Cineterapia oncológica: Agosto. EEUU. John Wells. 2013.

“Agosto” es una película melodramática con toques de comicidad basada en la novela original del mismo nombre ganadora de un Premio Pulitzer de Tracy Letts. La película retrata una historia familiar con sus conflictos, emociones y situaciones variopintas de un tórrido mes de Agosto en las llanuras de Oklahoma. 
Violet, la protagonista encarnada en la camaleónica, siempre grande y excelentemente caracterizada de paciente oncológica, Meryl Streep, padece un cáncer de cavidad oral, concretamente de lengua. Su marido Beverly, interpretado por Sam Sheppard, es un escritor y alcohólico al que la situación con su mujer y su enfermedad le sobrepasan. Un buen día decide contratar a una mujer india para que cuide de su esposa. A los pocos días de contratarla él desaparece misteriosamente y poco después se conoce la noticia que lo han hallado muerto en un lago, al parecer se habíaquitado la vida,
A partir de este eje prosigue la película llegando a una especie de catarsis en el momento de la cena del funeral en que se reúne toda la familia Weston. En ella salen a la luz todas las miserias, desengaños y trifulcas de esta disparatada familia. Sobresale el trasfondo de soledad y búsqueda de la felicidad no encontrada por todos sus personajes.
Violet es una mujer egoísta, fumadora empedernida, malhablada y adicta a estupefacientes incluso antes de ser diagnosticada de su cáncer oral. La verbalización de la verdad en su forma más crudas conflicto con sus tres hijas.  Bárbara, interpretado por Julia Roberts, es la hija mayor. Su matrimonio no está psando por el mejor momento, su relación con su hija adolescente se complica y entiende que ahora su papel es de ser responsable del cuidado de su madre. Ivy, la segunda hija (Julianne Nicholson) asumió en su día el cuidado de sus padres y desea emprender una nueva vida junto a su amado y primo carnal Charles (Benedict Cumberbatch). Sorpresivamente descubrirá que Charles es su hermanastro. Por último está una tercera hija, Karen (Juliette Lewis) una mujer frívola y superficial que cambia tanto de marido como de peinado.
Se trata como ven de una película reciente provista de un gran reparto donde el tema central es la familia que protagoniza Agosto, un filme cargado de emotividad. Magníficas interpretaciones sobre un cartel de verdadero lujo. 

Por favor, valora el artículo

Paleooncología

El cáncer nos parece una enfermedad de la Edad Contemporánea, pero los restos arqueológicos demuestran que esta enfermedad es quizá casi tan antigua como el hombre, aunque su frecuencia era mucho más pequeña. Un equipo de arqueólogos descubrió en Sudán el esqueleto de un hombre que habría sufrido un cáncer metastásico hace más de 3.200 años. Se trataría del caso más antiguo jamás hallado, según un estudio publicado en la revista PLOS One.

Los restos de este esqueleto correspondiente a un varón entre 25 y 35 años de edad, se hallaron en 2012 en una tumba en Sudán por una estudiante de la Universidad de Durham (Reino Unido). El análisis de los huesos ha revelado que el hombre padecía metástasis óseas, pero no ha podido ser posible detectar el origen del tumor primario ni certificar que esas metástasis fueran la causa de su muerte.

Se trata pues del esqueleto más competo y más antiguo de un humano con un cáncer de tipo metastásico, han señalado los autores de este trabajo, un equipo compuesto por investigadores de la Universidad de Durham y el Museo Británico.

Los exámenes realizados muestran que “la forma de las pequeñas lesiones óseas sólo podía haber sido causada por un cáncer de tejidos blandos, posiblemente un sarcoma, aunque el origen exacto de la enfermedad no se puede determinar únicamente a partir de los huesos tal y como ha explicado Michaela Binder, la arquéologa responsable del equipo. El esqueleto, según palabras de la investigadora “podría ayudarnos a comprender la historia todavía desconocida del cáncer, pues tenemos pocos ejemplos anteriores. Necesitamos comprender la historia de la enfermedad para entender mejor su evolución“. Las radiografías del esqueleto han permitido a su equipo contemplar de forma certera lesiones en los huesos, con metástasis claras en las clavículas, omóplatos, vértebras, o pelvis.

