Cuidar lo invisible 5/5 (1)

El pasado jueves día 23 de Junio tuve la oportunidad de acudir como invitada a la cuarta edición de los Premios Albert Jovell que otorga GEPAC. Esta vez acompañaba al Dr José López Torrecilla en la nominación de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica, SEOR que quedó como finalista y medalla de plata en la categoría de “Trayectoria Institucional más destacada en Oncología”. 
Fue una ceremonia emotiva y llena de simbolismo, pues el acto se inició con una antorcha olímpica que vino desde Barcelona de la mano de Dolors, mujer de Albert Jovell y tras varios relevos cayó en manos de la Presidenta de GEPAC, Begoña Barragán, en el Ateneo de Madrid. Así, bajo el lema “La llama sigue viva” en clara alusión al conocido “espíritu Jovell”, se inició la ceremonia de los premios.
Hubo como suele suceder en estos eventos, momentos muy emotivos. Entre ellos quiero destacar las palabras del padre de Tomás, un niño que falleció en 2009 a causa de un linfoma de Burkitt y que dejó como legado una hucha, cuyo contenido engendró la formación de un proyecto dedicado a la investigación oncológica pediátrica llamado “La hucha de Tomás”. Recibió el premio en la categoría de Investigación Científica y Social en el Ámbito oncológico. Como pueden ustedes imaginar las palabras del padre iban cargadas de sentido y sensibilidad, pues nunca habrá una respuesta razonable al por qué un niño puede fallecer por cáncer. Los casos de cáncer infanto-juvenil son escasos al compararlos con la población adulta y ello dificulta la posibilidad de encontrar recursos para investigar. Aunque las cifras de éxito de los tratamientos son altas y podemos ser optimistas, hay desgraciadamente cerca de un 20% de casos que se quedan en el camino y por los que se debe seguir trabajando e investigando.  
Pero no quiero acabar este post sin nombrar al que fue elegido maestro de ceremonias, el Dr Gabriel Heras, o Gabi, como a él le gusta que le llamen a este joven médico intensivista que trabaja en el Hospital Universitario de Torrejón en Madrid y que es promotor del Proyecto HU-CI con H de Humano, encaminado a la humanización de los Cuidados Intensivos. Gabi y yo hablamos por fortuna el mismo idioma. Me alegro de haberle conocido y saludarle en persona. Compartimos la visión de las carencias afectivas de un sistema sanitario altamente cualificado y técnico, pero que adolece de la necesaria la profundización y avance de la esencia humana que nos empujó a ser médicos. Esas carencias son las que le motivaron a la creación de una “Revolución de la Emoción” para dar cabida a espacios más amables y que las familias puedan acompañar a sus seres queridos en esos momentos tan críticos y angustiosos. Les recomiendo que escuchen a Gabi en su intervención en la segunda edición de los Premios del Foro Albert Jovell donde sus palabras tuvieron una especial resonancia. (Pincha aquí para ver el video del evento a partir de 1:50).
Estableciendo un paralelismo a lo que apuntaba Gabi, desde este blog siempre he apostado por el “Cuidado de lo invisible” aplicado a la Oncología. Son muchas las necesidades por cubrir de los enfermos oncológicos desde el punto de vista humano. No me cabe ninguna duda de que hemos de dar respuesta de una forma u otra todos los médicos y todos los sanitarios que intervenimos en el largo e inexorable peregrinar de los pacientes. Cabe ponerse manos a la obra y no mirar hacia otro lado como si esa parte no fuera con nosotros. Cosas tan sencillas como presentarnos, sonreír, mirar a los ojos, escuchar activamente, hablar de forma sencilla, clara y adaptada al enfermo, llamar al enfermo por su nombre, hacerle partícipe de sus propias decisiones, respetar su intimidad, respetarle y acogerle en toda su dimensión deben estar en nuestro ADN. Sólo así conseguiremos de verdad la excelencia que tanto nos gusta proclamar de nuestro sistema sanitario. Como dice Gabi “El arma más poderosa de la Tierra es el alma humana en llamas”.
Les dejo por último con el video TEDxValladolid de Gabi Heras “El Cuidado de lo Invisible”. Disfruten y vean.

Gracias Gabi por destilar tanta humanidad. Me llena de orgullo tenerte como compañero. 

