¿Cómo ganó David a Goliat? 4/5 (1)

Goliat, de acuerdo con la narración bíblica, fue un soldado-gigante de la ciudad de Gat y guardián del ejército filisteo, que durante cuarenta días asedió a los ejércitos de Israel. En dicha historia fue derrotado y herido por David con una honda y una piedra y murió decapitado por su propia espada.

Goliat era extraordinariamente alto para la media incluso para los estándares actuales. Los escritos más antiguos cifran su estatura en cuatro codos y un palmo (2,06 m). Cuando las líneas de batalla de los filisteos y el ejército de Saúl se encontraron de frente a cada lado del valle, el gigantesco guerrero Goliat salió del campamento filisteo y en voz alta desafió a Israel para que presentara a un hombre que luchase con él en un combate cuerpo a cuerpo, cuyo resultado determinaría qué ejército llegaría a ser siervo del otro. Cuenta la leyenda que un sencillo pastorcillo llamado David de la tribu de Judá, quien era pródigo en talentos y con buen semblante hizo frente a su reto. David le lanzó una piedra con su honda, esta se le hundió en la frente y Goliat cayó a tierra.

Esta es la historia o leyenda, si lo prefieren, de cómo alguien tan pequeño como David pudo vencer a un gigante como Goliat. Así pues, en nuestras vidas sentimos determinadas situaciones que nos resultan “Goliats” insalvables. Esos “Goliats” viven en nuestro pasado, presente y también en el futuro en forma de miedos que se apoderan de nuestra mente. Como decía el filósofo y escritor francés Michel de Montaigne: “Mi vida ha estado llena de terribles desdichas, la mayoría de las cuales nunca ocurrieron”. Y es muy posible que así sea, pues muchas de nuestras preocupaciones son más grandes en nuestra cabeza que en la realidad.

El cáncer en nuestra cotidianidad es visto como un “Goliat” difícil de vencer. Para sentirnos como David existen herramientas que pueden hacernos cambiar esta idea que nos sobrepasa y transformar nuestra preocupación hacia un sentido constructivo. No se trata de ser optimista. Es perfectamente lógico que ante un diagnóstico de cáncer uno sienta que el mundo se le viene encima. Es normal sentirse apesadumbrado, triste y preocupado en un primer momento. Es importante pues pasado ese primer momento, ponerse en acción y tratar de buscar puntos de vista e instrumentos que nos ayuden a sobrellevar la situación de un modo, digámoslo así, más positivo. Éstos serían:

  • Hacerse preguntas, obtener respuestas y cambiar de nuevo las preguntas.
  • Buscar soluciones a cada caso y trabajar en ellas.
  • Ser consciente del aquí y ahora. Aprender a vivir el día a día como si fueran pequeños compartimentos estancos. Si dividimos a nuestro “Goliat” en diminutas porciones será todo más digerible.
  • Buscar actividades que nos gusten, a ser posible que nos apasionen, que nos emocionen. Eso ayuda a “ocuparnos” y a no “pre-ocuparnos”.
  • El pensamiento constructivo lo podemos generar de forma intrínseca, pero también es bueno compartirlo con alguien que te dé pistas o te facilite esa búsqueda de respuestas que necesitas.
  • Escribir, dibujar o cualquier forma de expresión artística. Nos pueden ayudar a dar forma a los problemas, ya que los desgrana, los disocia y se convierten en un excelente ejercicio liberador, haciendo más llevadero todo el proceso. 
  • Buscar referentes o modelos. Para ello es bueno compartir experiencias con personas que hayan pasado por una situación similar a la tuya.
  • Si es necesario, buscar ayuda y colaboración de un profesional. El psicooncólogo puede ayudarte a reforzar todo lo anteriormente expuesto.
  • Poner todo lo anterior en práctica. No dejarlo como una idea que se posterga.
Les dejo con este precioso video que nos explica cómo una conducta transgresora, arriesgada y mal vista puede tener también una connotación noble, valiente, bella y emotiva. 
 

