Alopecia

La alopecia o caída del cabello es uno de los signos externos que más preocupan a los enfermos de cáncer. Quizá porque en nuestra iconografía mental ese es el atributo que se le asigna a la enfermedad. No todos los enfermos de cáncer sufren alopecia, ni todas las alopecias son sinónimo de cáncer, pues existen otras causas no oncológicas que pueden conducir a ella. La ausencia total de cabello en la cabeza supone, en consecuencia, un estigma social que recuerda a los pacientes oncológicos de forma contundente que padecen un cáncer y que están en tratamiento. El pelo de la cabeza nos protege del frío, pero también es nuestra seña de identidad por su color, grosor, forma, textura, etc y su ausencia nos produce una ostensible sensación de desnudez.
Los pacientes oncológicos en su mayoría son conscientes de que es un efecto secundario menor y la mayoría aceptan con estoicidad su llegada. Pañuelos, pelucas, sombreros son soluciones transitorias para salir con dignidad del trance y algunos de ellos se atreven incluso a lucir su calva sin demasiados problemas (habitualmente varones). Pero los tratamientos oncológicos suelen ser prolongados y aunque sea un efecto secundario transitorio, en la gran mayoría de casos produce malestar, rechazo, afectando a la autoestima y a la imagen corporal.
La alopecia suele afectar a todo el cuerpo incluida cabeza, rostro, brazos, piernas, axilas y área púbica. La alopecia puede ser completa, gradual o por partes. En algunos casos, el cabello se afina, puede hacerse más opaco o resecarse. Por lo general la caída del cabello se relaciona con el tratamiento oncológico, principalmente la quimioterapia. La mayoría de las veces el cabello vuelve a crecer una vez finalizado el mismo. 
La quimioterapia es la responsable máxima de la caída del cabello ya que afecta a todas las células que se encuentran en crecimiento. La radioterapia sólo puede producir alopecia en el lugar donde focaliza la radiación. No todas las quimioterapias producen caída del cabello. Los medicamentos citostáticos que con mayor probabilidad pueden producir alopecia son: Carboplatino, Cisplatino, Ciclofosfamida,  Adriamicina, Gemcitabina, Taxanos, Vincristina y Vinorelbina. Es importante consultar con el oncólogo la posibilidad de caída del cabello. La mayoría de las veces el cabello comienza a caerse entre 7-10 días después de haber iniciado la quimioterapia. Posteriormente, la caída del cabello tiende a aumentar entre uno y dos meses desde el inicio de tratamiento. La caída del cabello varía de una persona otra incluso con los mismos fármacos. La cantidad de cabello que se cae depende del tipo de fármaco y la dosis. También depende si el fármaco se toma de forma oral o endovenosa. El cabello comienza crecer nuevamente entre uno y tres meses después de finalizar la quimioterapia. Entre los seis y doce meses el pelo crece habitualmente por completo. Cuando el cabello vuelve a crecer la textura del pelo puede ser diferente a la original. Es posible que el cabello crezca más más fino o más grueso e incluso que varíe su color. 
La radioterapia sólo afecta el cabello donde se efectúa la radiación. Por ejemplo, si se recibe radioterapia en la pelvis, se caerá el vello del área púbica. La caída del cabello depende de la dosis y del método o forma en que se administre la radioterapia. El cabello tiende a crecer de nuevo en el área donde se recibió radioterapia varios meses después. Sin embargo puede ser más fino o tener una textura diferente. Si se administra en dosis altas es posible que el cabello no vuelva crecer. 
Las terapias dirigidas no causan caída completa del cabello. Sin embargo algunas de estas terapias pueden cambiar la textura y la hidratación del pelo. Por ejemplo: Cetuximab, Erlotinib, Panitumumab, Sorafenib o Vemurafenib. Asimismo, la terapia hormonal puede producir cambios en el cabello en un número reducido de pacientes.