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Premios Albert Jovell

Durante este mes de Junio ha habido dos convocatorias de premios con el ilustre nombre de Albert Jovell.  El primero de ellos tuvo lugar el pasado día 11 de Junio en Barcelona y fue la I Edición del Foro Premios Albert Jovell organizado por Catedras en Red Innovación. A él se presentaban más de 300 candidatos para tres premios en cada una de las siete categorías convocadas en todo el ámbito de la Atención Sanitaria. Tuve la suerte y el privilegio de estar invitada a asistir a la ceremonia de entrega de premios que estuvo plagada del espíritu inspirador de Albert Jovell. La ceremonia fue amenizada por el conocido periodista Manuel Campo Vidal y por una serie de videos inspiradores que hablaban del legado de Jovell. El Foro Premios Albert Jovell es una iniciativa única que nace como una plataforma de intercambio de conocimiento entre los distintos colectivos que trabajan alrededor del paciente, con el objetivo de compartir y desarrollar iniciativas innovadoras que ayuden a mejorar los resultados en salud de los pacientes. Pretende convertirse en un referente que sirva de estímulo para seguir trabajando por la excelencia, la innovación y el compromiso, situando al paciente en el centro del sistema. Su principal objetivo es el de visibilizar y reconocer el gran trabajo de numerosos profesionales e instituciones ligadas al ámbito sanitario y transmitir el enorme legado intelectual del Dr Jovell por la salud y la dignidad de los pacientes.

Antes de iniciar la entrega de premios hubo, además de las presentaciones y discursos institucionales, una conferencia magistral impartida por el psiquiatra Luis Rojas Marcos, titulado “El valor terapéutico de la comunicación médico-paciente”, poniendo de manifiesto la importancia del lenguaje como aliado terapéutico. Estas son algunas de las sabias palabras de Rojas Marcos:

“Hablar, poner palabras a las ideas y a los sentimientos es un ejercicio muy saludable”
“El sentido del humor es un catalizador ante la adversidad”
“El médico que toma decisiones con el paciente obtiene el mejor resultado”
“La conexión con otras personas a través de la comunicación y el compartir es clave para superar situaciones difíciles”
“Siéntese y cuénteme… porque al contar los pacientes su proceso encuentran explicaciones y eso es importante”
“Hablar es bueno para el corazón”
Posteriormente tuvo lugar la ceremonia de entrega de premios en las diferentes categorías. En el campo de la Oncología resultaron premiados:
– Primer Premio a la “Mejor campaña de prevención” desarrollada por asociaciones de pacientes, ONG o fundaciones:
“Esta mierda puede salvarte la vida”, prevención del cáncer colorrectal de la AECC. 
– Accésit a la “Mejor formación dirigida a pacientes y/o familiares” desarrollada por sociedades científicas o colegios profesionales.
“ONCOnocimiento” de la Sociedad Andaluza de Cáncer. (De la que forma parte mi compañero radioncólogo, el Dr Jorge Contreras)
– Accésit a la “Mejor iniciativa que mejore los resultados en salud de los pacientes” desarrollada por profesionales sanitarios.
– Segundo Premio al “Mejor trabajo periodístico de ámbito sanitario” desarrollado por periodistas o profesionales de la información
Revista ROSE de la editorial Orithai. 
Enhorabuena a todos ellos.
Antes de entrar en el salón de actos se nos entregaron unas postales con frases de Albert Jovell y con una en blanco para poner una frase inspiradora que luego fueron expuestas en “árboles de deseos participativos”
La otra convocatoria de la que he hecho mención fue la III Edición de los Premios Albert Jovell del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) que tuvo lugar en el Ateneo de Madrid el pasado día 25 de Junio. En esta ocasión tuve la gran fortuna de participar como finalista a la categoría “Profesional más relevante en el ámbito oncológico” junto al Dr Juan Antonio Guerra Martínez, Jefe de Oncohematología del Hospital Universitario de Fuenlabrada (Madrid) y el Dr Miguel Martín Jiménez, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario “Gregorio Marañón”  de Madrid, quién fue justamente galardonado. 
El acto fue dirigido por Alipio Gutiérrez, presidente de la “Asociación Nacional de Informadores de la Salud” (ANIS) en cuyo acto de presentación se hizo referencia a la analogía de la conquista del planeta Marte con la conquista de vencer al cáncer, con el visionado de de vídeos de índole futurista. Estuve bien acompañada por el Dr Pedro Prada, actual Presidente de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) y por el Dr Carlos Ferrer, su vicepresidente, a los que desde aquí les doy las gracias por ofrecerme su tiempo para estar conmigo en la ceremonia. En el acto me encontré con caras conocidas que también resultaron finalistas, como Koro Quevedo en representación de GIAFyS que optaba en la categoría de “Trayectoria institucional más relevante en la Oncología” o a Carmen Yélamos, directora de la Fundación Grupo IMO y que optaba por la categoría de “Responsabilidad social corporativa”. Todo transcurrió según el guión previsto y por supuesto con el nombre de Albert Jovell y su apología como médico humanista y defensor del paciente como telón de fondo.

