Selfie radiooncológico 5/5 (4)

Supongamos que un grupo de radiooncólogos nos hiciéramos un selfie. Hasta aquí nada anormal, pues la moda y la cultura del selfie se ha impuesto hasta tal punto que de hasta la Fundación del Español Urgente (Fundéu) ha adaptado el vocablo en español con la grafía selfi como sinónimo de nuestra palabra autofoto. Pero profundizando en el selfie, desconozco si alguno de nuestros radiooncólogos de esa particular foto nos hemos parado a pensar con verdadero espíritu autocrítico. Es decir, si nos hemos hecho un buen selfie metafóricamente hablando, analizando cómo nos vemos y percibimos nuestra especialidad médica desde distintos ángulos de visión: de frente, desde arriba, desde los lados, desde abajo o a vista de dron.

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¿Por qué la #Radioterapia no es un #TrendingTopic?

Reconozco que el enunciado del título de este “post” puede resultar algo provocativo. Para los no iniciados en la red social de Twitter, las almohadillas (#) precedidas de una o varias palabras unidas indican lo que se viene en llamar “hashtags” o etiquetas y sirve para ordenar los mensajes por temática.

Un “trending topic” en twitter es la tendencia o tema de un momento determinado. Así los diez temas más relevantes se muestran en la página de inicio de esta red social. Es algo así como los temas de moda o de gran repercusión social de ese momento.

En el mundo médico y por ende en el mundo oncológico también existen tendencias o “trending topics”. La radioterapia parece no estar entre ellas. Actualmente en nuestro país, tengo la sensación objetiva y subjetiva de que la Oncología Radioterápica es la hermana pobre, tristemente desconocida y hasta algo olvidada de la Oncología. Mucha gente sabe lo que es una quimioterapia o incluso una intervención quirúrgica, pero muy pocas personas conocen realmente lo que es en sí la radioterapia. Me he cruzado con personas (incluso con un buen nivel cultural) que se imaginan cosas inverosímiles sobre nuestra especialidad, desde personas que creen que casi jugamos con espadas láser tipo “La Guerra de las Galaxias” o que nos dedicamos, por utilizar el lenguaje popular de la calle, a “quemar” los tumores no se sabe muy bien cómo. Se nos confunde con radiólogos o con médicos nucleares con mucha frecuencia. Pocas veces se nos reconoce como oncólogos que somos. Existe la idea generalizada de que el verdadero oncólogo es el quimioterapeuta. Falso. Nuestra formación académica es prácticamente idéntica, lo único que nos diferencia es el arma terapéutica que empleamos para combatir el cáncer, ni más ni menos. Cuando alguien profano me pregunta por mi especialidad digo que soy oncóloga radioterapeuta o radioncóloga, se me mira con cara de perplejidad y con la sensación de haber hablado en chino.

Resulta así que el grueso de la población general no nos conoce, ni tampoco muchos de nuestros colegas médicos. En estas circunstancias es difícil que consigamos en algún momento ser un “trending topic” o una especialidad visible, confiable y que goce de buena prensa. Probablemente somos los propios radioncólogos los que tengamos que dejar de mirarnos el ombligo e instalarnos en la queja contínua como si fuera un mantra. Deberíamos tener un cierto sentido de autocrítica, paso iniciático a mi modo de ver necesario, para que la Oncología Radioterápica esté en el lugar que se merece en el tratamiento del cáncer como ocurre en otros países europeos vecinos. Me parece importante “desbunkerizarnos”, salir de los sótanos donde estamos instalados y hacer un esfuerzo en explicar mejor con todos los medios a nuestro alcance, por qué nuestro trabajo es importante para el enfermo oncológico. Creo que es justo y necesario. Estamos obligados a que ese mensaje llegue de forma adecuada especialmente por y para el paciente.

