Reconozco que poseo un leve-moderado “síndrome de Diógenes”. Soy de las que me gusta guardar recuerdos y cosas que considero pueden ser útiles en un futuro. En ocasiones como en la que me encontré, de mudanza hospitalaria, aproveché para hacer limpieza. Hallé algunas cosas que me producen una sonrisa y sorpresa. Una de ellas ha sido la de encontrarme con un chupete de mi hija pequeña que probablemente dejé olvidado en mi armario (hace ya unos cuantos años) para consolar algún que otro llanto en mi ir y venir de la guardería al hospital. He de decir que me hizo ilusión encontrármelo por el significado que tiene ese sencillo objeto de consuelo.