Aprender a controlar la caída del cabello antes, durante y después del tratamiento puede ayudar a sobrellevar este efecto secundario. Para muchas personas, la caída del pelo por el tratamiento oncológico es más quien cambio de apariencia física. La caída del cabello es un reto emocional que afecta a la imagen corporal y a la calidad de vida. Es conveniente hablar de ello con un familiar o con alguien que haya pasado por una experiencia similar. Puede ser útil hablar de la potencial caída del pelo, en especial en niños y jóvenes antes de que suceda. Para un niño, conocer los cambios de aspecto físico en una persona que ya conocen les ayuda a reducir la ansiedad y el miedo.
Algunas personas recomiendan cortarse el cabello antes de comenzar el tratamiento. El cabello corto brinda la oportunidad de cambiar de apariencia y cantidad de pelo, haciendo que el cambio sea menos chocante. Luego cuando el cabello vuelva crecer toma menos tiempo en llegar a ese estilo de pelo corto. Permitir el cabello crezca con un estilo similar puede ayudar a sobrellevar el tratamiento.
Existen en el mercado gorros refrigerantes que consisten en cubrir el cuero cabelludo con frío antes, durante y después de la quimioterapia, ayudando a impedir la caída del cabello. El frío estrecha los vasos sanguíneos en la piel de la cabeza, lo que significa que llega menos cantidad de fármaco a los folículos pilosos. Consulte a su oncólogo para averiguar si este tipo de gorros pudiera ser útil para evitar la caída del pelo en su caso concreto.
Las recomendaciones para el cuidado del cabello y cuero cabelludo durante los tratamientos son las siguientes: 
  • Usar un champú suave, para bebés por ejemplo.
  • No lavar el cabello todos los días ni frotar enérgicamente.
  • Sé que el cabello con pequeños toques para impedir que se dañe
  • Utilice un peine suave y péinese con delicadeza
  • Proteja el cuero cabelludo del sol cuando está el aire libre con protector solar, sombrero o pañuelo.
  • Cúbrase la cabeza en los meses de invierno para el cuerpo no pierda calor
  • Evite usar secador de pelo con aire muy caliente.
  • Evite realizarse guarecerse el cabello con productos químicos
  • Evite el uso de tintes permanentes o semipermanentes
  • Hable con su equipo de atención médica antes de utilizar cualquier crema, loción para el crecimiento del pelo o tomar vitamina B o biotina.
El Servicio de Dermatología del hospital Ramón y Cajal ha puesto en marcha un estudio sobre alopecia definitiva en pacientes oncológicos. Se trata de un proyecto de investigación destinado a determinar los posibles factores que permitan predecir que pacientes para desarrollar una alopecia definitiva después de haber recibido tratamiento oncológico. Aunque habitualmente la alopecia es un efecto secundario transitorio existen algunos casos en los que se convierten un efecto permanente de forma completa o parcial.
La alopecia definitiva se define como la pérdida de densidad capilar parcial o total que persiste seis meses después de haber finalizado el tratamiento oncológico. La causa de esta alopecia parece ser el daño directo sobre las células madres foliculares. La alopecia, dado que produce un gran impacto en la calidad de vida en los pacientes afectos, hace que éste presente ansiedad ante la posibilidad de perder el pelo. Esta ansiedad conduce a rechazar en algunas ocasiones algunos tratamientos. No existen amplias series publicadas que permitan analizar en detalle el perfil de los pacientes de riesgo para este tipo de alopecia ni de los posibles factores predictivos de la misma. Este estudio se realiza en pacientes que son diagnosticados de una alopecia definitiva. Si padece o conoce a alguien que padece este tipo de alopecia y quiera participar en este estudio no dude en ponerse en contacto con la Dra. Ángela Hermosa a través de su mail ahermosagelbard@gmail.com.