Por el momento, sólo se puede especular sobre el origen de este cáncer. Según explican, podrían haber influido factores genéticos, una enfermedad infecciosa causada por parásitos o la exposición al humo de hogueras.
El esqueleto en cuestión se descubrió en la zona de Amara Occidental, a 750 kilómetros al sur de la capital, Jartum.

Francisco Javier Tostado, nos explica en su blog que recientemente se ha descubierto en los restos de un Neanderthal  de 120.000 años, evidencias de metástasis óseas más antiguo, adelantándose unos cuantos miles de años a los anteriores estudios que los databan en solo 4.000 años atrás. Se trata de una costilla encontrada en Krapina, cerca de Zagreb (Croacia).


Hay que tener presente que las evidencias de cáncer son extremadamente raras en los restos fósiles humanos por lo que descubrir un cáncer que no sea originado en los huesos es excepcional. Un grupo de científicos del Museo de Arqueología de Lisboa, con la ayuda de radiólogos y egiptólogos, han revelado un cáncer en una momia egipcia de 2.300 años. Tras practicársele una tomografía axial computerizada (TAC) se confirmó que la momia correspondía a un hombre de unos 60 años con un cáncer de próstata terminal. Posteriormente se encontró en otra momia de 2.200 años el mismo tipo de cáncer.

Por favor, valora el artículo

Oncología Basada en el Humanismo 5/5 (1)

 

El paciente oncológico en muchas ocasiones se pierde en el complicado engranaje, a modo de cadena de montaje, de médicos especialistas y tratamientos que apenas comprende. Intervenciones con nombres impronunciables, quimioterapias descritas con siglas y radioterapia con cifras, fotones y datos técnicos que el paciente no alcanza a comprender. Algunos pacientes incluso no conocen el nombre del médico que les atendió y lo describen por sus características físicas o por el modo en que les trató. El paciente siente como va de mano en mano como la falsa moneda y percibe como en esas manos en las que pone su confianza ciega, la humanidad brilla por su ausencia y se diluye.

Los profesionales estamos cada vez más preparados, más especializados y tratamos de estar al día para ofrecer lo que creemos mejor a nuestros pacientes. Pero las consultas atestadas, el ritmo frenético de trabajo, la burocracia administrativa y los desencuentros en el tratamiento interdisciplinar no hacen sino poner palos en las ruedas. Se ha dejado de lado a la cara más amable y sagrada de nuestro trabajo que es el lado humano. No se valora lo suficiente esa cercanía necesaria en la relación médico-paciente y a la formación continuada del médico en este aspecto tan importante de nuestra profesión. Parece que lo más importante es exhibir bonitas curvas de supervivencia y cifras estadísticamente significativas.

La Medicina actual se basa en la evidencia científica disponible. Y debemos seguir en esa senda, pero la evidencia no nos da, desgraciadamente, respuestas a todo. Si así fuera, la Medicina sería simplemente una ecuación matemática a resolver y no lo es. Se dice que la Medicina es un Arte. Un arte donde la experiencia del médico y las características individuales y únicas de cada paciente cobran sentido. Aquí es donde se reclama el trato humano que todos los pacientes se merecen y en especial los pacientes oncológicos. La ausencia de humanismo nos condena a un estrepitoso fracaso.

En el blog “Tránsitos intrusos”, Juan Irigoyen en su post “Un día libre de tratamiento” nos explica esa percepción humana que el paciente y sus familiares tienen de nosotros. Leerlo es todo un ejercicio de autocrítica y reflexión. Nuestro objetivo no debe ser otro que el paciente visto de una forma integral. Como siempre digo hemos de tratar enfermos y no enfermedades.

Este es mi decálogo para aplicar una Oncología Basada en el Humanismo:

Explicar de forma clara, inteligible y adaptada al nivel de cada paciente la enfermedad oncológica que padece.

Empatizar con el paciente, mostrando un trato cercano y digno, respetando siempre su intimidad. Cuidar las palabras y evitar los eufemismos.

Dar a conocer al paciente todas las opciones terapéuticas con sus pros y contras. Tener una actitud deliberadora ante ellas. Acompañar y respetar siempre en la decisión que el paciente haya tomado.

Informar sobre cómo se van a aplicar los tratamientos, su secuencia, efectos secundarios más frecuentes y sus potenciales resultados.

