Cineterapia oncológica: El vuelo del tren. España. 2011. Paco Torres. 5/5 (1)

El vuelo del tren cuenta la historia de Blanca (interpretado por Patricia García Méndez), una madre soltera, a la que  le comunican que la leucemia que padece su hija se ha agravado y tiene que volver al hospital para seguir un tratamiento intensivo, se da cuenta de que debe entregarse a ella en cuerpo y alma para ayudarla a combatir la enfermedad. Gracias a esa lucha compartida, surgirá entre ambas una relación más estrecha que nunca; sobretodo, porque Blanca descubrirá el inmenso valor que tienen los pequeños detalles en un proceso de curación, y aprenderá, además, a convertir la fragilidad en fuerza, y la adversidad y el dolor en esperanza.

La película fue rodada durante siete semanas entre el 2009 y 2010, en la ciudad de Dos Hermanas, Sevilla. La extensión del rodaje y de la postproducción en Molinare Madrid, convirtieron el proceso de creación de la película en un viaje orgánico hacia el encuentro real de la historia,

Esta es la memoria escrita por el propio autor Paco Torres:

Ya han pasado diez años desde que se me ocurrió escribir esta historia en Barcelona.

El vuelo del tren” parte de un pequeño cuento que escribí cuando tenía doce años, un relato donde un niño cumplía un deseo imposible. Y esta utopía del personaje, quizás me haya marcado en muchas cosas personalmente a lo largo de mi vida, sobre todo en el empeño de sacar las cosas adelante con trabajo y dedicación.

Con esta premisa, me siento delante de las teclas de un antiguo portátil Gateway de seis kilos de peso, eso era un robot más que otra cosa, y me pongo a escribir una historia intimista, llena de virtudes y defectos, donde quiero llegar al público por la frescura, fuerza y ternura de los personajes, en especial el de la madre, Blanca. Es como un retrato social y delicado que reivindica los sentimientos y las emociones, y sobre todo el contraste entre el si y el no, entre la noche y el día, en definitiva, el contraste dual de la naturaleza y del propio ser humano.

Dicen, que una película se hace en el guión, en el rodaje y en el montaje, y a eso me gustaría añadir que uno conoce la película que quiere contar cuando ha acabado de rodarla y la ha dejado reposar un tiempo.

Y así resulta este film sincero, honesto, de gran compromiso social y de justicia, donde se disfruta visualmente del dolor de una madre por la posible pérdida de su hija, sin caer en el sentimentalismo gratuito, y avanzando en un conflicto interno lleno de descubrimientos, donde Blanca es una mujer separada, que vive con su hija, y que por circunstancias de la vida ha perdido la capacidad de creer, soñar y apreciar las cosas más cercanas. Un día le comunican que su hija ha vuelto a recaer en la leucemia y luchará contra corriente enfrentándose a la posible pérdida de ésta. Blanca se hace más frágil y descubre la forma de ayudar a su pequeña aprendiendo de los pequeños detalles, de la gente que sufre en la calle, averiguando que las cosas son lo que uno quiere que sean y convirtiendo la adversidad y el dolor en esperanza.

Como director y contador de historias, os diría que Blanca luchó muchísimo y se encontró muchas barreras en su camino. Les diría que es muy fuerte y con grandes convicciones y que cuando besa a su hija Aran, la besa con todas sus fuerzas, apretándola infinítamente y queriendo sentir su alma.

Sé que no puedo cambiar el mundo, que las guerras seguirán, el hambre estará presente, el odio y el egoísmo compartirán las vidas de las personas, pero si yo, con un pequeño granito de arena, puedo emocionar y hacer brillar las vidas de cada persona que vea la película, me daré por satisfecho.

Me gustaría que este film transporte al público a un lugar diferente, donde nunca antes haya estado, pero una vez allí comience a reconocer las cosas y se identifique con ellas.

Yo, en mi extenso y duro recorrido, he aprendido que hay que conocer la miseria para disfrutar del éxito, ya lo dijo Chaplin. El mañana es hoy, y hoy ya es ayer.

Storyline“Aprendiendo del dolor, aprendemos a vivir.”

