La vida es un regalo

Querida María:
Muchos de nosotros nos encontramos sobrecogidos tras conocer ayer tu inesperada marcha de este mundo terrenal. Eres, a sabiendas de que conscientemente escribo en presente, nuestra más insigne “pilota” de Fórmula 1. Lo eres y lo serás siempre. Eres una mujer que ha roto moldes, una pionera, una mujer de bandera. Has luchado duro por hacerte un lugar en un mundo casi reservado al género masculino. Una mujer inolvidable. Un espejo en el que a muchas de nosotras nos gusta mirarnos. Con fuerza, con valor y coraje, con autoestima. Con un buen par de tacones pisando firme ¡Sí señor!
Hace muy pocos días he leído un libro sobre otra mujer que se llamaba María como tú y a la que he encontrado algunos paralelismos contigo. Me refiero a Marie Curie. Ella también se superó a sí misma, se enfrentó como tú a que fuera reconocida en un mundo que en aquel entonces estaba sólo reservado a los hombres. Con su tesón y entereza descubrió dos nuevos elementos radiactivos, ganó 2 Premios Nobel y murió a consecuencia de su gran pasión científica. Tú y ella nos habéis demostrado que no hay barreras para las mujeres si nos lo proponemos. Para mí deberían darte el Nobel al Valor y a la Sonrisa.
En tu libro que ibas a presentar el lunes dices una frase preciosa y llena de sentido: “Siento que la vida es un ratito, un regalo, que no hay que tomársela muy en serio porque ni siquiera nuestra vida es nuestra”.  Y añades: “Deseo que, sin pasar por un accidente como el mío, podáis sentir la alegría de estar vivos y disfrutar del regalo de la vida”. Siento que ambas frases me van a ser muy útiles en mi consulta y deberían estar siempre muy presentes en nuestro existir. Tú has sabido aprovechar a tope esa prórroga de vida. Sin perder un ápice de esencia femenina con parche pirata incluido. Todo un símbolo.
Gracias María por tu ejemplo de vida.  En nuestra memoria permanecerá siempre. Será como si no te hubieras ido… Me siento muy orgullosa de ti. Sé que en algún lugar conducirás feliz y con libertad a las nubes.
Un abrazo muy fuerte.
Una admiradora.
 

Por favor, valora el artículo

Hoy Toca Hablar del Valor de una Madre

En este primer domingo de Mayo, tan soleado y primaveral, voy a permitirme hablar del Día de la Madre, especialmente de su valor como heroínas que son.
Creo que en primer lugar he de hablar de mi primer referente: mi propia madre. Sin ella, esta que les escribe no estaría aquí contándoles lo que les cuento. Ella me dió la vida hace más de 40 años ya, y sigue ahí dándome su cariño. Nunca tendré palabras suficientes para agradecerle no sólo el hecho de haberme dado la vida, sino de apoyarme en momentos difíciles, en haber creído en mi cuando nadie lo hacía y en haberme enseñado ese espíritu de entrega y sacrificio que todas las madres tienen. De ella he aprendido mucho, y sigo haciéndolo aunque en ocasiones discrepemos o tengamos puntos de vista diferentes de la realidad que nos ha tocado vivir.
También quiero aprovechar la oportunidad que me ofrece este espacio para levantar una lanza a favor de todas esas madres y heroínas que han pasado por la experiencia de vivir con el cáncer. Es particularmente admirable para mi ver cómo llevan su enfermedad esas mamás con niños pequeños (o no tanto), intentando normalizar sus vidas a pesar de la huellas que dejan los tratamientos, las ganas de seguir adelante, de luchar, de no conformarse, de mantenerse guapas, activas e incluso sonrientes aún cuando la situación no se lo pone precisamente fácil para ello. Muchas de ellas me han dado una lección de vida, se lo aseguro. Algunas de esas mujeres no eran madres en el momento del diagnóstico, pero una vez superada la enfermedad cumplieron su sueño de ser madres y lo compartieron con alegría conmigo. ¡Qué grandes y qué valientes!
Por último también quiero hablar de esas mamás-médico como yo, con las que comparto una magnífica complicidad. Conciliar vida laboral y familiar sigue siendo nuestra asignatura pendiente y llena de dificultades. Sin embargo, ser madres nos confiere un cierto “plus” de sensibilidad o al menos eso creo. En mi caso, ser madre me ha hecho mejor persona, soy más capaz de comprender muchas situaciones y de mantener ese espíritu de generosidad, sacrificio y entrega que otrora mi madre me reveló. La vida en cierto modo se te ensancha, trasciende y se vuelve más vida. Estarán conmigo que quizás el amor de una madre es de los más incondicionales que existen.
Me siento feliz por haber tenido la oportunidad de vivir esa experiencia y compartirla. 
Ya lo dijo Said Bahajin
 
“Todos necesitamos un regalo de amor y todos tenemos que aprender a regalar amor”

“Enséñales a superar obstáculos.
A ver lo extraordinario en lo ordinario.
A que todo acto tiene consecuencias.
Y a amar de verdad…” (F.Alberca)

 
Les dejo con esta canción de Rosana Arbelo (una de mis cantantes favoritas) que dedica a las madres.
 
¡ FELIZ DÍA DE LA MADRE!

Por favor, valora el artículo