Les dejo con este video viral y emotivo sobre la donación de cabello para la realización de pelucas en niños oncológicos. 

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50 sombras de Gy:¿Qué es la esofagitis rádica? 5/5 (4)




La esofagitis rádica se define como un proceso inflamatorio producido sobre el esófago como consecuencia de una exposición a un tratamiento con radiaciones ionizantes. El esófago es un tubo muscular que conecta la garganta con el estómago. Este órgano puede verse incluído en aquellos tratamientos que incluyan el cuello o el tórax, como es el caso del cáncer de cabeza y cuello, el cáncer de pulmón, los linfomas y en la irradiación ganglionar supraclavicular del cáncer de mama.

Formas de presentación:

  • Esofagitis aguda: Puede aparecer a las 2-3 semanas de exposición a la radiación y persistir hasta 2 ó 3 semanas de su finalización. 

  • Esofagitis crónica o estenosis esofágica: Puede aparecer desde los 3 a los 24 meses post-tratamiento dando lugar a una cicatriz que estrecha el conducto esofágico, dificultando así la deglución.

¿Por qué se produce?
Las células de la mucosa interna del esófago tienen una alta velocidad de recambio celular, como ocurre con otras mucosas y la piel, siendo este tipo de células muy vulnerables a la radiación. Como consecuencia del daño celular sobre las células de la capa basal se enlentece esa regeneración, se producen los cambios inflamatorios y la queratinización del epitelio. En las formas crónicas de esofagitis el daño se produce sobre la musculatura lisa del esófago, apareciendo un tejido más duro y menos elástico, fenómeno conocido como fibrosis.

Grados de esofagitis rádica:

  • Grado I: Disfagia (dificultad para tragar) leve u odinofagia (dolor al tragar) leve, que permite tomar una dieta normal o blanda.
  • Grado II: Disfagia u odinofagia moderada que requiere una dieta en puré o líquida y puede requerir analgésicos opiáceos.
  • Grado III: Disfagia u odinofagia severa que puede dificultar por completo la deglución y provocar deshidratación o pérdida importante de peso. Requiere alimentación por sonda y rehidratación endovenosa.
  • Grado IV: Obstrucción completa que impide deglutir la propia saliva con ulceración, perforación esofágica o fístula. 
Factores de riesgo:
  • Volumen y dosis de irradiación: Los radioncólogos tenemos muy en cuenta ambos datos a la hora de planificar la radioterapia. Durante el proceso de planificación se intenta que haya la menor longitud posible de esófago que reciba una dosis crítica de radiación. Utilizamos además fórmulas (NTCP) para predecir la probabilidad de tener esta complicación.
  • Quimioterapia previa o concomitante: La quimioterapia “per se” también puede producir esofagitis. Así en aquellos pacientes que reciban tratamientos combinados a la vez se debe ser aún más cuidadoso y restrictivo con la longitud de esófago irradiado.
  • Fraccionamiento: Los hiperfraccionamientos o los fraccionamientos acelerados son regímenes de tratamiento con radiaciones que producen una mayor intensidad de esta toxicidad radioinducida.
Clínica:
  • Disfagia o dificultad para tragar alimentos o líquidos
  • Odinofagia o dolor al tragar 
  • Pirosis o sensación de quemazón al pasar el alimento
  • Sangrado o hemorragia por boca 
  • Regurgitación de saliva y secreciones por imposibilidad para tragar
  • Deshidratación
  • Pérdida de peso
  • Desnutrición
Tratamiento: 
  • Glutamina: Durante las situaciones hipermetabólicas como la radio o quimioterapia, se produce una severa depleción de glutamina debido a un elevado consumo mediado en parte por el cortisol, pero también por la adrenalina, glucagón y algunas citocinas, que no puede compensarse por una mayor producción, aumentando sus necesidades de forma importante. Es en estas condiciones, puede convertirse en un nutriente esencial y su deficiencia puede comprometer la función inmunitaria, el equilibrio ácido-base y la  integridad celular del enterocito. Por otro lado, unos niveles insuficientes de glutamina influirán también en el daño producido en el tejido sano por la quimio y la radioterapia. Estos dos factores apoyarían el uso terapéutico de la glutamina en la prevención de esta toxicidad debida a la quimio y a la radioterapia. La glutamina debería administrarse durante el tratamiento y hasta 15 días después para reparar el daño y prevenir la esofagitis.
  • Antiinflamatorios no esteroideos: Alivian el dolor en las esofagitis grado I.
  • Sucralfato: Actúa como lubricante, facilitando el paso del bolo alimentício.
  • Anestésicos tópicos: La lidocaína o la mepivacaína pueden utilizarse junto a manzanilla y/o nistatina para aliviar el dolor durante la ingesta.
  • Analgésicos opiáceos: Es útil el fentanilo transdérmico para aliviar el dolor, especialmente en esofagitis grado II y III.
  • Antifúngicos: En muchas ocasiones la esofagitis o la oromucositis va asociada a una sobreinfección por el hongo Cándida Albicans, siendo útil el tratamiento con Nistatina tópica y/o Fluconazol vía oral.
  • Inhibidores de la bomba de protones: El omeprazol y los fármacos similares actúan dismunuyendo el reflujo gastroesofágico que puede emperorar la esofagitis.
  • Medidas de soporte nutricional: En los casos más graves, la ingesta se hace cada vez más dificultosa, dejando el paciente de comer y beber por temor al dolor que le produce. La textura de la comida debe ser homogénea en forma de purés o líquida en forma de suplementos nutricionales (batidos). Si aún así no es posible la ingesta habrá que valorar la introducción de una fina sonda nasogástrica o una PEG (sonda que va directamente al estómago o gastrostomía) para poder nutrir adecuadamente el paciente.
  • Sueroterapia: La hidratación del paciente es otro punto importante ya que los pacientes pueden dejar también de beber el agua que necesitan, debiéndose administrar sueroterapia endovenosa en estos casos.
  • Dilatación esofágica: Se realiza en aquellos casos de esofagitis crónica o estenosis esofágica para aumentar el paso de la luz esofágica. Se realiza con dilatadores que se colocan de forma endoscópica.