Otros storylines & Taglines

“Las cosas son lo que uno quiere que sean”
 “El que no ha sufrido el dolor no puede hablar de el”

“El descubrimiento de la esperanza a través del dolor”

“Los pequeños detalles son los que cuentan”

La magia es la esperanza del que sueña despierto”

“En la vida, hay que preocuparse de lo que realmente merece la pena”

“Si es bueno vivir, mejor es soñar, y lo mejor de todo, despertar” Antonio Machado.

Por favor, valora el artículo

Cineterapia oncológica: Vivir para siempre. España-Gran Bretaña. Gustavo Ron. 2010

“Vivir para siempre” narra la historia de Sam (Robbie Kay), un niño de doce años al que le encantan los datos, las películas de miedo, los ovnis, recopilar historias espeluznantes y los sucesos fantásticos. También le gustaría saber qué se siente al tomarse el primer trago de cerveza, al dar la primera calada a un cigarrillo a escondidas, al besar a una chica… Sam quiere saber cómo se sienten los adolescentes porque teme que él no llegará a serlo pues padece una leucemia con una mala evolución. Aunque los adultos sólo le responden con ambigüedades, él quiere conocer todos los datos y detalles sobre su muerte. Está dispuesto a averiguar las respuestas a todas sus preguntas y  decide escribir un libro. Un libro que es su diario y a la vez una “investigación científica” con sus observaciones y una lista de las cosas que quiere hacer antes de morir. Esta lista ha estado presente si recordamos en otras películas de esta sección de Cineterapia oncológica como “Mi vida sin mi” o en “Ahora o nunca”

El protagonista de nuestra historia decide escribir un libro; un libro que se convierte en su diario íntimo. Esto supone intentar llegar al corazón y trascender. Aunque el sentimiento en esta película puede pecar de excesivo sentimentalismo, la película se convierte en una nueva reflexión sobre el dolor por la pérdida de un hijo. Pérdida esperada en este caso por una enfermedad en fase terminal, pero siempre una de las más difíciles experiencias a las que nos puede someter la vida. Y aquí sí que la verdad casi siempre supera a la ficción.

Este filme se basa en la novela Ways to live forever, de la joven escritora británica Sally Nichols. Gustavo Ron se quedó impresionado con la historia de un niño con leucemia que narra sus últimos meses en un diario. Y para comprobar la verosimilitud de los hechos narrados, se puso en contacto con ASION (Asociación de padres de niños con cáncer de la Comunidad de Madrid), grupo formado por padres que han pasado la experiencia de tener un hijo con cáncer y que está integrada en la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer (FEPNC). En ASION no solo gustó el libro, sino que animaron al cineasta adaptara la historia a la gran pantalla.

Gustavo Ron convierte al cine español a un cine sin fronteras, pues rodó la película exclusivamente con actores británicos, destacando el personaje de Ben Chaplin como padre. La película se filmó entre su Galicia natal y Gran Bretaña. En definitiva, se trata de una película que es algo más que la arquetípica historia de un niño con cáncer.


Por favor, valora el artículo

Mortal y Rosa

“Mortal y Rosa” es el título de un libro de Francisco Umbral que en su día, allá por 1975, pasó casi desapercibido, pero que se trata de uno de los mejores libros de este ya reconocido y prolífico escritor fallecido en 2007.

He de confesarles que a Umbral le conocía más como columnista. Recuerdo hace ya unos años, haberle leído en su sección “Los placeres y los días” del diario “El Mundo”. Siempre me había parecido un personaje arrogante y estrafalario, que transmitía una imagen de estar por encima del bien y del mal. Sus artículos, sin embargo, me parecían de una calidad extraodinaria y vislumbraba una extraña disonancia o contradicción entre esa imagen y su prosa como escritor.

Llegué a este libro “Mortal y Rosa” de la mano del médico humanista, el Dr Joseantonio Trujillo (@Joseatrujillo) que en su particular disección del dolor y el sufrimiento humanos a través de la literatura en su libro “Lágrimas de papel”, relata parte de la biografía humana de tres grandes escritores: Francisco Umbral, Sándor Marai y C.S. Lewis. De lectura recomendable para cualquier médico que se precie como humanista.

“Mortal y Rosa” es un diario íntimo y sobrecogedor sobre el duelo que Francisco Umbral recorrió tras la desaparición de su único hijo “Pincho” que falleció como consecuencia de una leucemia cuando sólo contaba con 6 añitos. Pensemos que este escritor no tuvo una vida fácil. No la tuvo en su infancia. No la tuvo en su edad adulta debido a este trágico suceso.