Mi compañero el Dr Ángel Montero (@Monthy_A) escribió en su blog “El Lanzallamas” este mensaje cargado de verdad sobre la radioterapia y que transcribo:

“La radioterapia, que muchas veces se presenta como un tratamiento poco más que accesorio en el cáncer es, sin embargo, una de las principales y más eficaces, junto con la cirugía, armas frente al cáncer. Más de dos tercios de todos los pacientes diagnosticados de cáncer precisarán de radioterapia en algún momento de la evolución de su enfermedad. En más de un 40% de los pacientes curados de un cáncer, la radioterapia ha tenido un papel destacado, y un 16% de las curaciones del cáncer es directamente atribuible a la radioterapia de manera exclusiva. Frente a estas cifras, la radioterapia representa, al menos en Inglaterra dado que en España no hay datos similares, tan solo un 5% del gasto público destinado al tratamiento del cáncer. ¿Hay quién de más por tan poco? Y, sin embargo, la radioterapia continúa siendo la gran desconocida en la batalla frente al cáncer, siempre envuelta en un halo de toxicidad pese a su eficacia. Y aquí es donde los oncólogos radioterápicos tenemos gran parte de la responsabilidad y debemos hacer autocrítica. No hemos sabido transmitir ni comunicar la eficacia de la radioterapia contra el cáncer. Antes bien, muchas veces, demasiadas quizás, nos centramos exclusivamente en la toxicidad del tratamiento y en las posibles complicaciones futuras sin pararnos a pensar que, en la mayoría de ocasiones, el peor efecto secundario de un tratamiento es no curar al paciente. Deberíamos dejar de focalizar nuestra actividad en unos efectos secundarios que existen como con cualquier otro tratamiento pero que son, en la mayoría de ocasiones, predecibles, anticipables y manejables por oncólogos expertos, y volcarnos en hacer más hincapié en los buenos resultados en supervivencia que se obtienen con radioterapia, muchas veces evitando cirugías mutilantes y conservando el órgano y su función en el caso de tumores de cabeza y cuello, recto o vejiga, o evitando posibles secuelas que impactan negativamente en la calidad de vida de los pacientes, como en el caso del cáncer de próstata. La radioterapia es y será, junto con la cirugía, uno de los cimientos sobre los que habrá que seguir construyendo, ahora y en el futuro, el tratamiento del cáncer”.

Me van a permitir así que explique en forma de decálogo las principales bondades de la radioterapia en el tratamiento del cáncer:

  1. La radioterapia es un tratamiento que se administra de forma ambulatoria en la mayoría de los casos. Permite llevar una vida prácticamente normal en un gran número de pacientes.
  2. La radioterapia permite preservar órganos y mantener su funcionalidad, hecho especialmente relevante en los casos donde la cirugía no se prevé radical, resultase mutilante, con alto riesgo de complicaciones o incluso heroica (por ejemplo: tumores de orofaringe, tumores de mama, tumores de nasofaringe o cavum, etc)
  3. La radioterapia es un buen tratamiento adyuvante tras una cirugía con factores de riesgo, es decir, evita las tasas de recaída local de muchos tumores si fueran únicamente operados.
  4. La radioterapia es un buen tratamiento paliativo, mejorando la calidad de vida de muchos pacientes en los que no es posible la curación pero sí la paliación, reduciendo el consumo de medicamentos. 
  5. La radioterapia es un tratamiento cada vez más seguro. Todo el proceso de tratamiento pasa por rigurosos y estrictos controles de calidad, desde el buen funcionamiento de los aceleradores lineales, pasando por la planificación de los tratamientos y hasta la administración de tratamiento. Detrás de nosotros hay todo un equipo humano de profesionales: radiofísicos, enfermeras, técnicos de radioterapia, etc. que velan porque así sea.
  6. La radioterapia ha experimentado espectaculares avances tecnológicos en los últimos 10 años, hecho que ha permitido mejorar la calidad y la tolerancia de los tratamientos.
  7. La radioterapia concomitante a la quimioterapia ha conseguido mejorar el índice terapéutico de muchos tumores gracias a su efecto radiosensibilizante.
  8. La radioterapia es un tratamiento personalizado y por ello exige una preparación previa antes de su administración y se tienen en cuenta muchos factores a la hora de elegir la forma de administrarlo.
  9. La radioterapia se basa en conocimientos radiobiológicos bien conocidos que permiten a través de modelos predecir el indice de control tumoral y la probabilidad de efectos secundarios.
  10. La radioterapia es un buen tratamiento curativo y los especialistas en esta materia nos esforzamos para que los tratamientos sean cada vez más cortos en duración con la misma eficacia y tolerabilidad.

Ojalá algún día seamos todos conscientes de la importancia que esta especialidad tiene, de igual modo que otras, en el complicado puzzle del enfermo oncológico.

Les dejo con este video titulado “Crazy” (Locura) de Gnarls Barkley como contrapunto a la necesaria sensatez que todos necesitamos

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