Por favor, valora el artículo

Desvirtualizando a cinco bloggers


Una de las cosas buenas que tiene escribir en un blog es el hecho de conocer a personas a través de ellos. Tu realidad social aumenta, aunque sea de forma virtual.  Compartes opiniones y experiencias. Descubres intereses afines y caes en la cuenta que nunca hubieras conocido a esas personas, habitualmente por motivos geográficos, si no fuera por la existencia de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación. Lo mejor siempre está por venir, así que cuando tienes oportunidad pones cara y alma a esas palabras cruzadas en lo que llamamos “desvirtualización” (o coloquialmente dicho, conocernos “in person”) surge algo muy especial.
Hace pocos días tuve ocasión de reunirme en un encuentro con otras cuatro mujeres bloggers. Todas ellas tienen en común conmigo el tema del cáncer. Ellas lo hacen en primera persona pues han pasado o están pasando por esa experiencia como pacientes. Yo en cambio me sentía un poco el contrapunto, pues no soy paciente, sino médico que trata a pacientes con cáncer desde hace ya bastantes años, con lo cual mi perspectiva es de algún modo diferente.
Reconozco que esta experiencia ha sido muy positiva para mi porque me ayuda a adentrarme en la visión del cáncer desde dentro. Me explico. Como he comentado antes llevo más de 20 años tratando a pacientes oncológicos. He compartido muchas charlas, vivencias y situaciones más o menos difíciles con ellos. Pero casi siempre lo he hecho en un contexto hospitalario que conlleva muchas barreras y por mucha empatía que le pongamos ahí están. En esta reunión distendida practiqué una escucha activa y me di cuenta de la cantidad de cosas que me pierdo de sus testimonios y que no sabía, pues habitualmente no me hallo en el contexto adecuado para que esas conversaciones fluyan. Los pacientes callan muchas cosas en la consulta, ya sea por la bata blanca, la falta de tiempo, porque el propio paciente piensa que es una banalidad o porque le da vergúenza expresarlo, etc. Aprendí en ese buen “feedback” lo que de verdad les apetece hablar y lo que no, de sus truquillos personales para sobrellevar determinados síntomas, de cómo superaban determinadas situaciones comprometidas. Hablaban de su día a día, de su cotidianidad con el cáncer, de lo que el cáncer les ha quitado y de lo que les ha dado en compensación, en definitiva, hablaban de su vida a partir de ahora.
Cada una de nosotras aportaba cosas diferentes y curiosamente complementarias. Me sorprendió gratamente saber que mi blog les ayuda y que piensan que tener un profesional sanitario y a la vez “blogger” aporta un valor añadido. He captado el mensaje y he entendido que parte de nuestro trabajo como médicos es saber comunicar bien. Entienden que el blog se convierte en un puente de comunicación muy útil en la relación médico-paciente y lo hace de forma asíncrona, es decir, fuera ya de tu consulta. 
Desde aquí os recomiendo la lectura de estas grandes mujeres:
– María y su blog “Con cáncer y estupenda”
– Nieves y su blog “Teikitisi”
– Gurutze y su blog “Gotas de agua dulce”
– Paula y su blog “No dramapausia”
A vosotras chicas os dedico este flashmob de los “Black Eyed Peas” y el tema “I’ve gotta feeling” lleno de energía positiva. Gracias  por regalarme vuestros testimonios y haber aprendido tanto de ellos.

Por favor, valora el artículo

Lo que tus amigos con cáncer quieren que sepas

Lo que sus amigos con cáncer quieren que sepas (pero tienen miedo de decirlo):

Estas son las sentencias más comunes que se nos transmite acerca de los pacientes oncológicos: 

– Las personas con cáncer prácticamente son héroes.

– Luchan contra una enfermedad que aterroriza a todos.

– Son fuertes porque sufren tratamientos que pueden hacerles sentirse peor que los tumores malignos reales.

– Son valientes porque sus pruebas vienen con noticias que no queremos oír.

– La realidad de la vida con el cáncer es muy diferente de la imagen que se trata de representar.

