La posverdad es un término recientemente acuñado y que se refiere a toda aquella información o aseveración que no se basa en hechos objetivos, sino que apela a las emociones, creencias o deseos del público. Se distorsiona la realidad con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. Todos hemos comprobado en diferentes situaciones de nuestra historia más reciente como, por increíble que nos parezca, se ha hecho un hueco poderoso. Sin ir más lejos, la palabra posverdad (neologismo sacado del término inglés “post-truth”) fue elegida palabra del año en 2016. Vivimos, queramos o no, en una era de la posverdad. Continuar leyendo “Salud, oncología y redes sociales en la era de la posverdad “
#FFPaciente, ante todo personas
La etiqueta o “hashtag” #FF nació en 2009 en la red social de Twitter y es un acrónimo de #FollowFriday (seguir los viernes). La idea era “premiar” a aquellas cuentas de seguidores a recomendar. #FFPaciente nació de esta idea del intrépido e inquieto enfermero Pedro Soriano por facilitar la interacción y simplificar la información acreditada entre los pacientes activos y los profesionales sanitarios a través de este simple “hashtag” en Twitter.
¿Qué es un “patient advocate”?
La utilización del anglicismo “patient advocate” en este post responde a que no he sido capaz de encontrar una traducción adecuada, ya que el defensor o abogado del paciente en nuestro país se parece más a una figura exclusivamente legal y no responde exactamente al espíritu que creo este concepto sostiene. El “patient advocate” es una figura que ya existe en otros países. Se trata de pacientes activos, participativos y adecuadamente formados para navegar adecuadamente por el sistema de salud y ayudar así su vez a otros pacientes de una forma voluntaria, sin ningún ánimo de lucro. Son un nuevo y emergente tipo de pacientes a los que se les conoce también como pacientes expertos.
Cultura digital sanitaria ¿espejismo o realidad? #CarnavalSalud
Para conformar un estado de opinión se plantean las siguientes preguntas:
– Experto: Práctico, hábil, experimentado en una determinada actividad.
– Activo: Que obra o tiene virtud de obrar. Diligente y eficaz. Que obra prontamente o sin dilación su efecto.
– “Smart”: La traducción sería inteligente, ingenioso, efectivo.
A mi particularmente me gusta más la acepción de paciente activo o de “smart-patient”, ya que denota una actitud más proactiva. El paciente es el que toma la iniciativa para informarse acerca de su enfermedad, se ocupa de su estado de salud, se responsabiliza de la parte que le corresponde, toma decisiones en consecuencia, compartidas con su médico y finalmente encuentra el modo de adaptarse a su nueva situación. Ser un paciente (y médico también) “experto” me parece una acepción de complicada definición, pues para estar experimentado hay que tener un largo recorrido y el tiempo de ese recorrido ¿cómo se determina y cuánto tiempo se considera aceptable para ser “experto”, en meses, años o lustros? El paciente empoderado podría ser otra buena definición, pues se le ofrecen una serie de herramientas que le dan un “poder” o protagonismo como afectado y sirve para que pueda contribuir más en su autocuidado, lo cual se alinearía con el concepto de “activo”.
Bajo mi punto de vista los pacientes pueden ser una buena fuente de información y conocimiento dentro de su contexto experiencial, pudiendo así ayudar a otros pacientes con procesos similares y generando el encuentro entre pares o iguales, un hecho que les aproxima gracias a las nuevas tecnologías. Al compartir pueden generar ideas muy positivas y en muchas ocasiones resolutivas.
Sin embargo, no todos los pacientes pueden “empoderarse”. Hay que adquirir una serie de habilidades concretas y entre ellas estaría la de adquirir una Cultura Digital Sanitaria como muy bien indica en su post Miguel Ángel De la Cámara, es decir debe adquirir ciertas competencias digitales, como conocimiento del Sistema Sanitario en el que se encuentra. El paciente necesita formarse y para ello necesita ir de la mano y ser orientado por los profesionales sanitarios.
No, no todo vale. Hay que ser selectivo. Y aquí está el quid de la cuestión. ¿Quién selecciona, quién evalúa la información, quién la filtra y la destila adecuadamente? Es una cuestión indefinida todavía.
El paciente debe hablar de lo que le pasa, de lo que siente, de lo que vive o de cómo ha superado sus dificultades. El médico es el que tiene el conocimiento científico acerca de la enfermedad y pasa gran parte de su tiempo estudiando, actualizándose y atendiendo enfermos a través de los cuales adquiere experiencia y evalúa resultados. De la enfermedad pueden (y deben) hablar el que lo padece (el paciente) y el que tiene el conocimiento (el médico o profesional sanitario), cada cual en su contexto y con la posibilidad de encontrar puntos de encuentro.
Para desbloquear la incomodidad no hay más remedio que adaptarse, conocer y entender ambas partes implicadas el entorno en el que estamos. Cabe pues establecer líneas de diálogo abiertas, horizontales entre médicos y pacientes, en las que ambos podemos aprender juntos y encontrar soluciones satisfactorias. Todos saldremos ganando.
Les dejo con un interesante debate sobre el papel del paciente y el médico en la red de internet.