50 sombras de Gy: ¿Qué es la mucositis oral?

El término MUCOSITIS significa inflamación (todos los sufijos “-itis” en Medicina significan inflamación) de las mucosas corporales. Engloba desde los labios y cavidad oral (queilitis-estomatitis), pasando por el esófago (esofagitis), el intestino delgado (enteritis), recto (rectitis) hasta la zona ano-genital. Este efecto secundario se produce entre un 30-50% de los pacientes con quimioterapia y entre un 90-100% de los pacientes que reciben radioterapia sobre cavidad oral, sobretodo si reciben dosis superiores a 40 Gy.

Me voy a centrar en la MUCOSITIS ORAL.

Las consecuencias de la mucositis son:

  • Una disminución en la calidad de vida
  • Dolor oral importante para hablar, comer, tragar, etc
  • Malnutrición por un proceso de evitación y dificultad para tomar los alimentos
  • Riesgo de infecciones secundarias
  • Posible hospitalización prolongada
¿Por qué se produce la mucositis?
  • Toxicidad directa: Se disminuye la renovación de la capa basal epitelial (para entendernos no se renueva, como pasa con la piel esa capa primera de la mucosa) debido a la quimioterapia (en la segunda o tercera semana post-tratamiento)  y/o la radioterapia (puede aparecer entre la segunda y cuarta semana de tratamiento)
  • Toxicidad indirecta: Como consecuencia del efecto tóxico de la quimioterapia sobre la médula ósea (donde se fabrican nuestros glóbulos rojos, los glóbulos blancos o “defensas” y las plaquetas) que disminuye los glóbulos blancos (neutropenia)
Grados de mucositis:
  • Grado 0: No mucositis
  • Grado I: Leve irritación o enrojecimiento de la mucosa SIN dolor
  • Grado II: Eritema, edema o ulceración dolorosa que permite la ingesta oral
  • Grado III: Eritema, edema o ulceración dolorosa que NO permite la ingesta oral
  • Grado IV: Necesidad de alimentación enteral o parenteral por sonda nasogástrica o PEG (Gastrostomía endoscópica percutánea que permite la alimentación directamente al estómago desde fuera a tracés de una sonda)

Factores de riesgo para la mucositis:

  • Edad: Cuanto más jóvenes mayor toxicidad sobre la mucosa
  • Higiene bucal: Si ésta es deficiente, mayor riesgo de toxicidad
  • Estado nutricional: Cuanto mayor grado de desnutrición mayor riesgo
  • Localización tumoral: Los tumores localizados en cavum o cavidad oral tienen un riesgo mayor
  • Tratamiento: Algunos citostáticos producen más mucositis que otros. En el caso de la radioterapia habrá mayor riesgo en los tratamientos hiperfraccionados, con quimioterapia concomitante y cuya dosis a aplicar sea muy alta.
Los síntomas que produce son:
  • Sensación de boca seca y escozor oral
  • Dificultad y dolor para tragar, al principio sólidos y luego también líquidos
  • Sensación de lengua “algodonosa” o presentación placas blancas en lengua, encías o mucosa oral producida por hongos principalmente (candidiasis o muguet)
  • Aparición de vesículas o úlceras hemorrágicas
  • Mal sabor de boca, falta de gusto o cambio en el sabor de los alimentos (sabor metálico)
  • Secreciones pegajosas o falta de salivación (xerostomía)

Tratamiento:

  • Dietético: 
    • Hacer 6 comidas poco voluminosas sin omitir tomas
    • Las tomas no deben coincidir con los momentos de mayor dolor, por lo que conviene hacer un tratamiento analgésico general o tópico que le indique su médico
    • Potenciar los alimentos que sean fáciles de masticar y tragar. 
      • Blandos como el pescado o el pollo
      • De textura suave como la patata o la zanahoria cocida
      • Cremosos como el flan, yogures, cuajadas, natillas y compotas
      • Tomarlos a temperatura ambiente o fríos
      • Triturar los alimentos en una batidora cuando el dolor sea importante
      • Utilizar “lubricantes” naturales para facilitar la ingesta: mantequilla, crema de leche, bechamel, mayonesa, nata líquida,etc y así suavizar y dar sabor variado a las comidas
      • Son recomendables los purés, caldos, cremas, flanes, natillas, huevos revueltos, budin, puré de manzana, sandía, melón o queso untable.
      • Se puede utilizar una paja para tomar los alimentos y así se evita el contacto de los alimentos con las heridas y se reduce el dolor
    • Usar agua bicarbonatada en la cocción de los alimentos
    • Evitar los alimentos irritantes:
      • Ácidos: Naranja, limón, kiwi o vinagre
      • Salados: Embutidos, conservas, ahumados
      • Picantes: cebolla, ajo, pimentón
      • Granulados: arroz, verdura fibrosa, pepitas de frutas
      • Secos y duros: Frutos secos enteros, galletas, pan tostado
      • Adherentes: bollería
      • Tabaco y alcohol irritan aún más las mucosas. Deben evitarse.
    • Valorar la conveniencia con su médico de tomar suplementos nutricionales (batidos hiperproteicos)
    • Valorar la conveniencia de tomar módulos de glutamina para prevenir y aminorar la mucositis
    • Si la pérdida de peso es importante habrá que valorar la colocación de una sonda nasogástrica e iniciar una alimentación enteral. En algunos casos puede proponerse una PEG (gastrostomía) profiláctica para asegurar la nutrición. 
    • Es importante estar bien hidratado. Si es difícil beber agua pruebe con gelatinas o agua gelificada.
  • Higiene oral:
    • Antes de iniciar un tratamiento con quimio y/o radioterapia es aconsejable acudir al dentista a una revisión para hacer una limpieza bucal y extraer piezas que estén en muy mal estado
    • Durante el tratamiento debe utilizarse un cepillo con cerdas blandas y evitar los cepillos eléctricos
    • Si se utiliza una prótesis dental conviene no utilizarla durante la radioterapia para que no friccione las encías
    • Hacer enjuagues bucales con agua de manzanilla y/o bicarbonato sódico o solución salina al  9%
    • Evitar colutorios que contengan alcohol.
    • Pueden recomendarse antisépticos en colutorio como la clorhexidina, hexetidina o povidona iodada bucal
    • El frío local en forma de helados tipo “polo” o chupar cubitos de hielo puede aliviar el dolor
  • Fármacos:
    • Analgésicos: 
      • Antiinflamatorios no esteroideos en una fase inicial
      • Opioides por vía transdérmica o nasal en fases más avanzadas
      • Tópicos: Lidocaína o mepivacaína en forma de enjuagues antes de las comidas
    • Fármacos que revisten la mucosa:
      • Acido hialurónico
      • Sucralfato
      • Glicerina
    • Antifúngicos para la profilaxis y tratamiento de infecciones oportunistas por hongos (Candida Albicans):
      • Nistatina en forma de enjuagues (Mycostatín)
      • Fluconazol
    • Otros (uso excepcional):
      • Antibióticos y antivíricos
      • Bencidamina tópica
      • Amifostina
      • Palifermina
      • Doxepina

Hace poco más de 1 mes recibimos la grata noticia de que un grupo de científicos españoles de la Universidad de Granada patentaban un gel a base de melatonina altamente eficaz contra la mucositis. ¡Enhorabuena!

Les dejo con el enlace de la noticia de Europa Press:

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Cineterapia oncológica: El Doctor (Randa Haines 1991)

He imaginado una sección que he tenido a bien llamar “CINETERAPIA ONCOLÓGICA”. Con ello quiero compartir películas que pueden ayudarnos a acercarnos a la realidad del cáncer, pero desde un punto de vista positivo y real,  aunque haya tintes de fantasía en algunas de ellas.

