La divinidad de lo humano 4.92/5 (12)

Querido Felipe:

Apenas quedan ya días de verano en Burgos. Las nubes, el aire y el color de algunas de las hojas de los árboles presagian un anticipo del otoño. Ya empezamos a notar ese fresco mañanero en las mejillas, ese que acaba colándose bajo la ropa, invitando a ponernos esa chaquetilla a la que tanto e inútilmente me resisto.

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