La lucha no es más que la voluntad de pasar por el tratamiento porque, francamente, la alternativa es una mierda. ¿Fuerza? Soportamos el dolor y la enfermedad por la oportunidad de sentirse normal en el camino. ¿Valentía? Construimos una tolerancia emocional y la aceptación de las cosas que no podemos cambiar. La fe entra en acción para cuidar de los demás.

La verdad es que si alguien que amas tiene cáncer, probablemente no sea completamente abierto acerca de lo que le está pasando porque está tratando de ser duro para ser fuerte.

Para ti:

Sin embargo, si pudiera yo ser verdaderamente honesta y vulnerable, te diría:

 – No esperes a que te llame si necesito algo. Por favor me llámame de vez en cuando y establece una fecha y hora para venir a verme. Sé que me dijiste que llamara yo si alguna vez necesitaba algo, pero es raro pedir a los demás que pasen tiempo conmigo o que me ayuden con las cosas que solía ser capaz de hacer por mi cuenta. Me hace sentir débil y necesitada, y  también temo que vayas a decir “no”.
 
Déjame experimentar emociones reales. A pesar de que el cáncer y sus tratamientos a veces pueden influir en mi punto de vista, todavía tengo estados de ánimo y sentimientos normales en respuesta a acontecimientos de la vida. Si estoy enojada o molesta, acepta que algo me trastocó y no lo transcribas literalmente a la enfermedad. Tengo que experimentar y expresar emociones reales y no tienen que ser minimizadas o dejadas de tenerse en cuenta.

Pídeme lo que pasa” en lugar de cómo te sientes”. Vamos a hablar de la vida y lo que ha estado sucediendo en lugar de centrarse en mi enfermedad.
 
Perdóname. Habrá momentos en los que la enfermedad y su tratamiento me hacen no ser yo.” Puedo ser olvidadiza, abrupta o hiriente. Nada de esto es deliberado. Por favor, no te lo tomes como algo personal, y por favor, perdóname.

Sólo escucha. Estoy haciendo esfuerzos para ser valiente y fuerte, pero tengo momentos que necesito estar sola. Sólo escucha y no me ofrezcas soluciones. Un buen llanto libera una gran cantidad de estrés y presión para mí.

Haz fotos de nosotros. Puede que me moleste una foto, pero una imagen de nosotros puede ayudarme a superar los momentos difíciles. Una foto es un recordatorio de que alguien piensa que soy importante y digno de recordar. No dejes que digano quiero que me recuerdes así” cuando el tratamiento me deja calva o con cicatrices. Esta soy yo, quien soy AHORA MISMO. Abraza el ahora conmigo.

Necesito un poco de tiempo a solas. En un punto anterior te decía lo mucho que necesito pasar tiempo contigo y paradójicamente ahora te digo que te vayas. Te quiero, pero a veces necesito un poco de soledad. Me da la oportunidad de sacar la cara valiente que he estado usando mucho tiempo, y el silencio puede ser un alivio.

Mi familia necesita amigos. Ser madre es lo suficientemente duro cuando tu cuerpo está sano; se vuelve aún más difícil cuando te diagnostican cáncer con las necesidades de su familia en el día a día. Mis hijos no son lo suficientemente maduros para entender lo que estoy pasando, todavía tienen que ir al colegio, hacer los deberes, practicar deportes y pasar el rato con los amigos. Los compañeros de juegos de mis hijos son sanadores para mi. Toma mis niños, por favor.

Mi pareja también podría beneficiarse de un poco de tiempo con los amigos. Coge el almuerzo o juega una partida de golf juntos. Me consuela saber que te preocupas por la gente que quiero.
 
Quiero que reduzcas tu riesgo de cáncer. Yo no quiero que pases por esto. Si bien algunos tipos de cáncer golpean de repente, muchos se pueden prevenir con sólo unos pocos cambios de estilo de vida como dejar de fumar, bajar de peso, proteger tu piel del daño solar y vigilar lo que comes. Por favor, ve a ver al médico ante cualquier signo de alarma: dolor, sangrado o aparición de un bulto inusual. Muchas personas pueden vivir una vida larga y satisfactoria si esta enfermedad se detecta en sus primeras etapas. Yo quiero que tengas una vida larga y plena.