Poder presenciar por segundo año consecutivo como finalista, aunque sea en dos categorías distintas, en un premio dado por pacientes, es un honor y un premio en sí mismo. Un premio al valor de la palabra y a ese “efecto afectivo” que produce en los pacientes o familiares leer estas líneas. Ellos siempre merecerán todos mis respetos. No podía irme con mejor sabor de boca de vacaciones… ¡GRACIAS!

Les muestro algunas de las instantáneas de la III Edición de los Premios Albert Jovell de GEPAC del día 25 de Junio de 2015.

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Premios “Albert Jovell”. Poniéndole cara al cáncer.

Ayer 26 de Junio tuvo lugar la entrega de Premios “Albert Jovell” en el Teatro del Círculo de Bellas Artes de Madrid, en los que tuve el privilegio de asistir como finalista en la categoría de “Labor periodística más comprometida con la normalización social del cáncer”. Los otros dos finalistas fueron la Revista Rose de Valérie Dana y el programa de Informe Semanal de RTVE1 “Cáncer de mama, la vida sigue” que fue en quien recayó finalmente el galardón y a los que desde aquí también felicito.
Ser finalista es para mí ya un premio, pues colocarme como comunicadora a la altura de un programa de televisión y de un magazine desde mi modesto blog personal es un lujo sin precedentes. Soy una médico especialista en Oncología Radioterápica que trabajo como médico adjunto en el Hospital Universitario de Burgos. Desde allí trato a mis pacientes lanzando los rayos que emiten los aceleradores lineales. Desde mi blog personal, fabricado con mucho cariño, lanzo rayos de esperanza que representa esa luz necesaria al maremágnum de información existente sobre el cáncer. No soy periodista, tan sólo muestro mi vocación de escritora aunque todavía no haya escrito ningún libro.
El simple hecho de que se reconozca el esfuerzo personal hecho fuera de mis horas de trabajo, delante del ordenador de mi casa y sin más medios que la red de internet, mis conocimientos y mi experiencia como médico, pone de manifiesto lo mucho que se puede hacer con pocos medios y sin ningún patrocinio. Pero sin duda, lo más conmovedor y emocionante de esta tarea es saber que el mensaje que transmito desde este atrio llega a los pacientes y les ayuda. Ese es mi mejor regalo y mi mejor premio.
Tuve también ayer la oportunidad de poner cara a muchas personas que hasta ahora sólo conocía de forma virtual: Valérie Dana, Esmeralda Mardomingo, María Zavala (Revista Rose), Chadia Chaouch (autora del libro: “Corredora de la vida”) y a Begoña Barragán (Presidenta de GEPACa las que agradezco su compañía y su afecto mostrado hacia mi de forma sencilla y sincera. Mi enhorabuena también desde aquí a todos los finalistas y galardonados.
La Medicina ha de entenderse como un arte y una ciencia que cura a veces, alivia a menudo y debe consolar siempre. Decía Albert Jovell que entendía que la medicina podía todavía no haber encontrado la curación de su enfermedad, pero no podía entender que en algún momento dejara de cuidarle. Es un hecho que no deberíamos olvidar nunca. Albert como médico y enfermo entendió la misma filosofía que promuevo desde estas páginas y es que la medicina también debe basarse también en la afectividad y en el humanismo, pues son un pilar básico en nuestra práctica diaria.
La velada de ayer fue muy emotiva. Albert Jovell fue nombrado a título póstumo, Presidente de Honor de GEPAC y su espíritu estuvo en todo momento muy presente. Las palabras de su mujer Mª Dolors llegaron al corazón de todo el auditorio. Reconozco que es un acierto haber puesto su nombre en estos premios.
Desde aquí quiero agradecer a GEPAC y al jurado de los premios por considerar a “Un Rayo de Esperanza” digno de ser finalista. Quisiera dedicar este reconocimiento a todos los que han creído en mi y me han ayudado en este camino. A los presentes y especialmente a los ausentes. ¡Gracias!

Les dejo con el video ganador de mi candidatura: ” Cáncer de mama, la vida sigue…”

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