Cuando un paciente recibe el primer impacto del diagnóstico del cáncer, tiende a pensar que el menor de sus problemas es la SEXUALIDAD y prioriza sus energías en salvar la vida. Es un hecho que se da por sentado como secundario y apenas se habla de ello abiertamente con el médico. Aparece también un TABÚ casi ancestral implícito en ambas partes.
Es importante que el lector sepa que hablamos de SEXUALIDAD, entendiendo como tal al conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicoafectivas características de cada sexo. Se trata pues de un concepto amplio en el que incluímos no sólo el sexo genético y físico, sino también el erotismo, la sensualidad, la vinculación afectiva e incluso la reproductividad.
La prevalencia de estos trastornos en esta importante y a veces olvidada esfera de la vida oscila entre un 35 a un 85% de los pacientes oncológicos, dependiendo del tipo de tumor, siendo los que obtienen puntuaciones más altas los que padecen cáncer ginecológico en la mujer y el génito-urinario en el varón.
Los trastornos de la sexualidad de los pacientes pueden aparecer por diferentes CAUSAS:
Falta de deseo sexual:
Por depresión reactiva asociada al diagnóstico
Por anemia, astenia o fatiga secundaria a la enfermedad
Por la medicación
Por la aparición de dolor
Por disminución de los valores de testosterona: tratamiento hormonal en el cáncer de próstata, tumores testiculares u ooforectomía en las mujeres (extracción de los ovarios)
Por aversión psicológica: miedo al contagio, miedo a la integridad física, etc
2. Problemas en la fase de excitación sexual:
En el varón la causa es la disfunción eréctil, cuyas causas pueden ser:
Por tratamientos hormonales
Por insuficiencia vascular
Por radioterapia en el área pélvica
En la mujer se debe principalmente a problemas físicos que producen una atrofia vaginal y disminución de la lubricación vaginal:
Menopausia prematura por fallo ovárico producida por la quimioterapia, siendo la sintomatología más severa que cuando se trata de una menopausia fisiológica
Radioterapia pélvica
Tratamiento hormonal con antiestrógenos
3. Problemas relacionados con el orgasmo:
Suelen ser los menos frecuentes y subjetivos, porque incluso pacientes que han sido sometidos a mutilaciones genitales pueden tener orgasmos.
Es más frecuente que dicho orgasmo sea de una menor intensidad o sean “secos”, es decir sin eyaculación acompañante como ocurre en los pacientes que han sido sometidos a una cistectomía, prostatectomía o radioterapia pélvica.
En las mujeres puede haber dificultades para alcanzar un orgasmo tras una
histerectomía, pues la ausencia de contracciones uterinas puede cambiar la percepción que se tenga sobre el mismo.
El fallo ovárico tras un tratamiento oncológico disminuye los niveles de andrógenos y por lo tanto la consecución del orgasmo puede verse dificultada.
Problemas vasculares asociados
La
dispareunia asociada a un acortamiento quirúrgico de la vagina
En cualquier caso la solución suele encontrarse buscando una mayor estimulación y valorando las variables psicosociales o psicoculturales que pueden influir negativamente.
Es evidente que existen muchas variables que pueden condicionar la sexualidad de un paciente oncológico, ya que cualquier tipo de cáncer puede producir por sus síntomas e impacto psicoemocional y social cambios en los patrones de comportamiento sexual, originando nuevas dificultades o exacerbando algunos ya preexistentes.
Es importante pues hablar abiertamente de este tema para así evaluar con su médico TODAS las posibilidades de tratamiento de la disfunción que pueda padecerse para así llegar a una REHABILITACIÓN y ADAPTACIÓN de una nueva etapa en la sexualidad del paciente. Recordar también que la cercanía y las muestras de afecto de la pareja deben estar siempre presentes ya que forman una parte muy importante de una sexualidad bien entendida.