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50 sombras de Gy: ¿Qué es la mucositis oral?

El término MUCOSITIS significa inflamación (todos los sufijos “-itis” en Medicina significan inflamación) de las mucosas corporales. Engloba desde los labios y cavidad oral (queilitis-estomatitis), pasando por el esófago (esofagitis), el intestino delgado (enteritis), recto (rectitis) hasta la zona ano-genital. Este efecto secundario se produce entre un 30-50% de los pacientes con quimioterapia y entre un 90-100% de los pacientes que reciben radioterapia sobre cavidad oral, sobretodo si reciben dosis superiores a 40 Gy.

Me voy a centrar en la MUCOSITIS ORAL.

Las consecuencias de la mucositis son:

  • Una disminución en la calidad de vida
  • Dolor oral importante para hablar, comer, tragar, etc
  • Malnutrición por un proceso de evitación y dificultad para tomar los alimentos
  • Riesgo de infecciones secundarias
  • Posible hospitalización prolongada
¿Por qué se produce la mucositis?
  • Toxicidad directa: Se disminuye la renovación de la capa basal epitelial (para entendernos no se renueva, como pasa con la piel esa capa primera de la mucosa) debido a la quimioterapia (en la segunda o tercera semana post-tratamiento)  y/o la radioterapia (puede aparecer entre la segunda y cuarta semana de tratamiento)
  • Toxicidad indirecta: Como consecuencia del efecto tóxico de la quimioterapia sobre la médula ósea (donde se fabrican nuestros glóbulos rojos, los glóbulos blancos o “defensas” y las plaquetas) que disminuye los glóbulos blancos (neutropenia)
Grados de mucositis:
  • Grado 0: No mucositis
  • Grado I: Leve irritación o enrojecimiento de la mucosa SIN dolor
  • Grado II: Eritema, edema o ulceración dolorosa que permite la ingesta oral
  • Grado III: Eritema, edema o ulceración dolorosa que NO permite la ingesta oral
  • Grado IV: Necesidad de alimentación enteral o parenteral por sonda nasogástrica o PEG (Gastrostomía endoscópica percutánea que permite la alimentación directamente al estómago desde fuera a tracés de una sonda)

Factores de riesgo para la mucositis:

  • Edad: Cuanto más jóvenes mayor toxicidad sobre la mucosa
  • Higiene bucal: Si ésta es deficiente, mayor riesgo de toxicidad
  • Estado nutricional: Cuanto mayor grado de desnutrición mayor riesgo
  • Localización tumoral: Los tumores localizados en cavum o cavidad oral tienen un riesgo mayor
  • Tratamiento: Algunos citostáticos producen más mucositis que otros. En el caso de la radioterapia habrá mayor riesgo en los tratamientos hiperfraccionados, con quimioterapia concomitante y cuya dosis a aplicar sea muy alta.
Los síntomas que produce son:
  • Sensación de boca seca y escozor oral
  • Dificultad y dolor para tragar, al principio sólidos y luego también líquidos
  • Sensación de lengua “algodonosa” o presentación placas blancas en lengua, encías o mucosa oral producida por hongos principalmente (candidiasis o muguet)
  • Aparición de vesículas o úlceras hemorrágicas
  • Mal sabor de boca, falta de gusto o cambio en el sabor de los alimentos (sabor metálico)
  • Secreciones pegajosas o falta de salivación (xerostomía)

Tratamiento:

  • Dietético: 
    • Hacer 6 comidas poco voluminosas sin omitir tomas
    • Las tomas no deben coincidir con los momentos de mayor dolor, por lo que conviene hacer un tratamiento analgésico general o tópico que le indique su médico
    • Potenciar los alimentos que sean fáciles de masticar y tragar. 
      • Blandos como el pescado o el pollo
      • De textura suave como la patata o la zanahoria cocida
      • Cremosos como el flan, yogures, cuajadas, natillas y compotas
      • Tomarlos a temperatura ambiente o fríos
      • Triturar los alimentos en una batidora cuando el dolor sea importante
      • Utilizar “lubricantes” naturales para facilitar la ingesta: mantequilla, crema de leche, bechamel, mayonesa, nata líquida,etc y así suavizar y dar sabor variado a las comidas
      • Son recomendables los purés, caldos, cremas, flanes, natillas, huevos revueltos, budin, puré de manzana, sandía, melón o queso untable.
      • Se puede utilizar una paja para tomar los alimentos y así se evita el contacto de los alimentos con las heridas y se reduce el dolor
    • Usar agua bicarbonatada en la cocción de los alimentos
    • Evitar los alimentos irritantes:
      • Ácidos: Naranja, limón, kiwi o vinagre
      • Salados: Embutidos, conservas, ahumados
      • Picantes: cebolla, ajo, pimentón
      • Granulados: arroz, verdura fibrosa, pepitas de frutas
      • Secos y duros: Frutos secos enteros, galletas, pan tostado
      • Adherentes: bollería
      • Tabaco y alcohol irritan aún más las mucosas. Deben evitarse.
    • Valorar la conveniencia con su médico de tomar suplementos nutricionales (batidos hiperproteicos)
    • Valorar la conveniencia de tomar módulos de glutamina para prevenir y aminorar la mucositis
    • Si la pérdida de peso es importante habrá que valorar la colocación de una sonda nasogástrica e iniciar una alimentación enteral. En algunos casos puede proponerse una PEG (gastrostomía) profiláctica para asegurar la nutrición. 
    • Es importante estar bien hidratado. Si es difícil beber agua pruebe con gelatinas o agua gelificada.
  • Higiene oral:
    • Antes de iniciar un tratamiento con quimio y/o radioterapia es aconsejable acudir al dentista a una revisión para hacer una limpieza bucal y extraer piezas que estén en muy mal estado
    • Durante el tratamiento debe utilizarse un cepillo con cerdas blandas y evitar los cepillos eléctricos
    • Si se utiliza una prótesis dental conviene no utilizarla durante la radioterapia para que no friccione las encías
    • Hacer enjuagues bucales con agua de manzanilla y/o bicarbonato sódico o solución salina al  9%
    • Evitar colutorios que contengan alcohol.
    • Pueden recomendarse antisépticos en colutorio como la clorhexidina, hexetidina o povidona iodada bucal
    • El frío local en forma de helados tipo “polo” o chupar cubitos de hielo puede aliviar el dolor
  • Fármacos:
    • Analgésicos: 
      • Antiinflamatorios no esteroideos en una fase inicial
      • Opioides por vía transdérmica o nasal en fases más avanzadas
      • Tópicos: Lidocaína o mepivacaína en forma de enjuagues antes de las comidas
    • Fármacos que revisten la mucosa:
      • Acido hialurónico
      • Sucralfato
      • Glicerina
    • Antifúngicos para la profilaxis y tratamiento de infecciones oportunistas por hongos (Candida Albicans):
      • Nistatina en forma de enjuagues (Mycostatín)
      • Fluconazol
    • Otros (uso excepcional):
      • Antibióticos y antivíricos
      • Bencidamina tópica
      • Amifostina
      • Palifermina
      • Doxepina

Hace poco más de 1 mes recibimos la grata noticia de que un grupo de científicos españoles de la Universidad de Granada patentaban un gel a base de melatonina altamente eficaz contra la mucositis. ¡Enhorabuena!