La muerte de un hijo te deja sin palabras, sin argumentos, sin consuelo posible. Nuestra mente humana no está programada para sobrevivir a un hijo. Umbral, a pesar del intenso dolor y sufrimiento, fue capaz de encontrar palabras, de ponerle poesía, amor, belleza y lirismo a un sentimiento brutal, desgarrador y triste. A través de su escritura, Umbral consigue autorretratarse conduciéndote con una prosa inconfundible, propia e intraducible a ese arrebato de sentimientos y de preguntas sin respuestas, haciendo que sientas su lado más humano, más compasivo y más admirable. Creo sinceramente que ha sido una manera maravillosa de expresar y liberar emociones que debían estar en puro estado catártico. He descubierto con la lectura de este libro que tenía una idea equivocada de este polémico autor. Su arrogancia o su pose respondían posiblemente a una máscara que él mismo se había construido para protegerse del profundo dolor que atravesó en toda su experiencia vital.

Siempre me parecerá sorprendente esa capacidad que posee el ser humano para sobreponerse y transformar el dolor en una indescriptible belleza ya sea a través de la literatura, la música o cualquier expresión artística.

Recomiendo pues la lectura del libro “Mortal y Rosa” para todo aquel que quiera acercarse al retrato humano del duelo más duro que se puede tener en la vida como es la pérdida de un hijo. Les dejo como muestra este bello párrafo:

“Sólo encontré una verdad en la vida, hijo, y eras tú. Sólo encontré una verdad en la vida y la he perdido. Vivo llorándote en la noche con lágrimas que queman la oscuridad. Soldadito rubio que mandaba en el mundo, te perdí para siempre. Tus ojos cuajaban el azul cielo. Tu pelo doraba la calidad del día. Lo que queda después de ti, hijo, es un universo fluctuante, sin consistencia, como dicen en Júpiter, una vaguedad nauseabunda de veranos e inviernos, una promiscuidad de sol y sexo, de tiempo y muerte, a través de todo lo cual vago solamente porque desconozco el gesto que hay que hacer para morirse. Si no, haría ese gesto y nada más”.

Les dejo con un video de un fragmento del libro. Pocos días después del fallecimiento de Umbral se celebró un acto en el Círculo de Bellas Artes de Madrid para recordar su vida y obra en el que participaron diversas personas del mundo de la cultura, y entre ellas Juan Diego, quien leyó este mismo fragmento, con un sentimiento y una interpretación tal que aún parece estar escuchando tanto su voz como la ovación larga y cerrada que irrumpió a continuación, según cuentan los que estuvieron presentes.

Por favor, valora el artículo

Cineterapia oncológica: Surviving Amina. EEUU. Barbara Celis. 2010.

“Surviving Amina” que traducido sería “Más allá de Amina” es una película-documental realizada por Bárbara Celis, una periodista madrileña, neoyorkina de adopción y ADN italiano que colabora en diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales. Se encontró con esta historia íntima de amor y resiliencia de casualidad. En principio se trataba de una típica grabación sobre el nacimiento de la segunda hija de una pareja suizo-italiana afincada en Nueva York, llamados Anne y Tomasso. Los avatares de la vida le llevaron a realizar un largometraje sobre el relato de la corta vida de Amina que fue diagnosticada de una leucemia con sólo cuatro meses de vida.

Todo se inicia con el parto de Anne y el nacimiento de Amina cuya grabación le había encomendado a su amiga Barbara Celis. El diagnóstico precoz de la leucemia llevó a la propia madre a querer seguir filmando, pues su idea era demostrar que su hija sobreviviría a aquel trance. Se inicia así una narrativa en el que el espectador es testigo de tres años de las diferentes fases de la enfermedad: diagnóstico, tratamiento, ingresos hospitalarios, recaídas, complicaciones. También se objetivan esa amalgama de sentimientos que surgen ante un proceso de enfermedad grave: euforia, resiliencia, negación, ira, miedo, tristeza, conflictos de pareja, etc. Así surge algo no planeado, no previsto,  pues iba a ser una película familiar sobre la vida y curación de esa pequeña Amina, adquiriendo con el tiempo unos tintes muy diferentes.

