Tessa vive apasionadamente. A pesar de tener diagnosticada una enfermedad terminal, ella decide cómo vivir cada momento haciendo un catálogo de lo que ella imagina una adolescente debe experimentar, incluyendo la sexualidad y las sustancias ilegales. Con la ayuda de su mejor amiga Zoey (Kaya Scodelario), viene con una lista de cosas que quiere hacer antes de morir, incluyendo algunos de los comportamientos transgresores que considere necesarios para tener el título de “vivió” feliz. Su madre se muestra optimista y la apoya en todo. En cambio, su padre no se resigna a perder a su pequeña y busca sin cesar posibles remedios por Internet. Su hermano, por su parte, le deja caer en varias ocasiones que la echará de menos. Zoey por otro lado está emocionada y desde su escandaloso apoyo a la lista llega a una prueba de embarazo no planificado positiva.
Entre las experiencias que la joven quiere adquirir antes del final está la de enamorarse y experimentar su sexualidad. Tessa se encuentra al chico perfecto para hacerlo. Es Adam, un vecino bastante atractivo y responsable que cuida de su madre enferma. Adam es guapo, simpático, inteligente y sensible. Pero Adam no quiere sentirse utilizado; él cree en el amor verdadero y pretende que Tessa sienta lo mismo.
Los padres de Tessa están divorciados y tienen muy diferentes puntos de vista sobre su deseo de experimentar el lado peligroso de la vida antes de que ella fallezca. Su madre (Olivia Williams) es afectuosa y bromea acerca de la situación porque no sabe muy bien cómo manejarla, parece darle apoyo, pero en ocasiones se bloquea y le desborda la situación. Su padre es tímido y sólo quiere pasar tiempo con su hija. El padre de Tessa se resiste a la conducta de su hija desde el principio, pero se da cuenta que tiene poca influencia y que sólo puede disfrutar del tiempo que les queda. En la película se ve claramente un mecanismo de negación ante la enfermedad de su hija. Se pasa incluso horas en el ordenador buscando posibles tratamientos para ella, incluso después de que los médicos le hayan hablado claramente de la refractariedad del caso.
La película sigue los últimos meses de la vida de una adolescente, explora todas y cada una de las relaciones con sus seres queridos y desgrana esos sentimientos personales que afloran ante una situación así, sintiéndose atrapada en un cuerpo que le falla. Al final de la película, Tessa se da cuenta de que sus fuerzas flaquean y muestra una extraña curiosidad por la muerte. Es bonita y aleccionadora la escena en la que habla con la enfermera que viene a casa y en la que le pregunta de forma abierta por la muerte, por cómo se encontrará o si sentirá dolor. Por su lado la enfermera le contesta que cada vez tendrá más ganas de dormir, comerá cada vez menos y sentirá que se apaga despacio y plácidamente.
Tessa finalmente fallece en casa tranquila, entre sueños pasados y futuros rodeada del cariño y la compañía de Adam y de su familia. En esos sueños aparece ella con el hijo de su amiga Zoey al que no tuvo la oportunidad de conocer.
“Ahora y siempre” es una película romántica, pues al fin y al cabo hay una bonita historia de amor como telón de fondo. La fotografía y el paisaje son virtudes a destacar del filme. Posiblemente se caen en determinados clichés innecesarios, pero gana enteros al poner sobre la mesa de forma honesta y valiente la visión acerca de tabúes como la muerte y el sufrimiento.
Dedico este post a mi compañero y seguidor de este blog, el Dr Iñaki Peña.que trabaja en Hospitalización a Domicilio en Zumárraga (Guipúzcoa) Gracias por hacerme saber que “Cineterapia” puede resultar una fuente de inspiración. Ayer me alegró el día.