Les dejo con el enlace de la noticia de Europa Press:

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La disfunción eréctil. Vida sexual tras salvar la vida.

En la entrada del pasado 1 de febrero sobre “Sexualidad y Cáncer” ya comenté las dificultades ante las que se enfrentan nuestros pacientes en la esfera de la sexualidad. En este “post” voy a intentar explicar qué es la disfunción eréctil, cuál es la implicación de nuestros tratamientos para que ésta aparezca y tratar de dar luz en las sombras que existen alrededor de este problema sin caer en la broma fácil o el chascarrillo.

La ERECCIÓN desde un punto de vista fisiológico es un fenómeno neurovascular en el que se inicia con una activación cerebral a través de estímulos psicógenos (deseo), sensoriales (audiovisuales) o sensitivos (tacto). Ello produce a su vez una activación de los nervios espinales que se encuentran en la parte final del sacro (S2-S4) y a los nervios peneanos. Se produce a su vez una activación parasimpática que finalmente produce una dilatación de las arterias cavernosas (localizadas en los cuerpos cavernosos del pene) y una relajación de la musculatura lisa trabecular, con expansión de los espacios lacunares y atrapamiento de sangre por compresión venosa.

Se define como DISFUNCIÓN ERÉCTIL a la incapacidad para adquirir o mantener una erección de consistencia suficiente para mantener una relación sexual. Cabría distinguirla de la IMPOTENCIA SEXUAL  ya que esta se define como un fallo en la erección durante el intento de relación sexual más del 75% de las veces.

La disfunción eréctil producida por los diferentes tratamientos oncológicos puede deberse a diferentes mecanismos:

-MECANISMO NEUROLÓGICO:  La lesión de las bandeletas neurovasculares durante una prostatectomía o cistoprostatectomía radical o de los nervios pudendos durante una intervención por un cáncer de recto o la fibrosis de fibras nerviosas secundaria a la radioterapia.
-MECANISMO VASCULAR: Fibrosis de las arterias pudendas y peneanas
-MECANISMO CELULAR: Disfunción del endotelio o del músculo liso.
-MECANISMO HORMONAL: Déficit de testosterona secundario a los tratamientos hormonales administrados.
-MECANISMO MOLECULAR: Déficit de óxido nítrico por déficit de testosterona.
-MECANISMO PSICÓGENO: Astenia, depresión y ansiedad

Influyen asimismo otros factores que pueden estar previamente a estos tratamientos:
– La edad avanzada
– El tabaquismo
– La obesidad
– La arterioesclerosis
– La hipertensión arterial
– La Diabetes Mellitus
– La hiperlipemia (Aumento de colesterol o triglicéridos)
– Los fármacos asociados:  Por ejemplo: betabloqueantes, antidepresivos

Y ¿cómo debe tratarse la Disfunción Eréctil en estos pacientes?:

– Se deben identificar aquellos pacientes que tengan causas “curables”
– Ayudar al paciente a modificar sus hábitos de vida y eliminar los factores de riesgo
– Educar y asesorar al paciente y su pareja
– Identificar las necesidades y expectativas del paciente
– Tomar decisiones de forma compartida
– Evaluar el resultado terapéutico
– Reevaluar en caso de resultado terapéutico insastisfactorio

En el momento actual disponemos de diferentes tratamientos para intentar rehabilitar este aspecto no poco importante de la vida tras haber superado un cáncer. Los dividiremos en diferentes escalones en función de su complejidad:

1.- Los inhibidores de la fosfodiesterasa-5 conocidos como:

