- Concedernos un minuto al día para sentarnos con nosotros mismos y meditar.
- Pensar muy claro cuál es el ideal que perseguimos.
- Tratar de disfrutar de la interacción con el paciente por encima de todo y de todos.
- Amar esa sensación de logro tras una buena respuesta clínica o mejoría del bienestar del paciente.
- Deleitarnos en encontrar el mejor tratamiento posible que se adecue al paciente.
- No conformarnos con verlo todo claro, porque a veces no es posible.
- Conviene también soñar y profundizar en lo que sería nuestro mundo ideal.
- Escribir un día cualquiera de nuestro trabajo con todo lujo de detalles, desde el despertar hasta irnos a la cama. Este ejercicio nos permitirá tomar conciencia.
- Cambiar a los Jefes por “Gefes” (Gestores de Felicidad) que actúen como verdaderos líderes en los equipos de trabajo haciendo sentir a cada miembro que lo integra como alguien importante.
¿Qué es la Felicidad Interior Bruta?
1. Bienestar psicológico
2. Uso del tiempo
3. Vitalidad de la comunidad
4. Nivel cultural
5. Nivel sanitario
6. Nivel educativo.
7. Diversidad medioambiental.
8. Nivel de vida.
9. Gobierno.
El término fue acuñado por el rey Jigme Singye Wangchuck en 1972 quien dando inicio a su reinado se encontró ante la difícil decisión de elegir el camino por el que quería conducir a su pueblo. Ejemplos más allá de sus fronteras no le faltaban, la mayoría eran modelos que coincidían en un gobierno y grupo de ciudadanos concentrados en alcanzar riqueza económica. El problema radicaba en que estos modelos tenían muchas grietas: por un lado, sólo algunos lograban alcanzar esa riqueza tan ansiada que se acumulaba en pocas manos dejando a otros en la miseria. Por otro lado, ese objetivo único de obtener dinero en base a la explotación de recursos, dejaba el medio ambiente desprotegido y aniquilado. Pensó entonces que su gobierno y sus ciudadanos debían entonces plantearse otros objetivos fuera de los meramente económicos.
La felicidad por supuesto tiene que ver también con términos económicos, pues eso permite al gobierno poner a disposición del pueblo los recursos básicos como son la sanidad y la educación. Cuando el foco incide más en estos nuevos indicadores, los resultados son irremediablemente distintos.
¿Qué hace a los ciudadanos felices? Con esta pregunta traspasa el poder también al pueblo, convirtiendo así a Bután en una monarquía parlamentaria en 2008 y en la democracia más joven del mundo donde la filosofía de desarrollo de la FIB es el orgullo de sus habitantes.
La FIB se fundamenta en los siguientes principios:
– Buena gestión de los asuntos públicos
– Desarrollo económico equilibrado
– Conservación del medio ambiente
– Preservación y fomento de la cultura
Sobre todo, el gran éxito de este modelo de desarrollo en Bután es el estar consiguiendo abrazar la modernidad y la globalización dejando intactos los valores y tradiciones propias. Bután, no sólo obtiene lo mejor del progreso, sino que no permite que este arrastre la esencia de su cultura. De esta forma Bután se ha convertido hoy en un verdadero campo de cultivo fértil para nuevas ideas y nuevas formas de hacer las cosas en el que muchos países tienen puestos hoy sus ojos y sus esperanzas.
Sé que las comparaciones son odiosas, pues se trata de un país muy pequeño y con una filosofía de vida oriental que es muy diferente a la nuestra. Así España ocupa el lugar 23 en los índices de prosperidad (lo que más se puede parecer a la FIB). Como hemos visto la sanidad y la educación juegan un papel destacado. Para que este índice suba es menester cuidar a ambos de manera exquisita. Pero como sugerencia ¿no sería genial que nuestros gobernantes tomaran nota y se pusieran a trabajar en lo que verdaderamente nos preocupa?
Es bueno tener la referencia de esta felicidad colectiva. También es muy importante ser conscientes que a pesar de todo existe una felicidad personal de la que nosotros mismos somos sus dueños. Según Maslow y su famosa pirámide la felicidad ésta tiene sus escalas.
Los mayores arrepentimientos del paciente oncológico paliativo
“Durante muchos años trabajé en los cuidados paliativos. Mis pacientes eran los que habían ido a casa a morir.
Algunos momentos increíblemente especiales fueron compartidos. Yo estaba con ellos las últimas tres o doce semanas de sus vidas.
La gente crece mucho cuando se enfrentan a su propia mortalidad, y he aprendido a no subestimar la capacidad de alguien para crecer.
Algunos cambios fueron fenomenales. Con cada experiencia, una variedad de emociones esperadas, como la negación, el miedo, la ira, el remordimiento, más negación y con el tiempo, la aceptación.