No des nada por sentado. Disfruta de la vida que tienes en estos momentos. Tómate el tiempo necesario para saltar en los charcos, abrazar a los niños, y sentir el viento en la cara. Doy gracias a Dios por estar juntos.

Si bien no puedo estar agradecida por mi cáncer, tenemos que estar agradecidos por los médicos y los tratamientos que me dan la oportunidad de luchar contra esto. Y si alguna vez llega un momento en que los tratamientos ya no funcionan, por favor quiero que sepas que siempre voy a estar agradecida por haber vivido mi vida contigo en ella. Espero que tú sientas lo mismo por mí.

Sobre la autora
Kim Helminski Keller es una madre, esposa, maestra y periodista con sede en Dallas. Ella está recibiendo tratamiento para un cáncer de tiroides.


Traducción libre del artículo del blog ” Roadkill Goldfish” titulado “What your friends with cancer want you to know (But are afraid to say)”  http://roadkillgoldfish.com/friends-cancer-want-know/

Flashmob de “STRONGER” de Kelly Clarkson



Por favor, valora el artículo

Tellmebye y el Testamento Vital Digital

Hace ya algún tiempo y desde este blog escribí una entrada sobre el Testamento Vital, también llamado Documento de Voluntades Anticipadas o Instrucciones Previas, cómo hacerlo de forma oficial y dónde dirigirse. Sin embargo, dado que es un tema tabú el hecho de hablar de cuando ya no estemos y de cómo nos gustaría morir en el caso de que otros tengan que decidir por nosotros, son muchas las las personas que piensan en ello, pero relativamente pocas las que lo materializan de una forma oficial.

Ahora y gracias a la primera aplicación web GRATUITA llamada Tellmebye se nos ofrece una ingeniosa herramienta interactiva para crear tu Testamento Vital sin ningún coste y de forma oficial.

El primer Testamento Vital realizado con Tellmebye, fue entregado en el Hospital Germans Trias i Pujol, también conocido como Hospital Can Ruti (Badalona) y confirmado por parte de la Generalitat de Cataluña, aceptando su trámite y compulsando la inscripción en el Registro Nacional de Instrucciones Previas, dando cobertura nacional al documento.

El Documento de Voluntades Anticipadas (DVA) es un documento escrito por el que un ciudadano expresa anticipadamente su voluntad, con objeto de que ésta se cumpla en el momento que no sea capaz de expresarse personalmente sobre los cuidados y el tratamiento de su salud o, una vez llegado el fallecimiento, qué hacer con su cuerpo, órganos o incluso tejidos.

¿Porque es tan importante rellenar este documento?

Poniendo como ejemplo a una persona que padezca una enfermedad terminal (oncológica o no) o quedase en un estado vegetativo irreversible y dependiente de una máquina,  sin capacidad de decidir por si misma, planteamos la siguiente pregunta  ¿quién decide sobre la persona?

El médico, la pareja, los padres, los hijos…

Los médicos en un principio nos sentimos obligados a hacer todo lo posible por mantener al paciente con vida, pero hemos de tener muy claro cuándo se debe limitar ese esfuerzo terapéutico y no caer en el ensañamiento. El hecho de mantener al paciente con vida a cualquier precio no es siempre lo mejor para todos. Hay médicos sensibles que  preferieren evitar el sufrimiento, ofreciendo una sedación paliativa para dejar morir en paz al doliente. Esto que en principio nos parece encomiable y razonable desde un punto de vista teórico y bioético, pero no es siempre así. En la práctica clínica nos encontramos resistencias bien por parte del propio facultativo o bien por los familiares que se aferran a una mínima posibilidad o milagro.

Es evidente que sea cual sea la decisión de cada persona cercana, existirá discordia y mientras tanto, entre unos y otros el dolor se multiplicará y el enfrentamiento entre las partes será casi inevitable, llevando a situaciones verdaderamente dramáticas.

