Al preguntarle al ilustre Dr Gregorio Marañón por el invento más revolucionario de la Medicina en los últimos años contestó: la silla. Ilustraba así la importancia de evocar al Humanismo en la Medicina, ya que la silla nos permite escuchar, acompañar y explorar al paciente. La silla constituye el elemento vertebrador en ese escenario donde médico y paciente establecen un primer diálogo cercano.