Pero cada paciente encontró su paz antes de partir, cada uno de ellos.
Cuando les preguntaba acerca de cualquier arrepentimiento que tenían o cualquier cosa que hubieran querido hacer diferente, surgieron unos temas comunes una y otra vez. Estos son los cinco más comunes:
1. HUBIESE DESEADO HABER TENIDO EL CORAJE DE VIVIR UNA VIDA FIEL A MÍ MISMO, Y NO LA VIDA QUE OTROS ESPERABAN PARA MÍ.
Este era el lamento más común de todos. Cuando la gente piensa que su vida está a punto de terminar y miran hacia atrás con claridad, es fácil ver cómo muchos sueños se han ido sin ser cumplidos. Muchas personas no habían cumplido ni la mitad de sus sueños y tenía que morir sabiendo que era debido a las elecciones que habían hecho, o las que no habían hecho.
Es muy importante tratar de cumplir al menos algunos de tus sueños a lo largo del camino. Desde el momento en que pierdes tu salud, es muy tarde. La salud da una libertad que muy pocos reconocen, hasta que ya no la tienen.
2. DESEARÍA NO HABER TRABAJADO TAN DURO.
Esto vino de cada paciente de sexo masculino que cuidé. Ellos se perdieron la niñez de sus hijos y la compañía de sus parejas. Las mujeres también hablaron de este arrepentimiento. Pero la mayoría fueron de una generación anterior, muchos de los pacientes de sexo femenino no habían sido el sostén de la familia. Todos los hombres a los que cuidé lamentaron profundamente haber pasado gran parte de sus vidas en el trabajo.
Simplificando tu estilo de vida y tomando decisiones más conscientes a lo largo del camino, es posible que no necesites los ingresos que crees que necesitas. Y al crear más espacio en tu vida, serás más feliz y más abierto a nuevas oportunidades, unas que se adaptarán mejor a tu nuevo estilo de vida.
3. DESEARÍA HABER TENIDO EL CORAJE DE EXPRESAR MIS SENTIMIENTOS.
Muchas personas suprimieron sus sentimientos con el fin de mantener la paz con los demás. Como resultado, se conformaron con una existencia mediocre y nunca llegaron a convertirse en lo que realmente eran capaces de ser. Muchas enfermedades se desarrollan como resultado de la amargura y el resentimiento que llevan dentro.
No podemos controlar las reacciones de los demás. Sin embargo, aunque las personas puedan inicialmente reaccionar cuando cambias y hablas con sinceridad, al final la relación llegará a un nuevo y más saludable nivel. Eso o te ayudará a reconocer una relación enfermiza en tu vida. De cualquier manera, tú ganas.
4. DESEARÍA HABER ESTADO MÁS CON MIS AMIGOS.
A menudo no se dan cuenta realmente de lo beneficioso que son los viejos amigos hasta sus últimas semanas de vida, y no siempre fue posible localizarlos. Muchos de ellos habían llegado a estar tan atrapados en sus propias vidas que habían descuidado amistades de oro en los últimos años. Había mucho arrepentimiento por no haberle dado a la amistad el tiempo y esfuerzo que se merecían. Todos echan de menos a sus amigos cuando están muriendo.
Es común para los que tienen un estilo de vida muy ocupado descuidar a las amistades. Pero cuando te enfrentas con tu inminente muerte, los detalles físicos de la vida desaparecen. La gente quiere tener sus asuntos financieros en orden, si es posible. Pero no es el dinero o el estatus lo verdaderamente importante para ellos. Ellos quieren hacer cosas que le sean más beneficiosas a sus seres queridos. Por lo general, sin embargo, están demasiado enfermos y cansados como para manejar esa tarea. Entonces, al final, todo se reduce al amor y a las relaciones. Eso es todo lo que queda en las últimas semanas: el amor y las relaciones.
5. DESEARÍA HABERME DEJADO SER MÁS FELIZ.
Esta es sorprendentemente común. Muchos no se dieron cuenta hasta el final que la felicidad es una elección. Se habían quedado atascados en viejos patrones y hábitos. El llamado “confort” de las cosas familiares fluyó dentro de sus emociones, así como en su vida física. El miedo al cambio los tenía engañando a los demás y a sí mismos, fingiendo que estaban contentos. Cuando en lo profundo, deseaban que las risas y las tonterías volvieran a sus vidas de nuevo.
Cuando estás en tu lecho de muerte, lo que los demás piensen de ti está muy lejos de tu mente. ¡Qué maravilloso sería que no te importe eso y sonreír nuevamente, mucho antes de que te estés muriendo!
La vida es una elección. Es TU vida. Elige conscientemente, elige sabiamente, elige honestamente. Elige la felicidad.“
BRONNIE WARE