– Tener en cuenta la confidencialidad y el secreto médico que el paciente merece ante su enfermedad oncológica.

– Respetar el derecho a saber, o no, el pronóstico del paciente acerca de su enfermedad. No abandonar nunca el cuidado de un paciente. Curar a veces, aliviar a menudo y consolar siempre. 

Facilitar el trabajo y el conocimiento entre compañeros de diferentes especialidades sea cual sea su rango jerárquico y experiencia. El respeto mútuo es fundamental en el trabajo interdisciplinar.

– Actuar siempre bajo el principio de “primum non nocere”, evaluando siempre el binomio riesgo-beneficio. Ser cuidadosos a la hora de ofrecer a los pacientes entrar en ensayos clínicos. Informar bien a los pacientes de la inclusión en ellos y de su relevancia en el avance del conocimiento.

Valorar el binomio coste-beneficio de los tratamientos y ajustar los parámetros de supervivencia a calidad de vida para hacer sostenible el complejo entramado del actual sistema sanitario.

La formación continuada y puesta al día es primordial tanto en el aspecto científico como en el humano. De nada sirve tener buenos conocimientos si olvidamos al ser humano que hay detrás de cada enfermo. Cabe ser un buen médico y un médico bueno.

Les dejo con el video “Human” de Christina Perri

Letra traducida al español:
Puedo contener mi respiración
Puedo morder mi lengua
Puedo mantenerme despierta por días
Ser tu número uno
Puedo fingir una sonrisa
Puedo forzar una risa
Puedo bailar y jugar el papel
Si es lo que pides
Darte todo lo que soy
Puedo hacerlo
Pero solo soy humana
Y sangro cuando me caigo
Solo soy humana
Y colapso y me quiebro
Tus palabras en mi cabeza, cuchillos en mi corazón
Me fortaleces y luego me desmorono
Porque solo soy humana
Puedo encenderlo
Ser una buena máquina
Puedo contener el peso de los mundos
Si es eso lo que necesitas
Ser tu todo
Puedo hacerlo
Puedo superarlo
Pero solo soy humana
Y sangro cuando me caigo
Solo soy humana
Y colapso y me quiebro
Tus palabras en mi cabeza, cuchillos en mi corazón
Me fortaleces y luego me desmorono
Porque solo soy humana
Solo soy humana
Solo una pequeña humana
Puedo soportar tanto
Hasta que he tenido suficiente
Porque solo soy humana
Y sangro cuando me caigo
Solo soy humana
Y colapso y me quiebro
Tus palabras en mi cabeza, cuchillos en mi corazón
Me fortaleces y luego me desmorono
Porque solo soy humana

Por favor, valora el artículo

Un día cualquiera en el cole

Hace unos días, con motivo de las semanas de las profesiones, tuve que dar una charla en el colegio de mis hijas concretamente en la clase de la más pequeña, de 7 años, sobre mi profesión. Aunque como madre estoy familiarizada con las reacciones de los niños, tener un auditorio de estas características no deja de ser un pequeño desafío. No sólo has de ir preparada, sino tener grandes dotes de improvisación.
Me presenté como médico y como mamá de una de las compañeras de la clase. Les nombré mi especialidad, que como es lógico les sonaba a chino, pues sí ya es difícil que te entiendan los adultos, imagínarse lo que puede ser para los niños. 
Comencé para captar su atención formulando preguntas, fomentando la participación de los pequeños:
Pregunta: 
¿Alguien sabe lo que es el cáncer?
Respuestas:
– Unas células del cuerpo que se ponen muy nerviosas
– Una enfermedad muy difícil de curar
– Una enfermedad que tuvo mi tío, mi abuelo, etc.
Pregunta: 
¿Sabéis cómo se cura el cáncer?
Respuestas: 
– Con unas pastillas
– Con una operación
– Con unas medicinas que te hacen caer el pelo
No van desencaminados los chavales. A partir de ese punto de partida les expliqué que el cáncer es una enfermedad en las que un grupo de células crecen de forma descontrolada rompiendo todas las barreras que se encuentran a su paso en el órgano donde se encuentran situados. Estas células descontroladas pueden a su vez desprenderse del tumor original e invadir vasos linfáticos o vasos sanguíneos, siendo transportadas por la sangre hasta lugares lejanos donde crecen y forman las metástasis. 
Luego les conté que básicamente existían tres tratamientos contra esta enfermedad: la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia. 
Aquí empecé a entrar en materia sobre lo que es la radioterapia y el uso clínico de las radiaciones ionizantes a través de ejemplos sencillos y muy visuales. Les llevé una máscara termoplástica para que entendieran lo importante que es mantener inmovilizada la zona a tratar. Luego les puse el fantástico video de dibujos animadosOne of a kindque es fantástico para ellos y aunque esté en inglés lo entendieron perfectamente. 
Finalmente les dejé un turno de preguntas en el que ellos me preguntaron por cánceres padecidos por gente famosa o de familiares cercanos. He de decir que fue una bonita y constructiva experiencia, pues no deberíamos nunca perder la visión espontánea, natural y sencilla con que los niños ven a esta enfermedad que en muchas ocasiones tratamos de ocultarles.
Invito a mis lectores a que nunca abandonen al niño que llevan dentro. Les dejo con este simpático video “happy” que muestra ese espíritu positivo que tanto se echa en falta en nuestros hospitales.

