Arte psicodélico por un pinealoma

Esta es la curiosa historia de un extravagante caso de arte y psicodelia de un estudiante de arte que contrajo cáncer en la glándula pineal. A lo largo de seis años Shawn Thornton padeció un tumor en esta glándula, un órgano al que se le atribuyen tradiciones ocultistas y místicas, representado en el centro de la frente como un tercer ojo. Afortunadamente fue intervenido y pudo librarse de la enfermedad. En esta etapa realizó un peculiar estilo pictórico que, en cierto modo, ilustra lo sorprendente que puede llegar a ser este punto de nuestro cuerpo.

La glándula pineal está situada entre los dos hemisferios cerebrales, junto en tercer ventrículo a unos dos centímetros del entrecejo y en una posición media entre la frente y la nuca. Mide apenas unos 5 y 8 milímetros y entre sus funciones destaca la secreción de melatonina que a través de la luz solar regula en gran parte nuestra función anímica.

Los tumores cerebrales primarios de la región pineal son infrecuentes, representando menos del 1% de los tumores intracraneales, aunque en niños la incidencia es mayor que en adultos. Dentro de los tumores primarios, los germinomas son el grupo más frecuente, representando del 33-50%. Los gliomas son el segundo grupo por frecuencia de tumores de la pineal (aproximadamente 25%). El tercer grupo son los tumores derivados del parénquima de la glándula pineal. Dentro de ellos hay que distinguir los pineocitomas o pinealomas, los pineoblastomas y dos entidades de más reciente descripción con un comportamiento biológico de agresividad variable que son el tumor de la glándula pineal con diferenciación intermedia y el tumor papilar de la glándula pineal.

Los síntomas que este tipo de tumores pueden dar básicamente son signos hipertensión intracraneal debida a hidrocefalia obstructiva (exceso de líquido céfalo-raquídeo en la cabeza), lo que provoca cefalea o dolor de cabeza, náuseas y vómitos, letargia (sueño) y diplopía (visión doble). Es típica también la limitación de la mirada vertical superior  y la respuesta pupilar disociada a la luz así como nistagmus (movimiento rápido de los ojos con la mirada extrema). Pueden producirse síntomas cerebelosos como inestabilidad a la marcha (sensación de borrachera) por compresión de los pedúnculos cerebelosos superiores. El diagnóstico se confirma mediante la realización de resonancia craneal, la determinación de marcadores tumorales en sangre y/o LCR  y al estudio histológico mediante biopsia. El tratamiento de los tumores del parénquima pineal suele requerir cirugía como primer paso si es factible. En general, tras la cirugía se aconseja radioterapia y en algunos casos también quimioterapia.

En las tradiciones alquímica, brahamánica e hinduista existen múltiples referencias a la glándula pineal, representada como hemos mencionado como “el tercer ojo”. En el siglo XVII, Descartes la etiquetó como el “asiento del alma”, advirtiendo que aquí residía el punto de unión entre el cuerpo y la mente. En las últimas dos décadas, así como ha ocurrido con muchos otros preceptos de misticismo milenario, la glándula pineal se ha puesto relativamente de moda.

Múltiples conceptos del New Age se asocian con el despertar de  este órgano, y su popularidad aumentó con la irrupción del consumo de DMT en la cultura pop. A pesar de que aún no está plenamente probado, existen buenas razones para pensar que esta misma sustancia es secretada en nuestra glándula pineal en determinados momentos como por ejemplo, en nuestra concepción y en la muerte. Se le asocia a fenómenos como los sueños lúcidos y la creatividad.

En resumen y a pesar de que es una pieza esencialmente misteriosa, parece difícil discutir la importancia que esta glándula tiene tanto en el plano biológico, en el psicológico y, aparentemente, también en el espiritual. Por eso resulta particularmente curioso que Thornton haya experimentado estas visiones mientras su glándula fue invadida por un cáncer pineal. Da la sensación que el peculiar estímulo que recibió su órgano en ese lapso detonó una serie de coreografías visuales con alusiones claramente místicas y explosivamente coloridas, las cuales, por fortuna, quedaron documentadas en la obra que este artista durante su enfermedad.

Y para “pinelizarnos” un poco les dejo con este precioso video de Enya

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