Me inicio con “El Doctor” de Randa Haines (EEUU). Corría el año 1991. Ese mismo año empecé mi residencia de Oncología Radioterápica y recuerdo que entonces fui a verla. La recuerdo muy bien. William Hurt encarna de forma magistral a un excelente cirujano torácico, el Dr Jack MacKee, que vive en un pedestal frío, déspota y distante a los pacientes. Un buen día esta ÉL se convierte en paciente. Le diagnostican un cáncer de laringe que es inicialmente tratado con Radioterapia. Le toca entonces beber de su propia medicina: esperas, trámites burocráticos, sensación de vulnerabilidad, falta de intimidad, pruebas equivocadas, etc. y se produce el MILAGRO: cambia, se humaniza, se reencuentra y comprende de verdad de cuál debe ser su papel como médico. Un verdadero RENACIMIENTO.

Hoy la he vuelto a ver y reconozco que me ha emocionado, igual que hace 20 años. La tecnología ha cambiado, pero los dilemas éticos no y el encuentro con el verdadero sentido de la vida tampoco. Son valores universales que permanecen hoy día. Es una excelente autocrítica.

Os la prescribo encarecidamente a todos. Espero que la disfrutéis.

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La primera consulta en Oncología Radioterápica 5/5 (3)

 

A primera vista podemos creer que al acudir a una primera consulta de Oncología Radioterápica nos vamos a encontrar con una especialidad muy técnica y en consecuencia un tanto fría y muy alejada del paciente. Muchos pacientes creen que ese primer día que acuden a la consulta les vamos a administrar ya el tratamiento. Esto no es así. Administrar radiaciones ionizantes con fines terapéuticos exige de un procedimiento clínico y técnico laborioso. La Oncología Radioterápica es una especialidad eminentemente clínica, con algún aspecto incluso médico-quirúrgico cuando empleamos la braquiterapia, de la que hablaremos en otra ocasión. Continuar leyendo “La primera consulta en Oncología Radioterápica 5/5 (3)

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¿Por qué un Rayo de Esperanza? 4.75/5 (12)

Os preguntaréis el por qué de este título, “Un Rayo de Esperanza” y su significado. Es bastante sencillo de explicar. Deseaba hacer un blog en el que por encima de todo se inyectara alegría, optimismo y esperanza, ante el cáncer y todo lo que a él le rodea. Soy médico, oncólogo y radiooncóloga.

Me formé como especialista en un hospital que tenía un nombre algo ya premonitorio: Hospital de l’Esperança en Barcelona. Allí comencé mi andadura hace ya unos cuantos años, lanzando mis primeros “rayos” de fotones a los pacientes, con el objetivo claro de apuntar firmemente a la diana sin que me temblara el pulso. Sigo haciéndolo, ahora ya de una forma más sofisticada y precisa que entonces. La tecnología en nuestra especialidad ha avanzado de una forma vertiginosa.

Sin embargo, ahora lo que quiero lanzar son “rayos” de Esperanza, explicar la Oncología y por ende la Radioterapia, desde mi experiencia, haciendo hincapié más en aquellos aspectos humanos que muchas veces se nos pasan por alto y que creo es bueno reflexionar. En ocasiones, el médico se encuentra muy lejos del paciente, arropado en su bata blanca, su mesa del despacho, sus tecnicismos y su halo de autoridad competente. El hemisferio cerebral izquierdo le domina (la razón) y no da cabida muchas veces a que el hemisferio cerebral derecho (el corazón) entre en la relación médico-paciente.

En mi humilde opinión creo que sería muy bueno, incluso para la excelencia de nuestra profesión, el equilibrar dicha balanza. Voy a poner todo mi empeño en ello y en que nuestra especialidad sea menos desconocida, más cercana, tanto para los pacientes, como para otros colegas médicos y establecer así un puente de entendimiento entre ambos.

Ahí es nada. Deseadme suerte.

Llegaremos a tiempo (Rosana Arbelo)

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