Por favor, valora el artículo

Cineterapia oncológica: Magnolia. EEUU. 1999. Paul Thomas Anderson

Magnolia es una película que narra nueve historias aparentemente inconexas que tienen lugar en el Valle de San Fernando en Los Ángeles. Esas nueve tramas se encuentran en la recta final de la película cobrando así sentido. Así nos encontramos con un padre rico moribundo, un policía enamorado, un niño prodigio, un presentador famoso de concursos televisivos, una hija adicta a la cocaína, un gurú mediático y un enfermo terminal de cáncer de pulmón encarnado por un espectacular Jason Robards y que supone un homenaje precioso a su carrera pues moriría meses después del mismo mal que su personaje. 
El elenco de actores que interpretan a los distintos personajes son grandes figuras del firmamento cinematográfico norteamericano: Tom Cruise, Julianne Moore, Philip Baker Hall, William H Macy y el mencionado Jason Robards. Todos ellos tienen su minuto de gloria interpretativa y su protagonismo.
La idea central de la película versa sobre esa realidad actual que nos acucia: la despersonalización de las grandes ciudades, la soledad brutal y paradójica en la era de la comunicación total, los ritmos de trabajo agobiantes, las crisis sentimentales, el mundo de la drogadicción, el papel de la paternidad, el final de la vida y el perdón. 
En Magnolia, aparecen dos enfermos terminales. El primero de ellos es un presentador de concursos televisivos con una trayectoria de éxito ya entrado en años y al que se le comunica que padece cáncer en una fase avanzada. Su hija es una drogadicta a la cocaína que vive con el vértigo y la exasperación de su adicción. El padre le comunica su diagnóstico y ella parece no inmutarse. El por qué de ello se vislumbra con una confesión a su mujer de un abuso por parte de él en su infancia. La hija no le perdona y entiende que su muerte inminente no va a cambiar las cosas. 
El segundo enfermo terminal es un padre rico y poderoso que aparece postrado en la cama. Su actual mujer se casó con él por dinero. En el proceso final de la enfermedad ella sufre una transformación y se arrepiente de su deseo de la muerte de su marido. Este enfermo le pide un deseo último a su enfermero, suplicándole que encuentre a su hijo con el que hace años que no se habla. Ese hijo, magistralmente interpretado por Cruise, se había desprendido del apellido de su padre y utilizaba el de su madre. Esto ocurrió porque a la edad de catorce años su madre cayó gravemente enferma y su padre le dejó a cargo de su cuidado, muriendo a los pocos meses. El hijo acude a la cita de su padre y le recrimina que no fue justo con él ya que no estuvo a la altura de las circunstancias en lo que en aquel momento implicaba ser padre. Este hijo tampoco perdona a su padre. La escena prodigiosa del hijo desencajado en el lecho de muerte de su padre es sublime. De aquí trasciende que hay cosas que de un padre se pueden perdonar, pero hay cosas que no están en un hijo perdonarlas. 
Magnolia es sin duda una de las mejores películas del director Paul Thomas Anderson. Una película diferente y transgresora.

Por favor, valora el artículo