El valor de este documental no es de hacer de esta historia un “reality” como podríamos imaginar, sino de dar rienda suelta a los sentimientos, pues la mayoría de las personas que sufren este tipo de situaciones complicadas lo hacen en silencio, a solas y sin testigos a ser posible. Aquí se puede palpar la realidad de un Hospital Infantil de Oncología, con sus juguetes, pero también con las bombas de infusión para quimioterapia y otros artilugios de hospital. Los padres se empoderan, buscan grupos de apoyo y hacen una especie de “máster” acelerado en Oncología Pediátrica, descifrando lenguajes e interpretando analíticas.

La realidad supera con creces a muchas historias de la ficción sobre el mismo tema. La leucemia es la enfermedad oncológica más cinematografiada de la historia, posiblemente por el impacto social que produce ver a niños y jóvenes afectados por esta enfermedad. Finalmente se produce un desenlace fatal que hace que emanen sentimientos de “dolor psicológico total”. Se formulan preguntas sin respuestas y la vida parece un sinsentido. En el aire se queda la pregunta de si hay vida detrás de la muerte de un hijo.

Anne se aferra al recuerdo omnipresente de su hija, compartiendo imágenes filmadas con su familia. Tomasso no lo supera. Hechos de este tipo pueden unir más o desestabilizar una pareja como les ocurrió a ellos, pues tuvieron que tomar caminos separados ya que no encontraban el equilibrio necesario tras el fallecimiento de Amina.  Ambos huyeron de Nueva York y se refugiaron en sus sendos paises de origen para mitigar el dolor del recuerdo. Como dice Tomasso: “Aceptarlo no significa superarlo”. A pesar de lo oscura de esta travesía de dolor, Barbara Celis consigue dar un bello rayo de luz al espectador. 


Por favor, valora el artículo

Cineterapia oncológica: La decisión de Anne (My sister’s keeper). EEUU. Nick Cassavetes. 2009

“La decisión de Anne” es el título en español de “My sister’s keeper” y “La decisión más difícil” en Latinoamérica. El film trata de una joven pareja, Sara (Cameron Díaz) y Brian Fitzgerald (Jason Patric) que tienen dos hijos Kate y Jesse. Un buen día Kate (Sofia Vassilieva) es diagnosticada de una leucemia promielocítica aguda a la edad de dos años. La enfermedad se transforma en el hilo conductor de toda la película que narra su biografía durante 14 años. La madre abandona su trabajo como abogada y se entrega por completo en la lucha por salvar la vida de su hija. Ante la adversidad de los acontecimientos y la imposibilidad de obtener un donante de médula ósea compatible emparentado, se les propone la posibilidad de tener un hijo seleccionado genéticamente, a la que acceden. De dicha decisión nace Anne, que ve como su vida gira alrededor de la enfermedad de su hermana mayor, teniendo que ser sometida a varias intervenciones médicas para poder salvar a Kate. Cuando Anne (Abigail Breslin) cumple 11 años le piden que done un riñón a su hermana que padece una insuficiencia renal que precisa diálisis. Es entonces cuando Anne toma la decisión de demandar a sus padres a través de un abogado (Alec Baldwin) y solicitar una emancipación médica. A partir de aquí surgen toda una serie de conflictos bioéticos de gran envergadura y que la película trata de plasmar con un realismo crudo: hasta dónde debe limitarse el esfuerzo terapéutico para evitar el ensañamiento, el respeto por las decisiones de los enfermos y donantes vivos sanos, especialmente si son menores, el conflicto de las diferentes opiniones entre los padres, etc.
El director Nick Cassavetes tiene la valentía de meterse en un jardín moral y humano muy complicado. No da respuestas, pero si algunas pistas. En ocasiones peca de escenas excesivamente explícitas para el espectador no avezado. La caracterización de Kate me parece magnífica y muy realista. Les aseguro que la realidad supera a esta ficción, pero se le aproxima bastante. Tanto el papel interpretado por Kate como el de su hermana Anne son espléndidos, mostrando gran coraje ambas “menudas” actrices. También Cameron Díaz en su papel de Sara nos muestra sus dotes interpretativas en un papel dramático al que no nos tiene acostumbrados y que sorprende. Gran película sin duda. Un final esperado que presenta un sentido y consigue conmover conciencias. Les dejo con el trailer de la película.

Por favor, valora el artículo