Cineterapia oncológica: La habitación de Marvin. “Marvin’s Room” EEUU, Jerry Zaks,1996
Lee, a su vez, está divorciada y tiene dos hijos. Uno de ellos la mantiene ocupada, su hijo Hank (Leonardo DiCaprio), que está internado en un centro psiquiátrico por un problema de piromanía, llegando a por prender fuego a la propia casa de su madre. Charlie, el hijo menor parece no inmutarse con las excentricidades de su hermano o aparente desinterés de su madre. Un día Lee decide sacar a su hijo Hank del psiquiátrico y se marchan rumbo a la ciudad de su hermana. Hank se muestra incrédulo. “Yo ni siquiera sabía que tenías una hermana,” dice él. “¿Recuerdas cada Navidad, cuando yo decía: Bueno, parece que la tía Bessie no nos envió una tarjeta de nuevo este año?” dice Lee. ¡Oh, sí!”, dice Hank. Así pues, Lee y sus dos hijos van rumbo a Florida a hacerse unas pruebas de histocompatibilidad para ver si pueden ser donantes de médula ósea para su hermana.
En esta situación Lee se da cuenta de que ella tiene que hacerse ahora cargo de la atención de su padre Marvin. En un primer momento inicia una búsqueda de una residencia. Finalmente Bessie y Lee, que habían estado tan distanciadas, se dan cuenta del tiempo perdido y vuelven a llevarse bien. Desafortunadamente, el médico revela que las pruebas de histocompatibilidad son negativas y que no podrán trasplantarte la médula ósea, por lo que tendrá que seguir con la quimioterapia. A pesar de este contratiempo, Lee y sus hijos deciden quedarse a vivir para siempre con su tía y su abuelo.
El director teatral Jerry Zaks se rodeó en esta película de un espectacular elenco en su debut tras las cámaras. El reparto reunió a un grupo de actores que acumulaban 20 candidaturas a los Óscars y cinco estatuillas, conseguidas por Meryl Streep, Diane Keaton y Robert DeNiro (que interpreta al Dr Wally). El papel de la oveja negra de la familia fue para la camaleónica y genial Meryl Streep, aunque inicialmente se le ofreció el de la hermana buena, finalmente recayó en Keaton (quien optó al Óscar por esta interpretación). Estos personajes forman parte de la obra teatral del dramaturgo Scott MacPherson, que él mismo adaptó para el cine antes de morir de SIDA a los 33 años.
En esta película se reflexiona sobre temas importantes que nos afectan a muchos: el cuidado de un gran dependiente, el papel de su cuidador principal, su desgaste, lo que ocurre cuando el cuidador principal sufre a su vez una enfermedad grave, cómo evolucionan las relaciones familiares, los problemas psiquiátricos de un hijo y lo que supone encontrar a un donante de médula ósea compatible. Una mezcla explosiva que a veces sucede en el mundo real.
En resumen, se trata de un elenco de actores con sublimes interpretaciones que no dejará indiferente a nadie. Y otra vez más la leucemia, actriz protagonista donde las haya, sale a relucir de nuevo. Algún día se llevará el Óscar a la enfermedad más interpretada en el cine.
Cineterapia oncológica: Cosas que importan (“One True Thing”. EEUU. Carl Franklin, 1998)
Ellen Gulden es una escritora que trabaja bajo una gran dosis de presión para la revista “New York”. Al comenzar la película visita a su familia para dar una fiesta sorpresa de cumpleaños a su padre. Se hace evidente que Ellen admira profundamente a su padre, George (interpretado por el gran William Hurt), un novelista otrora famoso y profesor de Universidad. A su vez ella siente un cierto desprecio por su madre, Kate (interpretado por la camaleónica Meryl Streep), pues no comprende, ni le gusta, ni valora la vida doméstica que vive. Cuando se descubre que su madre padece cáncer, su padre insta a Ellen con una gran dosis de chantaje emocional para que cuide de la casa y de su madre. Ellen está sorprendida por esta petición, ya que él sabe que podría poner en peligro su carrera profesional y su vida personal en Nueva York. Finalmente y a contrapelo Ellen accede a las peticiones de su padre.
Ellen ayuda a su madre en las tareas domésticas, mientras su padre va a lo suyo sin ayudar mucho, como desentendiéndose. Ellen comienza a reevaluar sus puntos de vista que hasta ahora tenía sobre sus padres. Se da cuenta de que ella siempre dejó de lado a su madre y había idealizado a su padre. Empieza a ver a su padre como un ser egoísta centrado en sí mismo, en su carrera y además descubre que desde hace mucho tiempo tiene aventuras amorosas con sus alumnas.
Ante este escenario insólito para Ellen, intenta encontrar un lugar para ella en la vida de sus padres, mientras lucha por seguir escribiendo de forma “freelance” y a su vez mantener la relación con su novio en Nueva York. Con el tiempo, Ellen crece más cerca de su madre y aprende más acerca de sus padres y de su matrimonio. Descubre que su madre sabía todo sobre los asuntos de George desde el principio. Ellen también descubre que los días del mujeriego de su padre, se han convertido en noches solitarias para beber en un bar local y así adormecer el dolor de no poder alcanzar de nuevo el éxito sin ser ni siquiera capaz de completar más novelas. George confiesa a Ellen que la razón por la que le gustaba su madre era porque llenaba de luz todo lo que hacía y no podía soportar la idea de que su luz se estuviera escapando. En el lecho de muerte Ellen le dice a su madre que la ama y ella le responde que lo sabía y que siempre lo había sabido.
Después de la muerte de Kate, la autopsia revela que Kate en realidad murió de una sobredosis de mórficos, por lo que el abogado de distrito investiga a Ellen acerca de la muerte de su madre. Escenas de esta entrevista se intercalan a lo largo de la película. En la escena final junto a la tumba de Kate, Ellen ha regresado de un nuevo puesto de trabajo se encuentra en Nueva York con el rotativo “The Village Voice”. Ella planta narcisos cuando ve que su padre se acerca, siendo éste su primer encuentro desde el funeral. George le dice a su hija que fue muy valiente para hacer lo que hizo. Sufre un desconcierto hasta que cae en la cuenta de que George piensa que ella había dado a su madre la sobredosis fatal. Ellen responde que ella había pensado que el cómplice era su padre. En ese momento ambos descubren que Kate se suicidó.
George habla a Ellen de lo mucho que amaba a su madre, teniendo en cuenta que era su musa , su “One True Thing”. Al terminar la película, Ellen está explicando a su padre cómo plantar los bulbos de narcisos y él está ayudando, presagio al parecer de una reconciliación basada en el mútuo cariño a Kate.
Se trata de un gran melodrama hecha con una interpretación magistral tanto de la protagonista como del resto de actores de reparto. La caracterización y la interpretación de Meryl Streep son verdaderamente sublimes. Las interpretaciones de Reneé Zelleger y William Hurt no se quedan atrás. La película además pone sobre el tapete el sempiterno dilema sobre la muerte digna y el suicidio, dejando la puerta abierta a una profunda reflexión moral.