Una historia para ser contada

En este mes de Enero dos de mis amigos han visto desaparecer a sus compañeros más fieles, sus perros Blasky y Pekas. Ambos me comentaban, con mucho pesar, el hecho de haber tenido que despedirse de ellos tras los buenos y emocionantes momentos que les han brindado por diferentes circunstancias de la vida. Duele que desgraciadamente vivan tan poco tiempo con respecto a un ser humano y duele también verles mayores o enfermos. Tanto uno como otro, trataron de devolverles el cariño que ellos mostraron hacia sus amos. Los perros constituyen una verdadera terapia en los momentos malos y tienen un sexto sentido para saber cuándo su amo está mal o si padece una enfermedad. De hecho se está investigando entrenar a los perros para olfatear y detectar de forma precoz algunos tumores de difícil diagnóstico en fases iniciales como el cáncer de pulmón. Podría ser un prometedor método de cribado si lo pensamos bien…

Sin embargo, mi historia de hoy es a la inversa. Rejane Chili es una mujer brasileña de 49 años que vive en Porto Alegre. Ella se encuentra en fase terminal de su proceso oncológico. Su estado funcional no le permite volver a casa. Permanece ingresada en el Hospital Ernesto Dornelles. Rejane recibe visitas contínuas de familiares y amigos que le arropan en estos momentos complicados. Pero ella echa de menos a su amigo más fiel y su máximo deseo sería poder despedirse de él. Ella tiene una relación muy especial con su perrito Ritchie, pues lo acogió desde cachorro y lo cuidó como si de un hijo se tratara. Para ella es un miembro importante de su familia. Ella pidió hasta la saciedad ver a su perrito, pero las normas del hospital lo desaconsejaban por el riesgo de infección.

Rejane está ya muy enferma y quizás unas cuantas bacterias foráneas no cambiarían sustancialmente su situación. Los sanitarios estaban conmovidos por la insistencia y el deseo de Rejane, así que finalmente accedieron a que pudiese estar en sus últimos días con su fiel compañero al que amaba. Tiago, hijo de Rejane, al conocer el permiso corrió en busca del perro para traérselo a su madre. El encuentro tuvo lugar en una sala apartada y nada más ver Ritchie a su ama, se avalanzó sobre ella sin que nadie pudiera detenerle. Un encuentro emotivo y lleno de significado para los dos que pese al dolor llenó de felicidad a los que pudieron contemplar ese especial encuentro. Era difícil no contener las lágrimas… Son pequeños gestos que marcan la diferencia y conmueven. Juzguen ustedes.

Por favor, valora el artículo

Perroterapia

Con el golpeteo de sus pequeñas patas, Phil hace su camino a través de los pasillos del Hospital Infantil de Boston. Camina con un propósito, el de subir al ascensor que lo lleva a la planta de oncología para su siguiente cita.

Las huellas de Phil tienen incluso su propia tarjeta de visita.

Phil es una cara nueva en la planta sexta Norte, la Unidad de Oncología Pediátrica del Centro de Cáncer y Enfermedades de la Sangre de Dana-Farber en Boston. Una mezcla del valiente barro amasado que sabe un truco o dos. Phil es uno de los nueve perros de terapia que visitan a los pacientes pediátricos en el Hospital de Niños de Boston , como parte del Programa Pawprints. Lo que le falta en tamaño y credenciales médicas, lo compensa fácilmente en corazón.

Los perros de terapia como Phil juegan un papel significativo en la vida de los niños. Desde bebés hasta adolescentes, que suelen estar hospitalizados por largos períodos de tiempo y pueden echar de menos a sus mascotas de casa. Las visitas de estos amigos peludos proporcionan por si solas la dosis de felicidad que muchos de estos pacientes y sus familias necesitan.

Muchos de los niños tienen mucha ansiedad por el gran número de procedimientos médicos a los que son sometidos” dice Laurel Anderson, especialista en vida infantil en Boston . “La sola idea de que hay un perro en el hospital para venir a verme es realmente increíble”. El tiempo con el perro dibuja sonrisas y risas,  promueve una sensación de calma y de paz.

El Programa Pawprints fue creado en 2003 y está gestionado por Aimee Lyons
directora de enfermería y atención al paciente, Unidad de Cuidados Intensivos Médico-Quirúrgicos, Programa de Transporte de Cuidados Críticos, y el Programa de Coordinadores por Maura Ammon y Kathryn Ruggeri para niños de Boston que actualmente están estudiando los efectos de la visita de los perros en la reducción de la ansiedad.

Los voluntarios hacen posible el programa para que sus perros puedan visitar a los pacientes pediátricos después de que el equipo del Programa “Pawprints” evalúe y prepare tanto al dueño como al perro para su participación.

“El objetivo es asegurarse de que los perros están aclimatados al hospital y les gusta trabajar con los pacientes” dice Ruggeri . Si los perros son seguros y felices, los niños también lo serán“. Phil y los otros hacen dos visitas mensuales a las habitaciones de los pacientes y a la sala de recursos pudiendo cubrir hasta 10 niños en un día.

Es un buen motivador para los niños“, dice Anderson. “A veces puede ser realmente un reto para ellos caminar o al levantarse de la cama por lo que el perro es un excelente, y a veces el único, incentivo para levantarse y moverse”

Los pacientes no son los únicos que disfrutan de estos cachorros . “Es un gran impulso para el personal. Tenemos mucha alegría y esperanza, pero puede ser bastante difícil cuando se tiene delante a este tipo de niños enfermos”  dice Anderson. “Es estimulante para ellos ver que el perro llega a la habitación”

Y a menudo, los lazos entre los pacientes y los perros se forman a través de las visitas repetidas. Los niños esperan a los perros, e incluso recogen sus tarjetas de llamadas sociales como cromos. “Lo más importante es que les ayuda a ser un niño, un niño normal, y eso es uno de nuestros grandes objetivos aquí” dice Anderson. “Cuando un niño entra en una habitación con el perro, el hospital se transforma y sólo existe la visión del niño feliz y viviendo una experiencia normal
Traducción libre del artículo del blog del Dana-Farber Cancer Institute titulado: “Therapy dogs bring smiles to kids with cancer” (La terapia con perros trae sonrisas a los niños con cáncer). Les dejo con el video explicativo del programa (en inglés).
 

Por favor, valora el artículo