  • Sildafenil o Viagra
  • Tadalafil o Cialis
  • Vardenafil o Levitra
–  Están contraindicados en los pacientes que estén en tratamiento con nitritos (parches de nitroglicerina) o alfabloqueantes (excepto tamsulosina con tadalafi)
– Se debe disminur dosis en ancianos (excepto tadalafil), si existe una insuficiencia renal (excepto vardenafil) o una insuficiencia hepática (excepto tadalafil)
– Es importante vigilar las interacciones con otros medicamentos (ketoconazol, fenobarbital, carbamacepina)
– Se debe tener consideraciones previas en los pacientes cardiópatas (consultar con cardiólogo su utilización en función del riesgo coronario)
-Todos los inhibidores de la fosfodiesterasa-PDE 5 tienen una similar eficacia y tolerabilidad pero diferente farmacocinética. 
-Las principales causa de fracaso son la ausencia de estímulo sexual, una dosis insuficiente y un intervalo de tiempo inadecuado entre la toma y el intento de relación sexual.
-Recomendar la toma una hora antes, sin comida ni alcohol y realizar como mínimo cuatro intentos.
-El uso diario puede mejorar los resultados y facilitar la rehabilitación del pene.

2.- Alprostadil intracavernoso: (Caverject)
 – Mecanismo de acción: Inhibición del sistema simpático lo que determina la relajación del músculo liso via adenilato ciclasa.
– Inicio de acción: 10 minutos
– Duración de acción: 20-60 minutos
– Dosis: Requiere una adecuada titulación de dosis y aprendizaje. Debe ser monitorizado por un especialista para su correcta utilización (Urólogo-Andrólogo)
– Efectos secundarios: Dolor local. Fibrosis. Priapismo.
– Contraindicaciones: Priapismo. Enfermedad de Peyronie. Coagulopatía.
– Es altamente efectivo pero con una elevada tasa de abandono debido a los efectos secundarios e invasividad (debe el paciente aprender a autoinyectarse la sustancia en cuestión en el pene y es lógico que se produzca rechazo)

3.- Alprostadil intrauretral: (MUSE)
– Mecanismo de acción: Inhibición del sistema simpático lo que determina la relajación del músculo liso via adenilato ciclasa
– Inicio de acción: 10 minutos
– Duración de acción: 20-60 minutos
– Dosis: Requiere una adecuada titulación de dosis y aprendizaje. Debe ser monitorizado por un especialista para su correcta utilización (Urólogo-Andrólogo)
– Efectos secundarios: Dolor local. Sangrado uretral. Hipotensión.
– Contraindicaciones: Pareja embarazada. Priapismo.
– Es menos efectivo que el anterior pero con mayor aceptación.

4.-Dispositivos de vacío:
– Mecanismo de acción: Llenado del pene de sangre mediante la presión negativa producida por un mecanismo de vacio.
– Técnica: Requiere una instrucción básica .
– Efectos secundarios: Equimosis. Sensación de frío.
– Contraindicaciones: Ninguna.
– Es efectivo y seguro. Su uso precoz facilita las relaciones sexuales tempranas y potencialmente la recuperación de la función eréctil.

5.- Prótesis peneanas implantables:
– Mecanismo de acción: Prótesis maleables o semirígidas (no precisan manipulación) o prótesis inflables (presentan una bomba de llenado y vaciado).
– Técnica: Requiere una intervención quirúrgica por urólogo experimentado.
– Efectos secundarios: Malfuncionamiento. Infección.
– Contraindicaciones:  Las contraindicaciones de cualquier cirugía.
– Su papel se limita a los pacientes que no responde a ninguna otra terapia sistémica y los que no están interesados en usar los tratamientos convencionales.

Es importante que el paciente afecto de un cáncer de próstata, vejiga o recto (y también otros tumores menos frecuentes) que presente este problema y quiera recuperar su función sexual consulte con su médico o con el especialista en Uro-andrología para buscar la mejor solución. 

Para acabar les dejo con un video “muy sugerente” utilizado en una campaña de EEUU para la lucha contra el cáncer de testículo que creo no dejará indiferente a nadie.

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