de Izzi.

En una de las escenas, Izzi entra en paro cardíaco (presenta una fibrilación ventricular) y los enfermeros obligan a Tommy a abandonar la habitación. En ese momento la doctora Lillian Guzetti (interpretada por Ellen Burstyn) le comunica que el tumor de Donovan se está reduciendo. Tommy en un ataque de locura y desesperación entra en la habitación compruebando que las maniobras de resucitación han sido inútiles. En el funeral de Izzi, Tommy le dice enajenado por el dolor a la doctora Guzetti: La muerte es una enfermedad como cualquier otra, hay una cura. Y yo la encontraré.

Segunda narración en el siglo XVI: El Inquisidor 

Durante el siglo XVI en España, el Gran Inquisidor, Silecio (Stephen McHattie) sataniza a la Reina de los españoles, Isabel la Católica (Rachel Weisz) como una hereje. El Inquisidor, poco a poco va conquistando territorios de la Península Ibérica como parte de su plan para tener a España bajo su poder, causando la muerte a los seguidores de la reina a lo largo del camino. Tomás (Hugh Jackman), un soldado al servicio de Isabel, conspira para asesinar a Silecio, sólo para ser detenido por un subordinado, el capitán Ariel (Cliff Curtis), que trae un mensaje urgente de la Reina. Volviendo a la corte de Isabel, Tomás tiene la misión de encontrar el Árbol de la Vida en Nueva España (Guatemala), el cual está descrito en el Génesis. La ubicación del “Árbol de la Vida” se revela en un mapa oculto, y está representada por una daga maya robada por el Padre Avila (Mark Margolis) cuya orden franciscana respalda a la Reina.

Tomás viaja al Nuevo Mundo con los conquistadores y los compañeros del Padre Ávila para encontrar el “Árbol de la Vida”. A medida que la búsqueda se prolonga y las dificultades se multiplican, algunos de los hombres deciden organizar un motín. Tomás restablece el orden matando a los cabecillas, una vez que el Padre Avila revela que han llegado a su destino. Cuando Tomás y sus hombres se acercan a la pirámide, en cuya cima se encuentra el “Árbol de la Vida”, los guerreros mayas les atacan. Dos soldados que huían mueren inmediatamente, pero Tomás es capturado por los guerreros que le fuerzan a subir a la pirámide. Cuando llegan a la cima del templo, Tomás es apuñalado en el abdomen por un sacerdote maya que lo estaba esperando. 

Tercera narración futurista: El astronauta

El astronauta, Tom (Hugh Jackman), viaja hacia una nebulosa dorada en una nave espacial esférica que también alberga el “Árbol de la Vida”. Tom medita y realiza prácticas de Tai Chi, pero es atormentado por las visiones de Izzi (Rachel Weisz). Él se concentra en llegar a la nebulosa, asegurando al “Árbol de la Vida” que renacerá en la llegada. Pero a pesar de sus garantías, el árbol muere. Izzi atormenta a Tom en una visión y le alienta insistentemente a que termine de escribir su libro: The Fountain. Tom se enfrenta a su miedo, a la muerte, y acepta morir, lo que le permite finalmente escribir el libro y terminarlo. 

Final de las tres narraciones:

En lugar de matarlo, el sacerdote identifica a Tomás como el “Primer Padre”, la deidad que se autosacrificó para crear el mundo. El sacerdote, a su vez, se presenta a sí mismo como un sacrificio, y Tomás le abre una herida en su garganta. Luego pasa a través de una puerta y encuentra el “Árbol de la Vida”. Perfora el tronco con la daga maya, la savia se derrama en el suelo y una pequeña planta crece y florece en el lugar que cayó la daga. Tomando esto como una señal de rejuvenecimiento, Tomas aplica la savia a su herida abdominal y se sana. A continuación, bebe desesperadamente la savia acabando derrumbado con hojas y flores que llenan su cuerpo y es finalmente enterrado junto al “Árbol de la Vida”.

En el futuro se muestra a Tom pasando por el corazón de la nebulosa Xibalba y consigue quedarse en paz con el pensamiento de su muerte inminente, la estrella explota y el árbol florece una vez más.

En el mundo real se muestra a Tommy plantando una semilla del árbol sobre la tumba de Izzi simbolizando así la resurrección de la vida a través de la muerte.

La Fuente de la Vida es una película sorprendente, bonita, con grandes dosis de fantasía llevada incluso al estado de surrealismo. Sus escenas de realidad son tremendamente desgarradoras y auténticas. La escenografía épica ha sido muy bien trabajada. El trabajo interpretativo, el vestuario, los efectos especiales y la banda sonora son exquisitos.

Se refleja una vez más cómo la paciente acepta antes su propia muerte que los que le rodean siendo ella quien consuela a los que se quedan. Para mi, uno de los momentos más impresionantes es ver cómo ese investigador incansable que está a punto de tener en su mano la llave para curar a su mujer,  se llena de rabia e ira por la impotencia que siente de haberle fallado estando tan cerca. Se muestra así el lado humano e irracional que puede tener incluso un profesional sanitario cuando es atravesado por el dolor en primera persona. 

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