Rellenando el Testamento Vital en Tellmebye, nos anticipamos al problema y asumimos de forma individualizada, la responsabilidad de todas esas posibles decisiones tan difíciles. Si conocemos de antemano y por escrito los deseos del paciente en vida se facilita de una forma importante la toma de decisiones y el desgaste emocional de las partes se aminora.

Pero Tellmebye no se queda ahí. Es una herramienta orientada a a personas que quieren organizar la etapa final de sus vidas y por eso también se preocupa de todo lo que hacer con el legado digital de una forma segura y confidencial: transfiere los ficheros personales alojados en la nube, facilita la eliminación de los perfiles en redes sociales, entrega el dinero de cuentas on line (PayPal, Google Wallet o Amazon), regala a los herederos la música, los libros electrónicos y los juegos comprados por internet, envía mensajes póstumos a amigos y familiares, establece las últimas voluntades y envía recuerdos en forma de fotos o videos digitales a aquellas personas que deseas que los tengan, etc.

En definitiva, Tellmebye es una muy interesante plataforma digital que está en constante evolución y que trata de dar respuesta a una necesidad que pronto o tarde tendremos que plantearnos todos. Por ello le ha valido el Premio E-Awards 2014 el pasado mes de Marzo de 2014 por la mejor web de innovación. Tienen un duro trabajo por delante. Desde aquí felicito al fundador Carlos Jiménez Lajara y a todo su equipo por su talento, por su genial iniciativa y por hacernos más fácil las despedidas de este mundo.

Por favor, valora el artículo

Relato de verano: El tiempo entre fotones.

Sira y Linda acudían cada mañana a trabajar al Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital antes de las ocho. Sin uniformarse, lo primero que hacían era poner en marcha el acelerador lineal para su calentamiento y posterior calibración. Ambas rondaban los treinta. Destilaban ganas, simpatía y buen rollo. Aquella mañana iba a ser intensa: veintiséis pacientes en el turno a los que había que añadir dos pacientes más para iniciar tratamiento y otro que precisaba un cambio de técnica.

Ambas, técnicos de radioterapia, sonrientes, se dirigieron al vestuario donde comentaban sobre cómo habían pasado el “finde”. Entre risas se apresuraron a colocarse su pijama de trabajo para dirigirse a su puesto de mando. Una vez ya se habían realizado las oportunas comprobaciones matutinas y la calibración con el visto bueno del radiofísico, todo estaba ya listo para empezar a irradiar.

Sira se metió en el búnker para ir preparando los dispositivos de inmovilización, mientras Linda se quedaba en el ordenador del control comprobando la ficha del primer paciente. En la sala de espera se escucha por el altavoz: “Ángel López, puede pasar a la cabina”. Linda le saludó sonriente y le indicó que cuando estuviese listo ya podía entrar en la sala de tratamiento. Ángel se desnudó en la cabina, se colocó la pertinente bata hospitalaria y fue camino del acelerador lineal. Se tumbó en la camilla como cada mañana. Era su sesión décimoquinta. Trataba de colaborar al máximo para seguir las indicaciones de Sira y Linda, pues sabía que así todo era más ágil. Una vez tumbado, Ángel procuraba relajarse y mantenerse inmóvil, mientras ellas, ayudadas por los minúsculos tatuajes de su piel y los láseres, daban con la posición óptima. Una vez centrado ya, movían la mesa hacia las coordenadas indicadas, comprobaban distancias y luz de campo, supervisaban que todo estaba en orden y salían del búnker.

Ya en la mesa de control había unas cuantas pantallas de ordenador y un circuito cerrado de televisión donde mirar atentamente para que no hubiese ningún contratiempo. Si todo estaba correcto, giraban la llave de la consola y daban al botón de irradiar.

Comenzaban así su tiempo entre fotones, sin prisa y sin pausa, sonriendo y dando fuertes dosis de cariño a los pacientes que soñaban con que aquellos misteriosos fotones les despojasen de su enfermedad para siempre.

Un tiempo entre fotones para curar, para aliviar y para regalar sonrisas con sabor a consuelo.

Les dejo con este espectáculo de ballet y fotones del espectáculo japonés “Pleiades”

Por favor, valora el artículo